Quienes advierten que la moral cristiana es una moral de esclavos y de débiles, tienden a identificarse con algunos escritos de Friedrich Nietzsche. En realidad, si a alguien egoísta o a alguien que tiene predisposición por el odio al prójimo, y por la cual encuentra su "fortaleza anímica", se le sugiere "amar al prójimo como a sí mismo", seguramente verá tal posibilidad como algo absurdo e incompatible con su personalidad; como algo que carece de sentido.
No debe olvidarse que las prédicas cristianas no implican una serie de sugerencias a ser adoptadas en cualquier momento de la vida, sino, por el contrario, sugieren la adopción de una actitud o predisposición previa, a partir de la cual tendrá pleno sentido la moral que predica. De ahí su expresión "No se echa el vino nuevo en odres viejos...", porque se rompen los cueros y se pierde el vino.
Roger-Pol Droit escribió respecto de Nietzsche: “Se objetará que la metáfora musical, a pesar de todo, tiene sus límites. Aquellos a quienes el pensamiento de Nietzsche desconcierta e incluso descompone siguen pensando que este filósofo es un chico malo. Maligno, astuto, sutil, por cierto. Pero decididamente incoherente: bajo su pluma se encuentra todo y lo contrario. ¿Cómo hacer si, a cada cita de Nietzsche, puede yuxtaponerse otra, también firmada por Nietzsche, que sobre el mismo tema dice exactamente lo opuesto a la primera? Este autor es aberrante, inasible, irracional, monstruoso”.
“A la manera de ver de los lectores que le son hostiles, sigue encubriendo peligros más graves. No sólo la razón está expuesta: la República está en peligro, la virtud está amenazada. ¡Ciudadanos, desconfiemos! Este agitado antojadizo, perturbado, megalómano, irascible, no sólo es ilógico. Es aristócrata hasta la punta de las uñas, visceralmente antidemocrático. Es sencillo: ¡no se puede ser más re-ac-cio-na-rio! Y además inmoral. Y violento, por añadidura. No le gustan los débiles, ni la piedad, ni las pequeñas bajezas del confort. A no dudarlo, no sabe amar para nada. Pondera a los bárbaros, y anuncia la guerra. Flirtea con lo inhumano y sueña con lo sobrehumano. Desvaría, es cosa clara. Decididamente, este patán es un individuo extremadamente peligroso. Anticristiano, antisocialista, anticientífico. Sospechado además de varios delitos. Racismo, fascismo, antisemitismo; gusto inmoderado por la jerarquía; predilección por la mentira, la ilusión, la apariencia; atracción hacia la fuerza bruta, la crueldad, la dominación. Si Hitler ofrece a Mussolini una edición de Nietzsche encuadernada en cuero, ¿realmente es un azar?” (De “En compañía de los filósofos”-Fondo de Cultura Económica-Buenos Aires 1999).
Si tenemos presente los escritos de Nietzsche respecto del cristianismo, surgirán dos posibles calificaciones al respecto: podrá decirse que es neutral (que no está a favor ni en contra) o bien que en realidad no tiene sentido tomarlo en serio (debido a lo contradictorio de sus opiniones). Karl Jaspers escribió al respecto: "Ya sabemos con que inaudita violencia ha rechazado Nietzsche el cristianismo. Un ejemplo: Basta que alguien adopte, a mi parecer, una actitud equívoca frente al cristianismo, le niego la menor partícula de confianza. No puede haber, en esa materia, más que una actitud conveniente; un no absoluto".
"Cuando se propone desenmascarar al cristianismo, su lenguaje desborda de indignación y de desprecio; su estilo, sereno en el examen crítico, es entonces el del panfleto. Con una extraordinaria riqueza de puntos de vista, pone al desnudo las realidades cristianas. Adoptó los temas que han inspirado a otros críticos anteriores, y con él empieza un nuevo combate contra el cristianismo, más radical y más totalmente conciente que otro alguno".
"Quien no conozca más que esa hostilidad, tendrá, al estudiar a Nietzsche, muchas ocasiones de asombrarse: hallará frases que parecen completamente incompatibles con esas ideas anticristianas. Nietzsche es capaz de decir del cristianismo: Es, a pesar de todo, el mejor ejemplo de vida ideal que yo haya verdaderamente conocido; desde que aprendí a andar, lo he perseguido, y creo que en mi corazón nunca lo he vituperado" (De "Nietzsche y el cristianismo"-Editorial Deucalion-Buenos Aires 1955).
Otras frases de Nietzsche, citadas por Jaspers, son las siguientes:
Hasta aquí, de una manera general, el respeto de la Biblia se mantiene en Europa; y ése es, quizás, el primer factor de educación y de refinamiento de las costumbres que Europa deba al cristianismo.
Considero como un honor descender de una línea que ha tomado en serio al cristianismo en todos sus puntos.
Llama a los sacerdotes enanos pérfidos, raza de parásitos, calumniadores del mundo patentados, arañas venenosas, los más diestros hipócratas concientes.
Pero también celebra, a menudo, la gloria de las almas de los sacerdotes. El pueblo tiene razón mil veces al honrar justamente a esos hombres, a esas almas de sacerdotes, tiernos, simples con seriedad, castas, que le pertenecen y que provienen de él, pero consagradas, elegidas, sacrificadas por su bien, y ante las que puede vaciar sin temores su corazón...
Una Iglesia es ante todo un instrumento de dominio que asegura el más alto rango a los hombres espiritualmente superiores, y cree demasiado en el poder del espíritu para recurrir a la violencia de procedimientos groseros; lo cual basta para que la Iglesia sea en cualquier circunstancia una institución más noble que el Estado.
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1 comentario:
Por lo que parece Nietzsche hace rotundas afirmaciones, pero desde el prejuicio. No se molesta en documentarlas, solo las hace pomposas y vistosas. Lo peor es su continua contradicción, que es lo que definitivamente le resta credibilidad.
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