Tanto a nivel familiar como social y como internacional, se establecen vínculos y conflictos que pueden ser descriptos en función de las dos tendencias básicas del comportamiento humano, que son la cooperación (asociada a la empatía emocional y a la competencia constructiva) y a la competencia destructiva (asociada al odio y al egoísmo). En todos los casos, son individuos quienes toman decisiones y, por lo tanto, dejan impresas las huellas de sus propias actitudes predominantes.
Las distintas opiniones que surgen desde la religión, de la filosofía y de las ciencias sociales pueden ser optimistas, realistas o pesimistas, si ven a los seres humanos mejor, igual o peor de lo que en realidad son, respectivamente. Así, el optimista dirá que la familia, como institución social, garantiza el éxito de sus integrantes debido a la bondad natural de cada uno. El realista dirá que existen tanto familias exitosas como familias fracasadas, mientras que el pesimista asegura que en la familia tradicional impera el egoísmo y la explotación patriarcal, por lo que debería desaparecer como célula básica de la sociedad.
Las propuestas que surgen desde la educación, la política o la economía derivan necesariamente de la orientación básica mencionada, es decir, optimista, realista o pesimista. De ahí que, desde un punto de vista lógico, pueden ser todas coherentes, pero, como surgen de creencias distintas sobre la única realidad, conllevan a desacuerdos con pocas posibilidades de llegar a coincidencias definitivas.
Cuando el optimista opina sobre la sociedad, posiblemente dirá que todo funciona bien, ya que las distintas clases sociales se complementan y colaboran entre ellas, como ocurría en épocas feudales y posteriores. Asi, Jacob Burckhardt escribía: "El arte y la magnificencia de que hizo alarde la Italia del Renacimiento en tales materias sólo fue posible gracias a la libre convivencia de todas las clases sociales que constituyeron el fundamento de la sociedad italiana" (Citado en "Maquiavelo" de Fernando Lucero Figueroa-UNR Editora-Rosario 2001).
Cuando el realista opina de la sociedad, propondrá la división de poderes del Estado, la economía de mercado en donde las empresas compiten evitando la formación de monopolios y las elecciones periódicas que permite el cambio de quienes gobiernan, además de la igualdad ante la ley. Como la sociedad está compuesta por personas que llevan encima actitudes cooperativas y también egoístas y destructivas, propone limitar la posibilidad de toda concentración de poder, ya sea político, económico o ideológico.
Cuando el pesismista opina sobre la sociedad, aduce que existe una básica lucha de clases, es decir, entre una poderosa y perversa clase dominante contra una débil y honesta clase dominada y explotada, por lo cual necesariamente se debería abolir la propiedad privada de los medios de producción (y a veces de toda forma de propiedad privada) para llegar así al colectivismo y el totalitarismo.
Cuando se hace referencia al orden internacional, también se vislumbran las diferencias advertidas. El optimista propondrá la formación de un gobierno mundial para evitar desvíos de la buena voluntad que muestran la mayoría de los países. El realista verá en el mercado libre mundial la posible cooperación entre naciones que afianzará el bienestar general y anulará las posibilidades de guerras y conflictos. El pesimista verá una dominación imperialista ejercida desde los países exitosos sobre los más débiles, inocentes de toda culpabilidad, por lo cual propone la abolición del sistema capitalista encubriendo el íntimo deseo de instaurar un imperialimo mundial de tipo socialista, o bien un gobierno supranacional que imponga sobre la humanidad un orden artificial distante del orden natural inherente al universo que conocemos.
El anterior análisis puede tener el inconveniente de ser incompleto, dejando de lado otras opiniones distintas, consistiendo seguramente en una simplificación excesiva. Sin embargo, es importante advertir las tendencias básicas mencionadas que están presentes en las personalidades de los seres humanos reales y concretos.
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1 comentario:
Una estimable apreciación de un aspecto muy importante de las cosmovisiones realmente existentes. De las tres posturas analizadas el realismo es lo más equilibrado y abierto porque no se cierra en una única dirección, está a lo que dicen los datos, no los relatos.
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