La separación de la política respecto de la moral natural es un proceso similar a la separación de las leyes humanas respecto de las leyes naturales. El denominado "positivismo jurídico" ha llegado a legitimar las leyes establecidas por el régimen nazi debido a la legitimidad democrática asociada al acceso de Hitler al poder. Este absurdo aparece en el caso de la política, cuando se afirma que "la política es independiente de la moral y sólo persigue el poder".
Cuando se habla de la política como "administración del Estado", lleva implícita la igualitaria importancia que han de gozar gobernantes y gobernados, mientras que la "política" que contempla sólo el acceso y el mantenimiento del poder, es la cotidiana y frecuente politiquería que vemos a diario, y que ignora los padecimientos de los gobernados.
Por lo general, el politiquero habla permanentemente del pueblo y de los pobres mientras que en su mente sólo reinan las ambiciones personales, ya que poco o nada le interesa el sufrimiento de mucha gente. Las veces en que hace algo positivo se debe a que implica lo necesario para mantener un aceptable caudal de votos para futuras elecciones. Respecto del politiquero cabe aquello de: "Dime de qué te jactas y te diré de qué careces".
Si existe la politiquería se debe esencialmente a que un gran sector del pueblo es sobornable, esto es, cuando el politiquero de turno reparte dinero ajeno o puestos de trabajo (estatales ambos) a cambio de votos, de manera de comprar voluntades y que, por herencia, es posible que tal clientelismo llegue a la adhesión de futuras generaciones, como ha sido el caso del peronismo.
También la politiquería mantiene su vigencia cuando aparece el culto a la personalidad del líder y la idolatría asociada, ya que el éxito electoral es compartido por el devoto seguidor reemplazando toda ambición personal que vaya más allá de la mencionada adhesión, siendo un caso similar a la del fanático aficionado al fútbol cuyo éxito o fracaso personal está íntimamente ligado al éxito o al fracaso de su equipo favorito.
Al igual que la incondicionalidad y la adhesión de por vida que el fanático otorga a su club, el seguidor del politiquero lo seguirá apoyando electoralmente sin apenas tener presente los errores que pueda cometer. Este es el caso de los peronistas, quienes seguirán votando a los "enviados de Perón" sin tener en cuenta los desastres que están cometiendo. La incondicionalidad se advierte cuando culpan a factores externos, o a los opositores, por todo lo negativo que ocurre bajo el gobierno de sus preferidos.
Para que una sociedad funcione aceptablemente, es imprescindible partir de un nivel moral mínimo necesario asociado a la mayoría de sus integrantes. De ahí que la separación entre política y moral no debería ser una práctica aceptable. Como tal separación parece predominar en muchos países, las posibilidades de mejora se ven limitadas, al menos hasta que se advierta el "error maquiavélico".
Entre los defensores de Maquiavelo encontramos a quienes aducen que "sólo se limitó a describir la realidad política tal como la observó" y que, de acuerdo con esa realidad "sugirió la mejor forma de actuar políticamente". De todas formas, las críticas al maquiavelismo son independientes de las verdaderas afinidades morales del pensador italiano. Marcos Jaén escribió: "La obra maquiaveliana es una esclarecedora expresión de su época que contiene, al mismo tiempo, la descripción de las cosas tal como son (la veritá effetuale) y las condiciones para hacerla mejor (lograr el ordine o el buen ordenamiento)".
"Esa dolorosa honestidad intelectual es exactamente el reverso de la hipocresía política de la que se le ha acusado. Una actitud semejante no hubiera sido posible en ningún otro tiempo o en ningún otro país. Fue un producto de la elite de italianos cultivados y laicos de aquel momento heterogéneo y contradictorio, que debían su formación teórica y práctica a las guerras permanentes entre pequeños Estados que desgarraban la península, en las cuales el Papa a menudo actuaba como un mero señor temporal" (De "Maquiavelo"-RBA Coleccionables SAU-Barcelona 2019).
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1 comentario:
Es bien cierto, sólo desde un preciso diagnóstico se puede avanzar en la vía de obtener una cura. Lo que pasa es que a más y profundo conocimiento de una realidad verdaderamente corrupta y artificiosa es normal que venga aparejado de una menor disponibilidad moral, más cansancio intelectual y ausencia progresiva de esperanza.
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