sábado, 28 de septiembre de 2024

Economía popular vs Economía "criminal"

Recientemente, Jorge Bergoglio (el representante de Marx en la tierra), sugería a varios líderes sindicales:

Sigan combatiendo la economia criminal con la economía popular.

En donde, en su opinión, la economía criminal es la economía de mercado, mientras que la economía popular es la que predomina en Cuba o Venezuela. En realidad, si se asocia el calificativo de "popular" a una economía, deberá ser la preferida por la gente, es decir, la de los países adonde la gente tiende a concurrir, mientras que la economía "criminal" será aquella que predomina en los países en donde la gente trata de huir, precisamente como en los casos de Cuba y Venezuela.

Alguien expresó acertadamente que "la pobreza es el problema de los países ricos, mientras que la riqueza es el problema de los países pobres". Ello se debe a que, para muchos, el problema a solucionar no es la pobreza, sino la desigualdad social. Al respecto, Bergoglio expresó:

La inequidad es la raíz de los problemas sociales.

Por lo general, se aduce que el mayor porcentaje de riquezas en el mundo está en poder de una minoría, sin aclarar si esa riquezas se debe a que son producidas por esa minoría o bien adquirida de otra forma. Como los ricos tienen un solo estómago para alimentar y un solo cuerpo para vestir, no debería suponerse que los alimentos y las vestimentas que a muchos les faltan se debe a que esa minoría se los quitó de alguna manera. Sin embargo, Bergoglio no distingue entre riquezas naturales de riquezas producidas, expresando:

Rezo para que los más económicamente poderosos salgan del aislamiento, rechacen la falta de seguridad del dinero y se abran para compartir bienes que tienen un destino universal, porque todos los bienes derivan de la creación y tienen un destino universal. Es difícil que eso pase, pero para Dios todo es posible.

De ahí que siempre miró con simpatía la actividad expropiadora de líderes socialistas como Fidel Castro y Hugo Chávez, de ahí que expresó:

Si ese porcentaje tan pequeño de billonarios que acaparan la mayor parte de la riqueza del planeta, no como limosna, se animara a compartirla fraternalmente, qué bueno sería para ellos mismos y qué justo sería para todos.

En la misma línea del pensamiento papal, aparece un artista (Chango Blender), respecto del cual Marcelo Duclos escribió: "Junto a los jóvenes progres actuales de Blender, que mantienen vivas todas las absurdas falacias económicas de la izquierda de los setenta, Chango hizo una proclama insólita. Aseguró que el petróleo y el fruto de los mares pertenece a todos y que nadie puede tomarlo para vendérselo a otras personas".

"Con la ingenuidad absoluta histórica del progresismo tonto de la adolescencia tardía, todos procedieron a aplaudirlo y celebrarlo como si estuviera descubriendo la pólvora. Sin embargo, nada de eso es, siquiera, medianamente original. Hace décadas que el anticapitalismo inculto canta estupideces como qué culpa tiene el tomate «si viene un hijo de puta y lo mete en una lata» o la invitación a «desalambrar» porque la tierra «es tuya, es mía y de él»”.

“«Es todo de todos lo que hay en el mundo», dijo con el tono de un profeta moderno, que busca marcarle el camino correcto a una sociedad supuestamente enajenada".

"Lo que parece dejar de lado Chango es lo que produce el sistema de precios que dirige los incentivos y el capital que permite hacer un uso eficiente de los recursos que él considera colectivos. Por ejemplo, el petróleo existente en el mundo precapitalista estaba bajo la tierra pero no existía ni la maquinaria para extraerlo ni los aparatos para utilizarlo. Sería interesante que el actor dijera cómo funcionaría esa colectivización utópica a la hora de tomarse los aviones que lo llevan y lo traen de Madrid, donde disfruta de una vida inimaginable previa al capitalismo".

"Seguramente, en sus viajes a España, puede sentarse en un bar o un restaurant a pedir esos pescados «apropiados», por los que sólo paga un ínfimo porcentual de sus ingresos. Si tuviera que ir personalmente al mar a pescarlos, quizá carezca de tiempo para ejercer su oficio o de visitar los canales de streaming donde dice todas estas estupideces".

"Si una crítica merece el sistema capitalista, esta tendría que estar vinculada a los delirantes que surgen en todo el mundo al tener todas las necesidades básicas satisfechas y mucho tiempo libre, gracias a la capitalización individual y colectiva. Si muchos tuvieran que vivir de la caza y de la pesca para la supervivencia básica, tendrían un poquito más de sentido común. Lamentablemente, el capitalismo nos sacó de la pobreza extrema, nos garantizó las necesidades más básicas, nos dio bienestar, pero también tiempo para estupidizarnos y hacernos cuestionar lo que nos ayudó a vivir como nunca antes en la historia de la humanidad".

(De panampost.com)

Es oportuno mencionar las etapas del proceso que se ha repetido varias veces, si bien la etapa previa a la socialización de los medios de producción está asociada a los ideólogos como Bergoglio:

LAS TRES ETAPAS DEL SOCIALISMO EN VENEZUELA

Por FEE

Venezuela es sólo el último país en pasar por el ciclo por el que pasan todos los países socialistas. En su excelente nuevo libro, Socialism: The Failed Idea That Never Dies, Kristian Niemietz, del Institute of Economic Affairs, describe el proceso:

1. El período de luna de miel… durante el cual el experimento tiene, o al menos parece tener, cierto éxito inicial en algunas áreas… Durante el período de luna de miel, muy pocos discuten el carácter socialista del experimento.

2. El periodo de las excusas y las evasivas. Pero el periodo de luna de miel nunca dura para siempre. La suerte del país llega a su fin, o sus fracasos ya existentes se hacen más conocidos en Occidente… Deja de ser un ejemplo que los socialistas esgrimen contra sus oponentes, y se convierte en un ejemplo que sus oponentes esgrimen contra ellos.

Durante este periodo, los intelectuales occidentales siguen apoyando el experimento, pero su tono se vuelve airado y defensivo.

3. La etapa del no-socialismo real. Al final, siempre llega un momento en que el experimento ha sido ampliamente desacreditado y la mayoría del público en general lo considera un fracaso. El experimento se convierte en un lastre para la causa socialista y en una vergüenza para los socialistas occidentales.

Este es el momento en el que los intelectuales empiezan a cuestionar las credenciales socialistas del experimento y, lo que es más importante, lo hacen con efecto retroactivo… En algún momento, la afirmación de que el país en cuestión nunca fue “realmente” socialista se convierte en la sabiduría convencional.

Cuando observamos el caos en Venezuela, vale la pena recordar que, no hace tanto tiempo, era la prueba del éxito del socialismo.

Etapa 1: Un presidente anticapitalista

En 2002, Hugo Chávez se convirtió en presidente de Venezuela. Los precios históricamente altos del petróleo le permitieron desencadenar una oleada de gasto público. Intervino ampliamente en la economía. Las cosas iban bien y la gente estaba seducida. El “socialismo real” se oponía al capitalismo. En 2007, Naomi Klein escribió:

“Los opositores más acérrimos de la economía neoliberal en América Latina han ido ganando elección tras elección. Los ciudadanos habían renovado su fe en el poder de la democracia para mejorar sus vidas.
Los movimientos de masas de América Latina están aprendiendo a incorporar amortiguadores a sus modelos organizativos. Las redes progresistas de Venezuela están muy descentralizadas, con el poder disperso a nivel comunitario y de base, a través de miles de consejos de barrio y cooperativas.
Los nuevos líderes de América Latina también están cada vez mejor preparados para los tipos de choques producidos por la volatilidad de los mercados. Rodeada de turbulentas aguas financieras, América Latina está creando una zona de relativa calma económica y previsibilidad, una hazaña que se presumía imposible en la era de la globalización”.

Dos años más tarde, Noam Chomsky, otrora apologista rastrero de los genocidas comunistas camboyanos de Pol Pot, escribió:

“Lo emocionante de visitar por fin Venezuela es que puedo ver cómo se está creando un mundo mejor. Las transformaciones que Venezuela está llevando a cabo hacia la creación de otro modelo socioeconómico podrían tener un impacto global”.

Etapa 2: Represión gubernamental

Pero los buenos tiempos llegaron a su fin. Los precios del petróleo cayeron desde su máximo hasta el nivel que tenían cuando Chávez asumió el poder. La producción se desplomó. La economía se hundió. La gente protestó. Maduro, el sucesor ungido de Chávez, tomó medidas enérgicas. Ahora estábamos en la Etapa 2.

En 2014, cuando las protestas de los venezolanos de a pie se encontraron con la violencia del gobierno, George Ciccariello-Maher de la revista Jacobin afirmó:

“Los que pretenden restaurar los privilegios feudales del depuesto ancien régime venezolano han intentado aprovechar las protestas de los estudiantes, en su mayoría de clase media, para derrocar al gobierno de Maduro. Las élites nacionales adineradas (cuyo inglés no muestra ningún rastro de acento) han tomado Twitter y los medios de comunicación internacionales. La oposición reaccionaria toma las calles, alimentada por un odio racial y de clase”.

Es cierto, admitió, que el gobierno estaba actuando brutalmente, pero, continuó:

“Si estamos en contra de la brutalidad innecesaria, hay sin embargo una forma radicalmente democrática de brutalidad que no podemos repudiar por completo. No se trata de la brutalidad por la brutalidad. Se trata más bien de una extraña paradoja: la brutalidad igualitaria, la dictadura radicalmente democrática de los desdichados de la tierra. Los untados hoy son de hecho la expresión más directa y orgánica de los miserables de la tierra venezolana”.

Etapa 3: Desplazamiento de la meta

Pronto entramos en la tercera etapa. En 2017, Ciccariello-Maher afirmó que los problemas de Venezuela eran el resultado de que el país no era lo suficientemente socialista.

"No hay una comprensión coherente de la revolución que no implique derrotar a nuestros enemigos mientras construimos la nueva sociedad. No podemos derrotar tales peligros sin armas.
Nadie afirmaría que las masas venezolanas están hoy en el poder, pero en los últimos veinte años han estado más cerca que nunca. Sus enemigos y los nuestros están en las calles, quemando y saqueando en nombre de su propia superioridad de clase.
El único camino es profundizar y radicalizar el proceso bolivariano. La única salida a la crisis venezolana hoy está decididamente a la izquierda: en la construcción de una alternativa socialista real".

Como señala Niemietz, con Venezuela estamos pasando actualmente de la Etapa 2 a la Etapa 3. Venezuela se está convirtiendo retroactivamente en “no socialismo real”. Noam Chomsky escribe ahora:

“Nunca describí el gobierno capitalista de Estado de Chávez como ‘socialista’ ni siquiera insinué tal absurdo. Estaba bastante alejado del socialismo. El capitalismo privado se mantuvo. Los capitalistas eran libres de socavar la economía de todo tipo de formas, como la exportación masiva de capital”.

Una y otra vez, los socialistas han aclamado a un país u otro, desde la Rusia soviética hasta Venezuela, como el precursor de un nuevo y brillante amanecer, sólo para escabullirse cuando se derrumba, negando que alguna vez fuera realmente lo que te habían dicho que era; “nunca fue un socialismo real”. Han tenido mucho éxito con esto.

Como resultado, de fracaso en fracaso estrepitoso, la teoría del socialismo sigue navegando, impoluta por los horribles resultados prácticos de su aplicación y encontrando siempre un nuevo país que destrozar. No se debe permitir que los socialistas se salgan con la suya cuando se trata de Venezuela.

(De panampost.com)

1 comentario:

agente t dijo...

El pueblo venezolano cometió un error mayúsculo cuando votó por primera vez como presidente a Chávez: venía de intentar dar un golpe de estado.

Lo que mal empieza, mal acaba.