miércoles, 21 de agosto de 2024

El peronismo como religión

Tratando de describir sensaciones personales respecto de los peronistas, puede llegarse a la conclusión o síntesis de que el peronismo es, para los peronistas, una nueva religión. Al sostener una fe inquebrantable en sus ídolos, tal actitud de adhesión no difiere esencialmente de la de los creyentes de otras religiones; sólo cambian los destinatarios de las alabanzas y de los pedidos, y de los símbolos venerados como sacros.

Perón inculcó en sus seguidores que todo antiperonista es un enemigo, en forma semejante a cómo Mahoma inculcó que todos los infieles también lo son. De ahí que resulte bastante dificultoso tener algún vínculo social con alguien que a uno lo considera de antemano como un enemigo.

La democracia, como un "mercado de votos", no puede funcionar con el peronismo. Ello se debe a que siempre van a votar por candidatos pertenecientes a su secta, en forma independiente de los desempeños anteriores. Este es el caso de Axel Kicillof, actual gobernador de la provincia de Buenos Aires. Ningún peronista se abstendría de votarlo en próximas elecciones aun cuando, siendo Ministro de Economía de la Nación, promovió la estatización de YPF. Debido a su ignorancia e incapacidad, el Estado nacional deberá pagar indemnizaciones por 16.000 millones de dólares. Con este monto podrían construirse unas 320.000 viviendas.

Mientras que los peronistas calumnian al gobierno de Javier Milei con la expresión "la patria no se vende" (debido a la posible llegada de capitales extranjeros), a los peronistas se les podría decir que "la patria no se regala", ya que además de las indemnizaciones por la expropiación de YPF, se reclaman indemnizaciones por falsear datos estadísticos y así pagar menos intereses a los ahorristas que compraron bonos argentinos, obra del ex ministro Guillermo Moreno. También se reclaman indemnizaciones por la estatización de Aerolíneas Argentinas.

Ataques y vandalismo peronistas a templos católicos (1955):

Perón no aceptaba compartir el poder con nadie, ya que, como líder totalitario, aspiraba a tener el poder total sobre toda la nación. Ahí empieza el conflicto con la Iglesia Católica, siendo el cristianismo la "religión rival", como lo fue para los revolucionarios franceses de 1789 o para los revolucionarios comunistas de la Rusia de 1917.

Luego de la barbarie del bombardeo de Plaza de Mayo, en 1955, por parte de aviones de la Armada que querían matar a Perón, no lográndolo, desde la presidencia se recomienda la quema y vandalización de templos católicos. Perón se había enterado del bombardeo y salió a tiempo de la Casa Rosada, pero no fue capaz de avisar a la gente que por allí transitaba, para que la catástrofe sucediera y así perjudicar la imagen de los opositores.

El historiador Enrique Días Araujo describe en detalle la participación de los funcionarios peronistas que promovieron la quema y vandalización de templos de la ciudad Buenos Aires, escribiendo al respecto: "El Ministro de Educación Armando Méndez San Martín, el Ministro de Salud Pública Conrado Raúl Bevacqua, el Ministro del Interior Ángel Borlenghi y el Vicepresidente de la Nación Contraalmirante Alberto Teissaire, eran tenidos como masones influyentes y conspiradores, que decidieron el incendio de las iglesias a modo de represalia por el bombardeo del 16 de junio de 1955".

"Eso era así. En la Escuela de Ciegos, de la calle Bolívar 431 de la Capital Federal, funcionó la central operativa que comandó el siniestro pirotécnico. De allí partieron las columnas de aliancistas, cegetistas y militantes peronistas (provistos de bidones de nafta y lanzallamas), dirigidos por comisarios de la Policía Federal y de la División Bomberos, incendiarios de la Curia Metropolitana, Santo Domingo, San Francisco, San Ignacio, la Piedad, La Merced, San Juan, San Nicolás de Bari, San Miguel Arcángel, de la Consolación, la Capilla de San Roque y Nuestra Señora de las Victorias. Y en ese mismo lugar se reunieron el mediodía del día 17 de junio para celebrar con un almuerzo criollo sus fechorías. Todo eso está acreditado, con nombres y apellidos".

"En la Escuela de Ciegos instaló su comando Teissaire, con la colaboración de los González y Monteperta. En la sede del Departamento de Policía, de la calle Moreno, dirigió el Ministro Ángel Borlenghi con el subsecretario Abraham Krislavin, el jefe de Policía Gamboa, el jefe de la Dirección de Seguridad de la Policía Federal, inspector general Teodoro Carmelo Sabino, y el jefe de la Guardia de Infantería Liceri. En la sede del Ministerio de Salud Pública estuvo el Ministro Bevacqua, con la ayuda de Cesar Pérez y Segundo Rufino Nieto".

"El incendio de Santo Domingo lo realizaron los bomberos, que estaban a cargo de los comisarios Oscar E. Benzi y Fuentes. La quema de San Francisco fue encabezada por el comisario inspector Ruperto J. Fuentes; la de la Piedad por el comisario Alejandro Toranzo; la de San Miguel Arcángel por el comisario Severo A. Toranzo; y la de la Consolación por el inspector mayor Silvano Pío Larrosa. Además de los incendios se cometieron otros delitos. En San Nicolás de Bari los oficiales de policía atacaron y golpearon al párroco Jacobo Wagner, provocándole la muerte días después. Una prueba muy notable fue el diálogo que mantuvo el jefe de Bomberos, Inspector General Oscar Benzi, con el Comisario Rómulo Pérez Algerba. Le dijo: «¡Y no sabe la orden! ¡Hay que dejarlo quemar!» (templo de Santo Domingo), «Hay que dejarlo quemar. Porque hay una orden. Hay orden de que no se actúe» (templo de San Ignacio)".

(De www.quenotelacuenten.org)

La nueva religión nacional que pretendía reemplazar al cristianismo:
Luego del derrocamiento de Perón, en ese mismo año 1955, hubo prohibiciones del peronismo y un posterior silencio cómplice de todo lo que fue tal totalitarismo. Con la absurda idea de ocultar la verdad histórica, para terminar con las divisiones, se permitió que el monstruo resurgiera, esta vez con el rostro kirchnerista, hasta destrozar la nación y la sociedad por muchos años. En lugar de seguir con la fallida táctica del ocultamiento del pasado "para mirar sólo al futuro", no debemos ignorar lo que el peronismo fue, es y será.

1 comentario:

agente t dijo...

En este texto se produce un salto histórico inexistente: entre el gobierno de María Estela Martínez de Perón y el de Nestor Kirchner hubo diversos gobiernos presididos por un peronista: los de Menem, Rodríguez Saa y Duhalde, progresivamente más cercanos a la monstruosidad característica del movimiento-religión que aquí se glosa.