jueves, 14 de diciembre de 2023

Realidad de Cristo vs. Farsa elaborada

Debido a que el cristianismo se inicia en un rincón marginal del Imperio Romano, poca trascendencia tuvo en los primeros años, por lo que ello dio lugar a que algunos autores dudaran de la existencia real de Cristo. De ahí se sigue la conclusión de que todo fue una farsa, inventada por un anónimo farsante, que inició un proceso social alrededor de una creación humana para engañar a todo el mundo. Juan José Sebreli escribió: "Las escasas evidencias sobre la vida de Jesús de Nazaret otorgan una gran libertad para la fantasía; todas las interpretaciones son posibles, incluso la creencia de que no existió como personaje real, sino sólo como un ser espiritual o un símbolo. No es difícil multiplicar indefinidamente los evangelios apócrifos o inventar ficciones que toman como pretexto a personajes reales".

"El teólogo Robert M. Price, refiriéndose a una exitosa novela seudobiográfica, decía que investigar periodísticamente la verdadera historia de Jesús es como documentar la vida de Robin Hood o de Superman" (De "Dios en el laberinto"-Editorial Sudamericana SA-Buenos Aires 2017).

La posibilidad de la inexistencia mencionada tiende a satisfacer a las personas no religiosas, o bien ateas, con el agregado de considerar ilusos a los cristianos, quienes habrían sido engañados en forma evidente. Sin embargo, de tal engaño habrían participado nada menos que los fundadores de la física y la astronomía (Copérnico, Galileo, Kepler, Newton) y los fundadores del electromagnetismo (Faraday, Ampere, Maxwell).

Si consideramos que la religión moral implica una ética natural, junto con un "envase" (como lo es la existencia de un orden natural o de un Dios que rige al universo), y que tal religión moral viene escrita en el Nuevo Testamento, puede afirmarse que lo esencial es la ética mencionada, que se independiza totalmente de un autor y de su posible inexistencia. Lo importante es la veracidad de tal ética natural, la cual incluso podría adjudicarse al "anónimo farsante" que inventó la figura de Cristo.

El criterio acerca de la veracidad de toda teoría, dentro del ámbito de la ciencia experimental, viene asociado a la compatibilidad, o no, de una hipótesis establecida respecto a la realidad que está describiendo. Parece ser exitosa la "farsa" mencionada, ya que ha sido el fundamento evidente de gran parte del proceso de la génesis de la civilización occidental. Richard P. Feynman escribió: “En la Edad Media se pensaba que la gente hace sencillamente muchas observaciones y que las propias observaciones sugieren las leyes. Pero las cosas no funcionan así. Se necesita mucha más imaginación. Por eso tenemos que hablar de dónde proceden las nuevas ideas. En realidad, da igual de dónde procedan con tal de que lleguen. Tenemos una forma de comprobar si una idea es correcta o no, que no tiene nada que ver con su procedencia. Simplemente la ponemos a prueba frente a la observación. Por eso en la ciencia no estamos interesados en la procedencia de una idea”.

“No hay ninguna autoridad que decida qué idea es buena. Nos hemos librado de la necesidad de acudir a una autoridad para descubrir si una idea es verdadera o no. Podemos leer a una autoridad y dejar que nos sugiera algo; podemos probarlo y descubrir si es cierto o no. Si no es cierto, tanto peor, y así es cómo las «autoridades» pierden algo de su «autoridad»”.

“La mayoría de la gente encuentra sorprendente que en ciencia no haya interés por la formación previa del autor de una idea o por sus motivos al exponerla. Usted le escucha, y si la cosa suena digna de ser probada, que podría ensayarse, que es diferente y no es claramente contraria a lo ya observado, entonces resulta excitante y vale la pena intentarlo. Usted no tiene que preocuparse por cuánto haya estudiado él o por qué quiere que usted le escuche. En ese sentido no importa de dónde precedan las ideas. El origen real es desconocido; lo llamamos imaginación del cerebro humano, la imaginación creativa; es simplemente uno de aquellos «impulsos»” (De “Qué significa todo eso”-Crítica-Barcelona 1999).

Sebreli pareciera no haber advertido la importancia de la ética cristiana, incluso pudiéndose afirmar que si gran parte de los seres humanos la hubiesen tenido siempre presente, no se habrían producido las guerras mundiales ni tampoco habrían existido el comunismo y el nazismo. Sin embargo, en el caso de que Cristo hubiese existido, no perdió la ocasión para denigrarlo de alguna manera, escribiendo: "Es evidente que escenas como la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, aclamado por la multitud, son fantasías. De ser cierta, el personaje no hubiera pasado casi inadvertido para los historiadores de la época, tanto judíos como romanos".

"La vida pública de Jesús fue un fracaso, los doctores del templo lo desdeñaron por su escasa cultura, la gente del pueblo lo miraba con indiferencia o la curiosidad que despertaba un personaje raro. Era uno más entre los muchos profetas judíos que deambulaban por esos años por Palestina. Todos ellos se hacían llamar Mesías y se proclamaban salvadores de la humanidad; Jesús, por lo tanto, no podía atraer demasiado la atención".

"Los profetas no eran bien vistos por los saduceos, casta gobernante de las clases altas judías, que conservadores en religión pero también más racionales, no creían en la inmortalidad del alma ni en los ángeles ni en los demonios; consideraban a los visionarios profetas alucinados y peligrosos para la estabilidad social y, por lo tanto, es probable que presionaran para la condena a Jesús".

"Fueron indudables la megalomanía -el pobre hijo de un carpintero que decía descender de un rey- y el narcisismo de Jesús. En el Evangelio según Juan, hay una gran cantidad de frases autorreferencial que comienzan con el pronombre personal «yo»... Asimismo, no debe olvidarse que en Israel, como en todo el mundo antiguo, y aun en el medioevo, la locura era considerada sagrada, haciendo difícil discernir entre lo sacro y lo morboso".

"Jesús era uno, entre otros tantos, de los predicadores con alucinaciones mesiánicas, sanadores y magos hacedores de milagros que pululaban por entonces en Asia. Sólo una combinación imprevisible de circunstancias debieron darse para que hoy sigamos ocupándonos de ese hombrecito que pasó inadvertido en su breve vida".

Cristo sugiere "amar al prójimo como a uno mismo", es decir, sugiere compartir las penas y las alegrías ajenas como propias, como base de su ética. De ahí que sus detractores deberían concentrarse en esa sugerencia para, luego, vislumbrar los efectos personales y sociales que habrá de tener. Es así como actúa la gente seria y el científico auténtico, tal como lo advertía Richard P. Feynman. Es más digna esta verificación que apostar por una inexistencia o por una "falta de cultura".

11 comentarios:

agente t dijo...

El creador del cristianismo ni fue uno ni fue anónimo: bajo la superior supervisión y mando del emperador Constantino el Grande existió un equipo redactor de lo que se ha dado en llamar Nuevo Testamento formado por dos personas, Lactancio (“Instituciones divinas”), quien tuvo la idea original de la religión conocida como cristianismo y que fue adoptada y hecha propia por dicho emperador, propagandista y profesor de retórica de uno de los hijos del citado mandatario, era también un rico ciudadano romano originario de Egipto y Eusebio de Cesarea, historiador y amigo personal de Constantino.

Por otra parte, los primeros cristianos los hubo en las Galias y el trozo de Imperio bajo Constantino, el de Occidente, a partir del Sínodo de Arlés del año 314. En Oriente el Cristianismo se implantó en el Concilio de Nicea, el año 325. Antes de esos años no pudo haber cristianos en parte alguna, porque todo estaba sólo sobre el papel.

En tiempos de Copérnico, Galileo, Kepler o Newton ya existía una tradición cultural cristiana establecida de más de mil años, por lo que se daba por evidente y nadie la discutía y mucho menos desde su interior.

Año 303. Capítulo 1. Confidencias. Mi querido amigo, (sofiaoriginals.com)

agente t dijo...

https://www.sofiaoriginals.com/ano-303-capitulo-1-confidencias/

Bdsp dijo...

Si San Pablo predicaba en Roma, parece que el cristianismo ya existía desde el siglo I. De todas formas, si alguien lo inventó, parece ser una buena invención (al menos en la parte ética).

agente t dijo...

Podemos convenir que aunque la aplicación o el resultado tenga elementos positivos eso no evita que la causa de su establecimiento sea un acto de intención política.

En una entrevista con Fernando Conde, autor de "Año 303. Inventan el Cristianismo":

¿Qué destacarías del contenido del libro?
Es demasiado fuerte para resumirlo en dos o tres frases. Desde el principio se va preparando al lector y así no se sorprende demasiado cuando lee que toda la historia del Cristianismo se fraguó, se redactó, entre el año 303 y el 313. Todo lo escribieron dos personas, a las órdenes de Constantino: Lactancio, que era el hombre de la idea, y Eusebio de Cesarea, historiador y amigo de Constantino. Entre los dos se repartieron el trabajo y cada uno escribió dos Evangelios. Primero Eusebio escribió el Evangelio de Marcos. Y, a continuación, Lactancio copió de éste, añadiendo pasajes nuevos, el de Mateo y el de Lucas. Finalmente, Eusebio redactó el de Juan, con material inventado por él. Ya sé que esto es tremendo, pero así sucedieron las cosas

¿Qué reacciones han despertado tales afirmaciones?
Sorpresa, incluso incredulidad. Yo llevo 24 años profundizando en este tema y lo he ido asimilando poco a poco, conforme iba descubriendo nuevos aspectos de la trama. Aún recuerdo que cuando, hace unos 15 años, revisando las Cartas de Santiago y Juan, llegué a la conclusión de que Jesucristo no había existido realmente, me entró una gran tristeza. A quien se lo dicen de repente, es natural que no lo pueda creer, pero están descubiertas las pruebas de que todos los Evangelios son obra de las dos personas citadas. Y uno de ellos, Eusebio, dejó la misma marca, “SIMÖN”, escrita en cada Capítulo de los Evangelios y en otros muchos escritos cristianos primitivos. Todo eso se explica con detalle en el libro, por eso es tan voluminoso
.

agente t dijo...

sigue:

¿Que tiempo te llevó encontrar los datos necesarios para escribir Año 303. Inventan el Cristianismo?
Este libro es le tercero de la saga. Y para descubrir lo que expongo en él, y no estaba descubierto en los dos anteriores, me han hecho falta 12 años. Diez para investigar y dos para darle forma, para escribirlo. Básicamente en estos 10 años descubrí las firmas auténticas, puestas por Eusebio de Cesarea en todos los Evangelios, y la forma estructurada con que se escribía en la Antigüedad. Y los Evangelios no se escapan a esas reglas. El lector va a descubrir al leer el libro muchas cosas que no sabe ni él ni nadie. Quiero aclarar que Lactancio murió primero y Eusebio tomó sus Evangelios, los de Mateo y Lucas, y los interpoló, los añadió unos cuantos capítulos, donde colocó la marca delatora, “SIMÓN”.

¿Cuál era la personalidad del emperador Constantino, el promotor de toda esta historia?
Constantino era un joven tribuno, medio apadrinado por Diocleciano, que esperaba tener un papel relevante al lado de su padre. Cuando faltaba poco para su acceso al poder, Diocleciano cambió de opinión y lo relegó en favor de otros. Eso le impulsó a conseguir, fuera como fuera, el control que tenía Diocleciano, sobre todo el Imperio. Desalojó a sus colegas, haciéndose con el poder sorbe todo el Imperio, donde implantó la religión que había ordenado crear a Lactancio y Eusebio. Era muy ambicioso, un gran general, el mejor de su tiempo. No salió derrotado en ninguna batalla de las muchas en que intervino. Pero si como general era el mejor, en temas de ideología era un profano. Se dejó engañar por Lactancio, que era un visionario, y apoyó una ideología, el Cristianismo, que era bastante peor que otras que había ya en el Imperio.

Bdsp dijo...

¿Cómo es posible que historiadores prestigiosos como Willy Durant, que escriben sobre la época romana y el cristianismo primitivo, se hayan tragado la "mentira" de que Cristo no existió? Los Evangelios responden a una personalidad definida, y provienen de un auténtico religioso con intenciones de mejorar la humanidad, y no por cuestiones políticas.
No creo que todos los historiadores hayan ignorado los detalles que este autor supone, o presupone. Si sacó informción precisa de alguna parte, podría mostrarla y así convencer a los demás historiadores. Aparecería una verdad oculta. ¿Por qué no muestra la fuente de información y la comparte?
No creo que San Pablo y todos los cristianos primitivos se hayan apoyado sólo en habladurías, además, por creer que irían al infierno si mentían sobre cosas sagradas..

agente t dijo...

Porque se parte de la base de que los Evangelios son del siglo I, pero la única datación hecha por carbono 14 en el ejemplar supuestamente más antiguo de ellos, y no por paleografía (que es una opinión de experto, nada más), da como resultado una horquilla que va del 200 y mucho al 300 y bastantes, ahora no recuerdo las fechas concretas. Luego está la cuestión personal: nadie quiere echar por tierra su trabajo o tiene el valor suficiente como para enfrentarse a una entidad tan poderosa como la Iglesia.

Lo mejor de la hipótesis de Conde es que la prueba que él aduce son los propios Evangelios, el análisis filológico y técnico que de ellos hace, totalmente comprobable y falsable.

No hubo cristianos antes del primer sínodo de los obispos elegidos por el delegado de Constantino al efecto, un tal Osio de procedencia hispana, de Arlés del año 314, y cuya misión fue, precisamente, propagar la nueva religión.

Bdsp dijo...

Entonces tampoco es verdad que que Nerón culpó a los cristianos por el incendio de Roma, ni existió el rechazo de los judíos al cristianismo porque en realidad éste tampoco existió (???)

Desde el siglo I al siglo III, existe un cristianismo y una Iglesia primitiva. De ahí que existía alguna ortodoxia derivada de dogmas aceptados. Llega el siglo III y dos autores reescriben algo completamente distinto a la ortodoxia previa.

A continuación, todos los integrantes de la Iglesia aceptan el cambio y se quedan callados, de tal forma que los que reescriben los "libros sagrados" pasan inadvertidos ante la historia a pesar de haber promovido semejante revolución.

Ello continúa hasta que un historiador contemporáneo presupone que los obispos y sacerdotes del siglo III se quedaron callados y aceptaron la importante "revolución teológica" llevada a cabo. La duda es por qué los obispos y sacerdores, tan predispuestos a combatir herejías, esta vez, mansamente, aceptaron algo distinto a lo que prevalecía hasta el momento.

Bdsp dijo...

Si no existía el cristianismo antes del siglo III, ¿que sentido tendría iniciar una religión, o lo que sea, carente de historia y de adeptos? Tendría sentido reelaborarla de alguna forma, de lo contrario no habría de tener influencia alguna entre la gente.

Según la "historia oficial", los Evangelios se escribieron varios años después de la muerte de Cristo, alrededor del año 90 o del 100, a partir de una tradición oral que, supuestamente se basaba en algo real. En ello consiste la base de la ortodoxia cristiana primitiva, que luego fue cambiando...Pero negar del todo su existencia, implica menospreciar la inteligencia de nuestros antepasados y la de los historiadores profesionales que repitieron información inexacta del todo...

agente t dijo...

El rechazo de los judíos no pudo empezar antes de que el cristianismo existiese, es decir, apareció a partir del siglo cuarto.

Una de las cosas que hizo el equipo redactor de los Evangelios fue interpolar en escritos anteriores de Tácito, Flavio Josefo, Suetonio y Plinio el Joven referencias a un inexistente realmente Jesús el Cristo, buscando su confirmación histórica. También escribieron libros supuestamente redactados por los primitivos Padres de la Iglesia.

La redacción de los Evangelios actuales no fue una renovación o modificación de algo existente sino una plena innovación, razón por la que ningún cuerpo sacerdotal pudo oponerse a la misma ya que era inexistente.

En última instancia el cristianismo se inventó para unificar culturalmente a los muy diversos pueblos del Imperio porque se tuvo la impresión de que sólo así podría sobrevivir a una decadencia ya manifiesta.

Bdsp dijo...

En el siglo IV se produjeron las disputas entre los antiguos cristianos y los seguidores de Arrio, según cuenta la historia. De ahí que había reacciones ante nuevas propuestas o nuevas interpretaciones de los Evangelios.
De ahí que, o no surgió nada nuevo en ese siglo, o en realidad es todo cuento lo del cristianismo, lo que sucedió en Roma con los cristianos, etc, etc,....
Los historiadores son todos mentirosos, ingenuos o tramposos porque nos relatan cosas inexistentes. También todo el catolicismo es mentiroso.....todos menos Lactancio y su amigo.
Me parece una confabulación difícil de aceptar. Sería un caso similar al de Stalin que suprimió de la historia rusa a Trotski, incluso sacándolo de algunos fotos antiguas...