Puede hacerse una síntesis orientadora que permita abarcar el proceso de la caída del Imperio Romano, seguido del inicio del feudalismo y luego del capitalismo. Tal proceso se desarrolla a lo largo de muchos siglos, algo que contrasta con los rápidos cambios que se presentan en la actualidad.
Desde el punto de vista de varios economistas, la caída del Imperio Romano se produjo por un proceso autodestructivo iniciado principalmente por Caracalla, quien inicia una etapa de elevados gastos militares, derroches varios, y el comienzo de un proceso inflacionario sin precedentes. Luego, Dioclesiano, con su control de precios, termina de hundir la economía romana.
Motivados por la imperiosa necesidad de supervivencia, los pobladores del Imperio buscan refugio en el campo, en donde los alimentos resultan más accesibles. Se inicia así el periodo feudal con la formación de centros autosuficientes. Luego, aproximadamente desde el siglo XI, comienza el proceso inverso debido principalmente a los comerciantes y se vuelve al predominio de la ciudades sobre el campo. Los burgueses, o habitantes de las ciudades (burgos), finalmente conducen al inicio del capitalismo y de la Revolución Industrial.
Los historiadores, por lo general, consideran que la caída del Imperio Romano se debió a la invasión de pueblos ajenos al Imperio. Este es el caso de José Luis Romero, quien sintetiza el proceso antes descrito, escribiendo: "El Imperio Romano había sido un típico mundo urbano, montado sobre un conjunto de ciudades, y toda su estructura económica, social y política estaba fundada sobre la dependencia del mundo rural respecto de los centros urbanos".
"El mecanismo de la romanización consistió en construir, con soldados o veteranos convertidos en colonos, centros urbanos donde se imitaba la vida de la metrópoli y se moldeaban las opiniones. Con las invasiones germánicas este mundo se quiebra. Las ciudades se convierten en puntos peligrosos y la gente comienza a dispersarse. En el curso de los siglos las ciudades se arruinaron: unas fueron devastadas, otras reducidas deliberadamente, al amurallarse un estrecho recinto interno, y la gente se dispersó".
"A la inversa de lo que ocurre en nuestro mundo contemporáneo, un éxodo urbano implicó la creación -o mejor recreación- de un mundo rural, que adquiere finalmente un principio de organización económica, social y política en lo que llamamos el régimen feudal. En este mundo rural subsisten los vestigios de antiguas ciudades, sedes de condes o arzobispos, transformadas en enclaves amurallados, junto a los cuales surgen otros similares: el castillo del señorío, la abadía o el monasterio. Europa Occiental era, hacia el siglo X o XI, un mundo rural con un conjunto de recintos amurallados entre los cuales las ciudades habían perdido sus atributos funcionales específicos".
"El siglo XI constituye una cesura fundamental pues, sin perjuicio de que subsista el mundo rural, han empezado a surgir las ciudades. El éxodo rural, el desarrollo demográfico, la reactivación mercantil y el apoyo frecuente de los poderes existentes, todo hace que entre los siglos XI y XII se funden innumerables ciudades. Algunas surgen premeditadamente, por la decisión política de un señor que la autoriza o promueve, o de un grupo de burgueses que se instala en algo que parece tierra de nadie".
"Otras surgen espontáneamente, en el vado de un río, en un cruce de caminos. Otras crecen a la vera de murallas señoriales y otras, finalmente, son antiguas ciudades abandonadas y repobladas. Por uno u otro camino, en dos siglos Europa Occidental volvió a ser, mucho más que en la época romana, un mundo de ciudades".
"Era también un mundo de burgueses. Pobló estas ciudades gente que adoptó un género de vida distinto del tradicional. Cada uno abandonó los campos, dejó la gleba, dejó de ser un colono, se acogió a la ciudad y se transformó de pronto en un hombre del burgo: un burgués. Adquiere libertades -de movimiento, de matrimonio, de comercio- protegidas por estatutos que se dan los burgueses de cada ciudad. Desarrolla actividades nuevas: comercio, servicios, profesiones..." (De "Estudio de la mentalidad buguesa"-Alianza Editorial SA-Buenos Aires 1987).
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Los burgos fueron promovidos por los reyes, que les otorgaron “cartas pueblas”, especie de leyes con ámbito estrictamente local que concedía derechos a los habitantes de las ciudades y los protegía de los señores feudales pues allí no podían ejercer su jurisdicción. Así se potenciaba el comercio y la riqueza, lo que redundaba en una mayor recaudación fiscal para la administración real. Y este es otro novedoso aspecto de este asunto: el estado como organización vuelve por sus fueros tras siglos de letargo. Asimismo, empieza a conformarse la conciencia nacional entre los no siervos de un reino.
Ese aspecto del Estado no lo tenía en cuenta. Casi siempre aparecen aspectos casi evidentes que a uno se le escapan...
Publicar un comentario