Uno de los conceptos utilizado en la mayor parte de las ramas de la ciencia es la relación entre estimulo y respuesta (E-R). De ahí que se emplee también en psicología. Sin embargo, posteriormente se introdujo un concepto de mayor generalidad como es el proceso de realimentación negativa. Mientras que al vínculo E-R podemos considerarlo como una relación de causa y efecto efectuada en un instante, el sistema realimentado describe secuencias prolongadas de eventos, como lo es el proceso cognitivo. Mario Carretero escribió: “Miller, Galanter y Pribam inician… un duro ataque al bastión conductista. Intentan, nada más y nada menos, que desmontar la idea de que el par estímulo-respuesta es la unidad de análisis más adecuada a la psicología. Para ello, parten de una crítica inicial al concepto de arco reflejo, puesto que es el que dio origen al E-R”. “Hacía tiempo que la propia neurofisiología lo había sustituido por los conceptos de retroacción y servomecanismo. Y por otro, no parecía que tuviera sentido seguir utilizando en nuestra disciplina ideas que habían quedado desechadas en su propio ámbito de origen”.
“De ahí se desprendía que resultaba mucho más útil la llamada «hipótesis cibernética», es decir, la concepción según la cual el aspecto esencial en el funcionamiento del sistema nervioso es el bucle de retroacción” (De “Introducción a la psicología cognitiva”-Aique Grupo Editor SA-Buenos Aires 1997).
La psicología cognitiva adopta una postura compatible con la cibernética, entendida como “comunicación y control en organismos, animales y máquinas”. Mientras que la relación estímulo-respuesta se sigue utilizando donde hace falta, los sistemas realimentados están caracterizados por perseguir una finalidad u objetivo. Howard Gardner escribió: “Si una máquina posee retroalimentación, es legítimo decir que «persigue metas», y si es capaz de calcular la diferencia entre esas metas y su desempeño efectivo, puede luego reducir tales diferencias. Así pues, para ellos [Rosenblueth, Wiener y Bigelow] las máquinas estaban «dotadas de propósitos». Además, desarrollaron una novedosa idea acerca del sistema nervioso central, expuesta por Wiener en estos términos:
«El sistema nervioso central no se nos aparece ya como un órgano autónomo, que recibe datos de entrada desde los sentidos y los descarga en los músculos. Por el contrario, algunas de sus actividades más características sólo son explicables como procesos circulares, que emanan del sistema nervioso hacia los músculos y reingresan a aquél a través de los órganos de los sentidos….A nuestro juicio, esto parece marcar una nueva etapa en el estudio de aquella parte de la neurofisiología que se ocupa, no sólo de los procesos elementales de los nervios y de las sinapsis, sino del funcionamiento del sistema nervioso como totalidad integrada»” (De “La nueva ciencia de la mente”-Editorial Paidós SAICF-Buenos Aires 1987).
El proceso cognitivo más eficiente, a nivel social, es el de la ciencia experimental, que puede esquematizarse de la siguiente forma:
Realidad ==> Científico teórico ==> Descripción
……………<== Científico experimental <==
El objetivo de la ciencia experimental consiste en describir leyes naturales asociadas al mundo real. El científico teórico es el que postula hipótesis, o descripciones tentativas, que el científico experimental ha de comparar con la realidad a describir. Si la diferencia (o error) es considerable, el teórico debe mejorar la descripción realizada hasta que el error sea pequeño, o admisible según el criterio adoptado en el ámbito científico o rama del conocimiento considerado. Si el error es nulo (situación ideal) se dice que se ha llegado a la verdad.
Un proceso enteramente similar es el utilizado por los individuos cuando se trata del conocimiento cotidiano; incluso cuando se trata de aprender algo nuevo. Si nos explican cómo funciona un dispositivo desconocido, ponemos a prueba la idea que nos haya quedado, preguntando nuevamente al instructor si existen diferencias entre lo que suponemos y la realidad del dispositivo.
Se ha insistido en que existen similitudes entre el proceso del conocimiento individual y la computadora digital. Una de las coincidencias surge entre el detector de error del sistema realimentado, por el cual se establece una “comparación” entre la descripción y lo descrito, y el diagrama de flujo establecido por los programadores de la computadora.
Recordemos que la secuencia empleada en la utilización de una calculadora puede sintetizarse en un diagrama de flujo sin ninguna bifurcación, ya que el usuario es quien debe tomar decisiones según vayan apareciendo los diversos resultados intermedios. La computadora, por el contrario, admite la posibilidad de tomar decisiones intermedias, simbolizada por el rombo en el diagrama de flujo respectivo. Por ejemplo, si un resultado previo es igual a cierto valor numérico, el programa salta a otra instrucción (no a la siguiente); si es distinto, continúa con la próxima instrucción. Ello implica una “comparación” similar a la requerida en todo sistema de realimentación negativa, siendo una semejanza del software de la computadora con el de la mente humana.
También es posible encontrar analogías entre el cerebro y el hardware de la máquina. Howard Gardner escribió: “McCulloch y Pitts (1943) demostraron que las operaciones de una célula nerviosa y sus conexiones con otras (la llamada red neural) podían ser representadas mediante un modelo lógico. Los nervios eran equiparables a enunciados lógicos, y su propiedad de ser activados o no activados («todo o nada») era comparable a las operaciones de cálculo proposicional, donde un enunciado es o bien verdadero, o bien falso…Según este modelo, la neurona era activada, y a su vez activaba a otra neurona, del mismo modo que un elemento o proposición de una secuencia lógica puede implicar otra proposición. Así, ya se tratase de enunciados lógicos o de neuronas, la entidad A más la entidad B puede implicar la entidad C. Además, era verosímil establecer una analogía entre las neuronas y la lógica en términos de electricidad, vale decir, con referencia a señales que pueden pasar o no a través de un circuito. El resultado final de la demostración de McCulloch y Pitts se resume en esta frase: «Todo lo que pueda describirse de manera exhaustiva e inequívoca…es materializable mediante una red neural finita adecuada» (von Neumann)”.
Todo parece indicar que la computadora, una creación humana, nos ayuda a comprender nuestro propio comportamiento cognitivo. Jerome S. Bruner escribió: “Se da una curiosa ironía que no escapa a esta labor…procedía del reciente campo de la computación y fue resultado del esfuerzo llevado a cabo para describir cómo se puede crear comportamiento inteligente en máquinas…aprendimos que el comportamiento complejo no es inherente al lenguaje mecánico de la computadora, sino a los programas que construimos para guiar sus operaciones….La fuente de la inteligencia de la máquina es la potencial capacidad del que crea el programa. Lo singular de la mencionada ironía es que, forzosamente, proyectamos nuestras propias características en la máquina y a partir de esta proyección hemos sido por fin capaces de inferir lo que supone ser inteligente. La computadora, que fue primero una pantalla de proyección, llegó a ser finalmente un espejo para el hombre” (Citado en “Introducción a la psicología cognitiva”).
Los diseñadores de circuitos electrónicos digitales deben elegir una entre dos opciones extremas: a) Realizar su proyecto con un hardware (circuito) muy complejo, que requiera de un software (programa) bastante simple; o bien, b) Realizar un hardware bastante simple que requiera de un software bastante sofisticado. Buscando un funcionamiento seguro, generalmente se adopta la segunda postura.
De inmediato surge el interrogante acerca de cuál será el “criterio” con el que fue conformado el proceso cognitivo del hombre. Todo parece indicar que la naturaleza ha optado por establecer un hardware simple, que realiza dos operaciones principales, mientras que el software está constituido principalmente por la propia información a procesar, es decir, imágenes que provienen de la propia realidad con las leyes naturales que la rigen y que están implícitas en ellas.
En cuanto a las operaciones mencionadas, se deduce del sistema de realimentación negativa que debe existir cierta capacidad para COMPARAR. Luego, para poder disponer de la información grabada en nuestra memoria, debe existir otra operación que podemos denominar AGRUPAR.
Mientras que el ser humano realiza razonamientos comparando la realidad con lo que lleva depositado en su memoria y también comparando lo que tiene en distintos sectores de la memoria, los animales seguramente pueden hacer sólo la primera operación.
Algunos autores, como Daniel Kahneman, describe el proceso cognitivo del ser humano en base a dos tipos de pensamiento; rápido y lento. El pensamiento rápido puede asociarse al que se establece a partir de las operaciones comparar y agrupar, principalmente en base a imágenes, mientras que el pensamiento lento puede asociarse al procesamiento de información simbólica mediante una lógica del “todo o nada”, a cargo de circuitos neuronales que se comportan en forma similar a las redes eléctricas con interruptores en serie y en paralelo. De ahí que el álgebra de Boole consista en una matematización de los pensamientos lógicos como la requerida para describir el comportamiento de tales interruptores. George Boole escribió: “El propósito de este tratado es investigar las leyes fundamentales de las operaciones de la mente mediante las cuales se ejecuta el razonamiento; expresarlas en el lenguaje simbólico del cálculo, y sobre este fundamento establecer la ciencia de la lógica y construir su método; hacer del método mismo la base de un método general para la aplicación de la teoría matemática de las probabilidades; finalmente, extraer de los elementos de verdad sacados a la luz en el curso de estas investigaciones algunos probables indicios con respecto a la naturaleza y constitución de la mente humana” (De “Las leyes del pensamiento”-Universidad de Zulia-Maracaibo 1972).
Es oportuno señalar que, a partir de la operación Comparar, el hombre dispone de diversas referencias que la permitan. De ahí que las componentes cognitivas de la actitud característica de las personas sean la propia realidad (pensamiento científico), uno mismo, otra persona o lo que sugiere la mayoría.
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