lunes, 4 de diciembre de 2023

Dependencia y debilidad vs. Independencia y fortaleza

De la misma forma en que los padres contemplan con satisfacción al niño que comienza a dar sus primeros pasos, en el futuro contemplarán con igual o mayor satisfacción cuando pueda desenvolverse en la vida sin la protección paterna. Glen Heathers escribió: “La personalidad de cada individuo se desarrolla en un mundo social, y todo aspecto de la personalidad refleja nuestras relaciones y experiencias con los demás. Un aspecto central del proceso de «socializarse» es el desarrollo de necesidades, percepciones y modelos de respuesta que se relacionan con la dependencia de los demás, o con la independencia”.

“Una persona depende de otras en la proporción en que tiene necesidades que requieren que los demás respondan de una forma determinada si estas necesidades han de ser satisfechas. Una persona es independiente de otras en la proporción en que puede satisfacer sus necesidades sin requerir que los demás le respondan de un modo determinado”.

“Una forma de depender de los demás es la llamada dependencia instrumental, que se da cuando una persona busca ayuda para alcanzar sus fines. Así, un niño pequeño depende de los demás para lograr ayuda, a fin de satisfacer el hambre y otras necesidades corporales. Cuando un niño busca apoyo para conseguir alimento, por ejemplo, la ayuda es un fin subsidiario en relación con el fin definitivo del alimento”.

“En la dependencia emocional, la respuesta de los demás son los fines últimos más bien que los medios de alcanzarlos. Así, la necesidad de afecto es una necesidad de dependencia emocional que es satisfecha por las respuestas cariñosas de los demás. Se pueden distinguir tres formas de dependencia emocional: necesidad de seguridad, de afecto y de aprobación”.

“La necesidad de seguridad surge en situaciones en que una persona se figura resultados no deseados o temidos: el fracaso, el repudio, las lesiones, etc. El buscar seguridad consiste en colocarse uno bajo el cuidado de otra persona a fin de evitar esos resultados. Así, un niño que teme la oscuridad desea que alguien en quien confía la comparta con él, y un niño que siente ansiedad porque teme fracasar en un trabajo necesita que le digan que lo hará muy bien”.

“La necesidad de afecto de una persona es la de que los demás respondan con signos físicos afectivos, tales como las caricias y los besos, o con palabras y hechos que muestren que se preocupan de ella. La necesidad de aprobación de una persona es la de que los demás reaccionen positivamente hacia ella bien por lo que ha realizado o por sus características que dan categoría o status, tales como su aspecto, sus bienes o sus roles sociales”.

"La independencia instrumental significa que debemos conducir nuestras actividades y hacer frente a nuestros problemas sin buscar ayuda. Es el reverso de la dependencia instrumental”.

"La independencia emocional significa en primer lugar la ausencia de necesidades de seguridad, afecto o aprobación en determinadas situaciones. Este aspecto se puede llamar «confianza emocional en uno mismo» y es el reverso de la dependencia emocional. Además, la independencia emocional se define con el fin de incluir la «auto-afirmación» en forma de necesidad de dominar las tareas y de dominar a los demás”.

“Cuando la meta es la aprobación, como cuando una persona domina a fin de atraer la atención o la alabanza, se muestra más bien la dependencia que la independencia emocional” (De “Psicología de la educación” de R.C. y N.A. Sprinthall-Ediciones Morata SA-Madrid 1973).

Los líderes populistas o totalitarios se caracterizan por inventar enemigos de la sociedad de manera de ser ellos quienes habrán de proteger a las masas respecto del peligro que entrañan tales supuestos enemigos. El Estado pasa a ser el padre protector de las masas, que se acostumbran a esa protección sin pensar en la posibilidad de afrontar la natural independencia que requiere toda persona adaptada a la sociedad en que vive. De ahí que los sistemas socialistas debilitan a las masas de la misma manera en que los padres sobreprotectores debilitan las capacidades de sus hijos para afrontar los problemas cotidianos que les presenta la vida.

La independencia respecto de los demás (que coincide con la pregonada libertad del liberalismo) debería ser una meta a lograr por todo individuo, mientras que también esa "meta" se encuentra en el comportamiento de algunas aves. Leemos al respecto: "Se dice que cuando el águila construye un nido, recoge ramas espinosas y las usa como cimiento para el nido. Luego recoge plumas suaves para cubrir las espinas. Cuando sus crías tienen la edad suficiente para volar, pero están demasiado relajadas debido a lo confortables que están en el nido, el águila quita las plumas para que los aguiluchos puedan sentir el dolor de los pinchazos de las espinas y sepan que es hora de abandonar el nido y empezar a volar por sí mismos".

"¡Sí! ¡Es difícil aceptar o creer que una madre que ama a sus hijos tan incondicionalmente puede ser la causa de su dolor! Pero ¿no es esto acaso el amor disfrazado de una madre? Porque es este mismo amor en forma de dolor lo que finalmente hace que los aguiluchos abandonen su nido, vuelen lejos y se remonten a tierras lejanas". (De rssb.org.es)

Mientras que los romanos y, posteriormente, los nazi-fascistas, adoptaron las águilas como símbolo, olvidaron el detalle mencionado, ya que pensaban que era el Estado la institución que debía regir las voluntades individuales en lugar de favorecer la independencia individual.

1 comentario:

agente t dijo...

El principal impulso de un estado protector más allá de lo razonable proviene históricamente y en la actualidad de la socialdemocracia. Todos los programas del llamado Estado del Bienestar (pensiones públicas notoriamente mayores a lo cotizado previamente para obtenerlas, sistemas de salud estatal sin copagos, becas fáciles, etc...) promueven la irresponsabilidad individual y fomentan los comportamientos contrarios a lo necesario para el crecimiento económico y la fortaleza y responsabilidad individuales, pues desincentivan el esfuerzo y el ahorro, promueven el gasto irresponsable, y depositan en manos de otros, los políticos, todo lo referente a nuestro futuro económico.