Hace algunas décadas, se dio inicio a un proyecto de “ingeniería social”, o lavado de cerebro, sólo comparable con el socialismo de la antigua Unión Soviética, aunque esta vez abarcando gran parte de Occidente. Recordemos que la idea básica de los soviéticos implicaba llegar al “hombre nuevo”, plenamente adaptado al socialismo, que habría de transmitir a sus descendientes los caracteres adquiridos para reproducir en el futuro tal prototipo de ser humano. La idea no prosperó por cuanto las leyes de la genética no permiten la transmisión de tales caracteres, además de otros inconvenientes.
Las utopías socialistas, surgidas principalmente durante el siglo XIX como socialismos voluntarios, fueron precursoras de los intentos de ingeniería social del siglo XX, esta vez con colectivismos impuestos por la fuerza. La perspectiva, o ideología de género, bastante vinculada a las ideas marxistas, promete eliminar los problemas humanos y sociales a partir de la destrucción de la familia como base de la sociedad, ya que se la considera como institución generadora de violencia, de la explotación laboral posterior y de los diversos imperialismos y colonialismos. Miguel Ángel Fuentes describe tales argumentos: “El «sistema patriarcal y capitalista» ha impuesto desde el poder dominante una construcción binaria de género, calcada sobre la diferencia binaria sexual, acorde a sus planes de dominio, con una clase opresora (el macho del sistema patriarcal) y otra oprimida (la hembra). «El hombre es en la familia el burgués; la mujer representa en ella el proletariado» (Friedrich Engels)”.
“Dicho de otro modo, la realidad social es leída en clave marxista. El feminismo de género, principal portaestandarte de la ideología de género, promueve, por eso, la rebelión de la clase oprimida, pero no limitándose a convertir a los oprimidos en opresores, sino yendo a la raíz, destruyendo la estructura familiar, que es la que, en su opinión, sustenta este régimen patriarcal. Por tanto, el patriarcado sólo se aniquila eliminando la familia” (De "La violencia de la Ideología de Género"-Ediciones del Verbo Encarnado-San Rafael, Mendoza 2016).
Para eliminar definitivamente la violencia ejercida por el hombre hacia la mujer, se busca anular toda diferencia existente entre niño y niña, desconociendo incluso las diferencias biológicas o herencia genética existente. Se promueve luego que cada niño elija, bajo su propia perspectiva personal la orientación sexual que adoptará en el futuro. De ahí que su personalidad individual la ha de ir construyendo, no teniendo presente su condición natural de varón o mujer, sino su propia y subjetiva “perspectiva de género”.
Haciendo una síntesis de los problemas advertidos por el marxismo y las posibles soluciones propuestas, tenemos:
a) A nivel familiar: el marido explota a la esposa
b) A nivel social: el empresario explota al trabajador
c) A nivel global: los imperialismos explotan a los países débiles
Para solucionar tales conflictos, surgen las siguientes propuestas:
a) Perspectiva de género: eliminar diferencias entre niños y niñas
b) Socialismo: eliminar la propiedad privada de los medios de producción
c) Terrorismo o guerra: destruir violentamente a los países imperialistas
Los lavados de cerebro, impuestos por medio del lenguaje, compiten en cierta forma con las manipulaciones genéticas, siendo sus efectos similares. La neurobióloga Rita Levi-Montalcini se oponía a esa posibilidad respondiendo: “Odio esa opción. La manipulación genética no debe ser utilizada. No tenemos derecho a hacer nacer bebés a la carta. No es aceptable fabricar niños con los cabellos rubios, los ojos verdes, tal característica o tal otra. Eso va más allá de los límites de la moral. Lo rechazo absolutamente” (De http://www.mujereshoy.com/secciones/3107.shtml).
Mientras que la observancia de la naturaleza humana nos ofrece una referencia concreta respecto de lo que conviene o no conviene hacer, ya que implica aceptar los efectos de millones de años de evolución biológica, que han conformado nuestros atributos corporales y mentales, resulta que tal naturaleza humana es ignorada por los partidarios de la perspectiva de género. La consecuencia inmediata de esta actitud se hace evidente en las denuncias efectuadas por padres y psiquiatras ante la desorientación que muestran los niños ante la “educación” basada en tal ignorancia.
Recientemente, el supermercado Carrefour, que mostraba un afiche, para el día del niño, con un niño jugando con algo propio de los varones y una niña con algo propio de niñas, fue denunciado por oponerse a las leyes vigentes que proponen la “igualdad de género”, debiendo retirarlo. Miguel Ángel Fuentes escribió: “Por las dudas debería leer lo que dice el folleto Educación Sexual Integral, del Ministerio de Educación Nacional, distribuido desde 2011: «La educación Sexual Integral es obligatoria en las escuelas. La ley 26.150 dice que es obligatorio enseñar Educación Sexual Integral en los jardines de infantes, y en las escuelas primarias y secundarias del país, sean de gestión estatal o privada»”.
“En 2015, la ministra Alicia Kirchner escribía en el prólogo al manual «Y con los varones ¿qué?»: «Desde hace más de una década, impulsamos políticas públicas que reconocen y amplían los derechos, que incluyen y transforman realidades […] Por primera vez, nuestro país cuenta con una legislación integral y transversal que avanza en un nuevo escenario para garantizar la equidad de género»”.
Mientras que la ética contempla las actitudes que favorecen al bien como también las que provocan el mal, para acentuar las primeras y rechazar las últimas, los ideólogos de género descartan todo tipo de valores proponiendo un relativismo moral total. El “todo vale”, propuesto para la elección sexual, implica sin embargo un “absolutismo inmoral” que intenta reemplazar al absolutismo natural que rechaza. Fuentes agrega: “Cualquier construcción social de género tiene la misma legitimidad, mientras sea libremente deseada por la persona interesada; no existe una naturaleza humana, y por tanto, no hay líneas o estructuras fundamentales que deban respetarse en esta autoconstrucción”.
“No existen, por tanto, patologías sexuales o trastornos de identidad sexual como, hasta ahora, la psiquiatría venía calificando las inclinaciones contrarias a la naturaleza; si no hay tal cosa llamada naturaleza, no pueden existir parámetros para hablar de normalidad o anormalidad”.
“Sin ir más lejos, Facebook ofrece a sus usuarios, para la configuración de su perfil, la posibilidad de elegir entre más de 50 géneros posibles entre los que nos topamos con algunos como: femenino, masculino, andrógino, transexual, travesti, transgénero, queer, intersexual, ninguno, neutro, pansexual, lesbiana, gay, asexual, bisexual, poliamoroso, heterosexual, heteroflexible, lesboflexible, cysexual…”.
Puede decirse que “normal” es la persona cuyo comportamiento resulta compatible, en un nivel aceptable, con las leyes naturales. Bajo la perspectiva de género, por el contrario, dejan de tener sentido adjetivos tales como “normal”, “anormal”, “corrupto” o “degenerado”, por cuanto el hombre unidimensional propuesto, orientado sólo a la búsqueda de placer sexual, deja de lado la prioridad de lo afectivo y lo intelectual, adquiriendo su “libertad personal” dejándose llevar por lo que su cuerpo le pida.
Quien dirija a alguien alguno de los calificativos rechazados por la ideología de género, será considerado “homofobo”, palabra que significa “odio al igual”, aunque se le da el significado de “miedo irracional y persistente a la homosexualidad o a lo no-heterosexual”, por lo cual podrá ser denunciado penalmente ante alguna institución estatal que combata la discriminación.
Ello implica que las propias leyes del Estado permiten y promueven el lavado de cerebro de los niños, impidiendo que alguien proteste por ese hecho, con lo cual se vislumbra el carácter totalitario que va tomando el plan de ingeniería social puesto en marcha. Quien se opone a la promoción del libertinaje entre los niños, por el contrario, no es necesariamente un “discriminador”, sino alguien que se opone a una influencia que considera perniciosa. Como se dice en estos casos, “se combate al pecado y no al pecador”. Invadir la intimidad del homosexual resulta tan inapropiado como que el homosexual, o el ideólogo, invada la intimidad familiar proponiendo conductas poco acordes con la naturaleza humana.
Adviértase que los totalitarismos se interesan principalmente por la forma de pensar de cada integrante de la sociedad, favoreciendo a quienes aceptan lo propuesto por el poder estatal y rechazando todo disenso. Andrei Sajarov escribió acerca de la URSS: “El delito que provoca el mayor número de detenciones es el de leer, poseer o prestar a amigos cualquier texto ciclostilado [copiado muchas veces] o cualquier libro de contenido no grato (que, por lo demás, suele ser de naturaleza inofensiva)” (De “Mi país y el mundo”-Editorial Noguer SA-Barcelona 1976).
En cuanto a los orígenes del nuevo totalitarismo, que se va imponiendo en forma firme y silenciosa, Fuentes escribió: “Tengamos presente que a mediados del siglo XX, el marxismo consiguió adueñarse ideológicamente de gran parte del pensamiento occidental, incluido el movimiento feminista. Esto tuvo lugar particularmente en Estados Unidos, a partir de la década del ´50, entre otros, por influjo de la Escuela de Frankfurt, compuesta por filósofos neomarxistas como Max Horkheimer, Theodor W. Adorno, Friedrich Pollock, Erich Fromm, Herbert Marcuse, etc.; la mayoría de ellos judíos emigrados a Estados Unidos a raíz de las dificultades con el régimen nazi”.
“Estos, que predicaban un marxismo más abierto que el soviético y, por tanto, más apto para ser aceptado en los ambientes occidentales, se adueñaron de algunas de las más importantes cátedras universitarias norteamericanas, formando con una visión marxista las generaciones estudiantiles durante y después de la Segunda Guerra Mundial (en tanto que las autoridades políticas llevaban adelante la «guerra fría» contra el bloque marxista soviético y chino, sin prestar atención a este caballo de Troya que tenían clavado en el futuro cerebro del país)”.
“Mientras los soviéticos desviaban la atención emplazando misiles en Cuba y dividiendo Berlín con un muro, en realidad apostaban más a infiltrar el marxismo ideológico en los campus universitarios norteamericanos y europeos, lo que consiguieron sin mayor dificultad. Para este tiempo una importante corriente del marxismo había comprendido que el éxito de su penetración en el mundo occidental dependía fundamentalmente de volcar sus esfuerzos no tanto en promover enfrentamientos armados –lo que de todos modos, nunca dejaron totalmente de lado- cuanto en tomar las fuentes de la cultura. Lo intuyó el clarividente pensador italiano Antonio Gramsci”.
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2 comentarios:
Muy buen artículo.
Lo he difundido a mis seguidores en Twitter y Facebook con el siguiente comentario:
"Una visión muy lúcida de la realidad sociopolítica que nos rodea.
Altamente recomendable".
Muchas gracias por su comentario y por difundirlo....
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