A lo largo de la historia han surgido individuos que se han dirigido con especial atención a un sector de la sociedad con el objetivo de movilizarlos contra otros sectores, admitiendo tácitamente la existencia de “amigos y enemigos”, promoviendo conflictos que, por lo general, condujeron a malos resultados. Este es el caso de los agitadores de masas, siendo Karl Marx el más influyente de ellos. Ludwig von Mises escribió al respecto: “Como economista, Marx no es más que un heredero sin originalidad de la economía clásica; es incapaz de estudiar los elementos económicos de los problemas sin sufrir la influencia de consideraciones políticas; observa las relaciones sociales desde el punto de vista del agitador, para quien la acción sobre las masas constituye la cosa esencial”.
“Como sociólogo y filósofo de la historia, Marx nunca fue sino un hábil agitador que escribía para satisfacer las necesidades cotidianas de su partido. El materialismo histórico está desprovisto de valía científica”.
“La originalidad y la importancia histórica del marxismo residen únicamente en el dominio de la técnica política. Ha reconocido el poder formidable que puede uno asegurarse en la sociedad, al hacer de las masas obreras concentradas en las fábricas un factor político; busca y descubre las fórmulas verbales capaces de unir a estas masas con fines de acción común. Da el santo y seña que induce a los hombres, indiferentes hasta entonces a las cuestiones políticas y al ataque contra la propiedad individual. Anuncia un evangelio que racionaliza su odio y transforma bajos instintos de resentimiento y venganza en misión histórica” (De “El socialismo”-Editorial Hermes SA-México 1961).
En cuanto a la diferencia existente entre propagandista y agitador, Plejanov escribió: “El propagandista inculca mucha ideas a una sola persona o a una muy pequeña cantidad de ellas; el agitador inculca sólo una idea o una pequeña cantidad de ellas, pero, en cambio, las inculca a toda una masa de personas”.
Por otra parte, Jean-Marie Domenach escribe: “En un comentario a esta definición, Lenin dice que el agitador, partiendo de una injusticia concreta engendrada por la contradicción del régimen capitalista, «se esforzará por suscitar el descontento y la indignación de la masa por esta injusticia irritante, dejando al propagandista la tarea de dar una explicación completa de esta contradicción. Es por esto que el propagandista actúa principalmente por escrito y el agitador a viva voz»” (De "La propaganda política"-EUDEBA-Buenos Aires 1962).
Las masas son las preferidas por los agitadores políticos, apuntando a convertirse en directores mentales de gran cantidad de seres humanos, algo completamente opuesto a la idea bíblica del Reino de Dios, es decir, ser gobernados por Dios a través de las leyes naturales y los mandamientos éticos. Gustave Le Bon escribió: "Poco aptas para el razonamiento, las multitudes son, por el contrario, muy aptas para la acción. Por su organización actual su fuerza es inmensa. Los dogmas que vemos apuntar tendrán pronto la fuerza de los antiguos dogmas; es decir, la fuerza tiránica y soberana que hace inútil toda discusión y la repugna. El derecho divino de las muchedumbres reemplazará al derecho divino de los reyes" (De "Psicología de las multitudes"-Editorial Albatros-Buenos Aires 1972).
En una forma muy breve puede sintetizarse la prédica marxista en la consideración de una supuesta lucha de clases sociales entre burgueses y proletarios, o entre ricos y pobres, exentos de virtudes los primeros y exentos de defectos los segundos. Tal lucha habrá de finalizar cuando se distribuyan las riquezas equitativamente y los medios de producción dejen de ser privados. Para ello deben los proletarios, o los pobres, ser conscientes de su lugar en la sociedad capitalista y reaccionar en forma violenta contra quienes los explotan laboralmente.
Si alguien repite tales consignas, aun cuando nunca hubiese leído a Marx, surgiendo tal visión de la sociedad en forma original, puede decirse que también se trata de un agitador de masas. Este es el caso del líder actual de la Iglesia Católica, cometiendo el sacrilegio de intentar reemplazar las prédicas evangélicas con su propia visión de la realidad.
El primer error observado en la visión de Marx y de Bergoglio implica la inexistencia de un vínculo estrecho entre moral y situación económica o laboral. Quien conozca un poco a la gente observará que hay pobres que son personas virtuosas (en el sentido cristiano), otros que son vagos y egoístas, otros que son perversos y delincuentes, etc. Algo similar ocurre entre las personas que poseen un buen nivel económico. De ahí que para el cristianismo existen justos y pecadores, antes que ricos y pobres. Además, como cualquiera puede observar, existe en la sociedad una clase media que no es ni explotadora ni explotada laboralmente; un "pequeño" detalle que escapa a la visión de Marx y Bergoglio.
Bergoglio se opone a la “acumulación de riquezas”, es decir, en cierta forma propone volver a las épocas precapitalistas, antes de que algunos seres humanos descubrieran que el ahorro y el capital acumulado se convertirán en la principal herramienta para la producción. Incluso en la actualidad, quienes poseen mucho dinero, lo depositan en un banco para que quienes no dispongan de esa herramienta para la producción la adquieran, bajo cierto costo monetario. Al respecto expresó recientemente: Acumular no es virtuoso, distribuir sí.
Si los ricos poseen acciones de empresas productivas, y, siguiendo el criterio bergogliano, alguien las distribuye entre los pobres, seguramente que tal acción resolverá el problema de la pobreza por un breve tiempo, mientras que ya nadie invertirá en la creación de nuevas empresas, con la destrucción material y moral de la sociedad. Todos recordamos cómo los socialistas venezolanos comenzaron destruyendo su país, con un Chávez indicando a uno de sus secuaces: “Exprópiese”, recibiendo aplausos por tal nefasta decisión.
Los agitadores de masas, en forma casi disimulada, emiten directivas “inofensivas”, como “hagan lío” (cuando están en una sociedad no socialista) o bien “dialoguen” (cuando se trata de favorecer la continuidad de gobiernos socialistas como el de Cuba y Venezuela). Ahora también ponen en las mentes de las masas la posibilidad de la violencia, supuestamente iniciada por el sector calumniado: El silencio frente a la injusticia abre paso a la división social y la división social abre paso a la violencia verbal, y la violencia verbal a la violencia física, y la violencia física a la guerra de todos contra todos. (De www.laprensa.com.ar)
Otras expresiones de Begoglio:
Dicen que el sistema que permitió amasar fortunas a las personas ricas, y permite agregar riquezas ridículas, es inmoral, que debe ser notificado, que debe haber más impuestos a los billonarios.
Rezo para que los más económicamente poderosos salgan del aislamiento, rechacen la falta de seguridad del dinero y se abran para compartir bienes que tienen un destino universal, porque todos los bienes derivan de la creación y tienen un destino universal. Es difícil que eso pase, pero para Dios todo es posible.
Si ese porcentaje tan pequeño de billonarios que acaparan la mayor parte de la riqueza del planeta, no como limosna, se animara a compartirla fraternalmente, qué bueno sería para ellos mismos y qué justo sería para todos.
Mientras no se resuelva radicalmente los problemas de los pobres, renunciando a la autonomía absoluta de los mercados, y de la especulación financiera, y atacando las causas estructurales de la inequidad, no se resolverán los problemas del mundo.
La inequidad es la raíz de los problemas sociales. Se que esto molesta, pero es verdad.
Cuando el Papa habla, habla para todos porque la iglesia es para todos, pero el Papa no puede sustraerse de la centralidad de los pobres en el Evangelio. Esto no es comunismo, es el Evangelio puro. No es el Papa, sino Jesús el que los pone al centro, en ese lugar. Es una cuestión de nuestra fe y no se puede negociar. Si no aceptas eso no sos cristiano.
Ustedes, los más humildes, los explotados, los pobres y excluidos, pueden y hacen mucho. El futuro de la humanidad está en sus manos. Les invito a construir una alternativa humana a la globalización excluyente. No se achiquen.
Sigan combatiendo la economia criminal con la economía popular
(Citas de www.laprensa.com.ar)
Debe aclararse que prácticamente no existen los "billonarios" en dólares. En EEUU, "billion" significa "mil millones", que por lo general se mal traduce como "billón". Lo interesante en este caso implica considerar la forma en que una persona logró esa enorme cantidad de valores. Si la logró produciendo bienes y servicios, no ha de ser alguien despreciable y perverso como suponen los marxistas, sino alguien que favorece a la sociedad en que vive.
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1 comentario:
Me temo que Francisco tergiversa el Evangelio porque en él no se hace distinción entre clases por razón de nivel económico para quienes adopten su mensaje, es más, las previsiones nefastas se hacen para todo el mundo que no lo acepte, asimismo también sin hacer distinción alguna de carácter personal o social.
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