Las distintas propuestas filosóficas y religiosas por lo general proponen un sentido de la vida que puede, o no, coincidir con el sentido objetivo impuesto por el orden natural, esto es, el que nos obliga a adaptarnos a sus leyes para alcanzar la felicidad y eludir el sufrimiento.
Debe distinguirse entre las propuestas que ofrecen un sentido de la vida a todos los seres humanos y aquellas que sólo lo ofrecen a los adeptos. En este caso, el objetivo de vida consiste, por lo general, en ignorar al resto o bien en dominarlo, como ocurre con los imperialismos y los totalitarismos. Así, la gran cantidad de seguidores de las ideas marxistas, por ejemplo, en cierta forma encuentran ese sentido en la tarea de propagarlo a nivel planetario. Aquellos que no lo aceptan, por supuesto, deberán encontrarlo en otra parte.
Otra posibilidad implica apuntar hacia el sentido de la vida ofrecido por el orden natural como reacción a la imposición de sistemas políticos o económicos que restringen las libertades individuales, como es el caso de los totalitarismos. Así, algunos autores han advertido ciertas "ventajas" que ofrece el comunismo, ya que el sistema carcelario impuesto desde el Estado promueve en todo individuo un alejamiento del absurdo materialismo económico en la búsqueda de lo espiritual. Tal refugio es una simple necesidad impulsada por el instinto de supervivencia.
En cuanto al marxismo teórico, se advierte que se opone a la existencia de leyes naturales distintas de la "lucha de clases", o bien las ignora por cuanto nada dice acerca de las leyes naturales asociadas al comportamiento individual. Se opone a las religiones bíblicas ya que éstas llevan como objetivo principal promover la empatía emocional como base de toda moral y de toda sociedad humana. De ahí que tales religiones resultan compatibles con el sentido de la vida que nos impone el orden natural, mientras que el marxismo resulta incompatible en ese aspecto.
Además del objetivo natural de vida, asociado a todo habitante del planeta, existe un sentido de la vida individual por el cual establecemos distintas metas personales que apuntan hacia una cooperación entre los distintos integrantes de la sociedad. También en este caso el marxismo se opone a la libre elección de objetivos individuales por cuanto sólo acepta objetivos colectivos (colectivismo) impuestos por quienes dirigen al Estado.
No sólo reaccionaron algunos sectores de la ex URSS refugiándose en la religión, ya que gran parte de la población buscó la evasión a la ausencia de sentido "refugiándose" en el alcohol. De ahí el auge de todo tipo de adicciones, como también ocurre en otras sociedades. Este proceso se acentúa aún más cuando la religión tampoco ofrece la posibilidad de un sentido, que resulta imprescindible para una vida auténtica. Para colmo de males, el catolicismo actual poco se diferencia del marxismo tradicional, limitando severamente las posibilidades de una adecuada adaptación al orden natural.
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1 comentario:
Muchas ideologías y credos nunca han tenido o han perdido la componente humanística. Y que cuando se habla de humanismo debería entenderse un conjunto de saberes y principios aplicables a todos los seres humanos, no sólo a un sector, sexo o nación, y que favorece su desarrollo y ayuda a su felicidad y armonía con los demás y con la naturaleza en general.
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