Se ha dicho que "el hombre es el único animal capaz de tropezar dos veces con la misma piedra". Adaptado a los políticos y al pueblo argentino podría decirse "más de una vez" en lugar de "dos veces", para contemplar con mayor exactitud nuestro comportamiento.
Como ejemplo de repetición de serios errores, cometidos por imprudencia o por ignorancia, o por ambas "virtudes negativas", puede mencionarse el caso repetido de romper contratos para luego tener que afrontar severas indemnizaciones para compensar a las empresas perjudicadas, aunque es posible que tales indemnizaciones les hayan aportado mayores dividendos que las ganancias normales que pudiesen haber obtenido de no finalizar el contrato respectivo.
Respecto del presidente Arturo Illia, quien ejerció a comienzos de los años 60, Adrián Freijo escribió: “Su primera medida consiste en anular los contratos petroleros firmados por el gobierno de Frondizi, cumpliendo con uno de sus «caballitos de batalla» de su campaña electoral”.
“Cuando Illia asume la primera magistratura debe decidir entre una consecuencia casi irracional con sus vehementes discursos preelectorales, donde vituperaba la política frondizista, o el mantenimiento de una situación que, aunque lejos de suponer un ideal, traía un alivio suficiente y momentáneo que bien podía servir para que el gobierno pudiera fijar su interés en otro de los tantos problemas que lo reclamaban”.
"Elige lo primero y entonces su decisión le costará millones de dólares a las exhaustas arcas del país. Más de 200 millones de esa moneda debieron pagarse en concepto de indemnización; el autoabastecimiento conseguido luego de medio siglo de infructuosos esfuerzos desapareció paulatinamente; la Argentina debió sufrir el alto precio de la desconfianza internacional por no cumplir, por primera vez en su historia, con compromisos adquiridos” (De “Lecciones de nuestra historia reciente”-Editorial Sudamericana SA-Buenos Aires 1977).
Luego de pagar las cuantiosas indemnizaciones, el país procede a comprar petróleo a la misma empresa en cuestión. Pero todo este proceso parece ser ignorado por senadores y diputados con escasa o nula preparación para esos cargos, por lo cual se llega a la poco legal y desafortunada estatización de YPF por el gobierno kirchnerista, teniendo amplio apoyo del sector radical por cuanto comparte la idea de que “estatizar el petróleo es bueno en cualquier caso”.
La aceptación del pago indemnizatorio a Repsol (unos U$S 5.000 millones) es una prueba fehaciente del serio error incurrido en un primer momento. Pero pocos esperaban un fallo reciente (2023) por el cual se condena al país a un pago adicional de U$S 16.000 millones, con un adicional de U$S 1.500 por cada año de atraso por posibles apelaciones ante instancias superiores. Cabe mencionar que con 16 mil millones de dólares se podrían construir unas 320.000 viviendas.
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1 comentario:
Cada vez se habla más y más en serio de la necesaria responsabilidad civil, a satisfacer con su patrimonio personal, que debieran soportar los políticos por causa de sus medidas devenidas gravemente perjudiciales para los intereses colectivos. Pero como eso tendría que establecerse por ley es una discusión que no alcanzará más allá del correspondiente juego dialéctico.
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