La estrategia de Fidel Castro, para justificar el fracaso del socialismo en Cuba, se basa en culpar al embargo económico impuesto por EEUU como respuesta a las expropiaciones a empresas norteamericanas luego del arribo al poder de los castristas. Debido a que el "imperialismo yanky" se materializa a través de las empresas de EEUU, al restrigirse su actuación en Cuba, se lograría el cese del "nefasto colonialismo" sobre la isla. Sin embargo, las protestas cubanas parecieran reclamar el cese del embargo y la vuelta de las empresas norteamericanas, a la vez que culpan al embargo por todos los males padecidos; algo completamente irracional y contradictorio. Cuba, además, tiene la posibilidad de comerciar con el resto de los países, si bien pareciera disponer de poca producción para establecer intercambios comerciales.
En la Argentina ocurre algo similar, es decir, el kirchnerismo necesita para su supervivencia un pretexto para justificar los pésimos resultados de su última gestión. Y ello se consigue atribuyendo todos los males a la "deuda de Macri" solicitada al FMI (Fondo Monetario Internacional). Pero de dicha deuda (de unos 45.000 millones de dólares) apenas se han pagado los intereses (con ayuda del propio FMI) y tan sólo representan una décima parte de la deuda total de la Argentina. Si sólo existiera la "deuda de Macri" estaríamos en una situación casi envidiable.
En cuanto a la utilización de dicha deuda, se estima que un 70% se aplicó al pago de deudas de la Argentina contraídas en gobiernos anteriores (del kirchnerismo inclusive). Sin embargo, el kirchnerismo se mantiene vigente y saludable por cuanto gran parte de la población argentina cree que toda la deuda existente es la "deuda de Macri" y que gran parte de esos miles de millones de dólares fueron a parar a los bolsillos de "los amigos de Macri". Recordemos que lo que genera efectos no es tanto la realidad sino la opinión que tengamos acerca de esa realidad.
Es indudable que la ayuda esencial que requiere el kirchnerismo para mantenerse en vigencia es la colaboración de personajes como Mauricio Macri, que pocas veces, o ninguna, ha aclarado el tema de la deuda. Así como fue el principal factor para la vuelta del kirchnerismo al poder, es el principal factor para su continuidad. El que calla, otorga.
Los pre-candidatos presidenciales del sector macrista tampoco hablan del tema, por lo que también padecerán en cierta forma la culpabilidad heredada de la deuda. Sin embargo, parece existir un tácito acuerdo para seguir colaborando con la supervivencia del kirchnerismo, aunque queda la duda si es por negligencia, taradez o vaya a saberse de qué se trata.
Las actitudes del sector macrista se vislumbran en expresiones como "ya el tema de la deuda fue aclarado"; es decir, algunas pocas veces se dijo en algún lugar, lo que implica que prácticamente casi nadie sepa algo al respecto. Otros responden con el estúpido "Ja, ja, ja...están los kirchneristas mintiendo"; es decir, mientras los imbéciles se ríen, la ultraizquierda sigue su camino hacia la destrución total de la nación.
Así como los comunistas se apoderaron del poder en Rusia, gracias a la involuntaria complicidad de Aleksandr Kerenski, la vigencia del kirchnerismo se mantiene gracias a los "kerenskis argentinos".
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1 comentario:
Entra dentro de lo posible que la derecha oficial tenga miedo de la reacción de los medios si se pusiera a dar y pedir explicaciones acerca de la deuda o de cualquier otro tema que ponga en cuestión el statu quo actual. No les importa ser el taller de reparaciones de la socialdemocracia y del populismo siempre que eso les garantice que alcanzan el poder con cierta regularidad.
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