En cierta ocasión, alguien atribuye injustamente a Platón una frase que corresponde a Aristóteles. Desde el punto de vista del historiador, constituye un serio error. Incluso ese alguien puede también deformar la expresión, agravando el error. Estos errores pueden propagarse fácilmente por el simple hecho de que muy pocas son las personas que pueden tener en la mente todo lo que escribió Platón y todo lo que escribió Aristóteles.
En el caso del marxismo, y de otras filosofías, ocurre algo similar, en el sentido de que, para detectar errores, aún los más gruesos, se requiere poseer un conocimiento bastante amplio y compatible con la realidad, lo que no resulta sencillo para nadie.
Uno de los principales errores que se advierten en el marxismo es la propia atribución de considerarse "científico", lo que generalmente se acepta como que se trataría de una descripción de la sociedad bastante compatible con la realidad, al menos para quienes desconocen totalmente las reglas de la ciencia experimental.
La ciencia se desarrolla mediante hipótesis y posteriores verificaciones experimentales (o prueba y error), por lo cual, la mayor parte de las hipótesis deben rechazarse o, al menos, corregirse. Luego de varias correcciones pueden llegar a ser compatibles con la realidad. Este ha sido el caso del salvarsan, descubierto por Paul Ehrlich luego de 605 ensayos previos fallidos.
El marxismo, poco o nada tiene que ver con la ciencia experimental por cuanto ni siquiera utiliza ese método, ya que emplea la dialéctica hegeliana con sus tesis, antitesis y síntesis, algo casi nunca utilizado por un científico. Incluso el marxismo no advierte que la ciencia auténtica parte del principio de invariabilidad de la ley natural, por lo cual los seres humanos nos acercamos paulatinamente a la verdad, es decir, nos acercamos a una descripción precisa de la realidad.
Si consideramos los métodos de producción y distribución económicos, al menos los considerados por Marx (esclavitud, servidumbre, feudalismo, capitalismo y socialismo), se advierte que Marx los considera impuestos por la historia y de ahí que los asocia a ciertas leyes de la historia que se cumplirán indefectiblemente. Tal proceso se describe mediante sucesivos saltos dialécticos del tipo tesis, antitesis y síntesis.
No seríamos los seres humanos los que establecemos o elegimos, para bien o para mal, los sistemas económicos, sino que, bajo cierto determinismo (o fatalismo) económico, tarde o temprano habrían de sucederse. De ahí que Marx no trata de adaptarnos individualmente a las leyes naturales que gobiernan nuestras mentes y nuestros cuerpos, sino que trata de aliviarnos de los "dolores de parto" ante el nacimiento de la etapa socialista y luego comunista que vendrán.
En realidad, las leyes económicas impuestas por el orden natural, a través de las leyes asociadas a nuestra naturaleza humana, son siempre las mismas. Por lo tanto, la evolución cultural se establece a medida que vamos conociendo mejor tales leyes y adaptándonos a ellas. Por el contrario, para Marx la evolución cultural (o económica) vendría impuesta por la historia, mediante un proceso bastante distinto. De ahí que el "sociólogo" Marx ignora absolutamente toda ley que provenga de la psicología individual, o de la psicología social, por cuanto el determinismo económico se impondría en forma independiente de las acciones y elecciones humanas.
Karl Marx escribió: "Aun cuando una sociedad haya encontrado el camino que por ley natural debe seguir su movimiento -y el objeto final de esta obra es poner al descubierto la ley económica del movimiento de la sociedad moderna- no puede saltar ni suprimir por decreto etapas naturales de desarrollo; pero puede acortar los dolores del parto" (Citado en "Mercado y utopía" de Rubén Zorrilla-Grupo Editor Latinoamericano SRL-Buenos Aires 2001).
Al respecto, Rubén Zorrilla escribió: "Toda creación científica es histórica, pero postula su validez para todos los tiempos. Todos los principios y leyes de la biología y la física, por ejemplo, funcionaron siempre, no son históricos; en cambio, sí son históricos nuestros conocimientos acerca de ellos, si bien es probable que por lo menos algunos sean eternos".
"Lo inusitado es que Marx llame «leyes naturales» a las que son, sin duda, leyes en todo caso sociales. Y corresponde aclarar que si bien lo histórico es social, las leyes sociales no son históricas. Pero precisamente Marx concibe el proceso social como un proceso sometido a leyes históricas. Este es su error: de ahí que su concepción sea historicista, no evolucionista, como él creía (por eso le envió un ejemplar de El Capital a Darwin; éste ni acusó recibo ni le contestó".
"La historia no tiene leyes, aunque su desarrollo, que podemos concebir como evolutivo (aunque no es un organismo) se halla sometido a leyes biológicas (las de los organismos humanos sumergidos en él), a leyes psicológicas, a leyes sociales, a leyes psico-sociales y a leyes físicas".
"La prueba de que Marx piensa que las leyes no son universales sino históricas se evidencia en el hecho de creer que la economía -o sus leyes- son «burguesas» o «capitalistas»: piensa que en el feudalismo, el patrimonialismo, u otro sistema social, no operan las leyes económicas. O, en todo caso, son leyes económicas diferentes".
"No es en absoluto así: las leyes y principios de la economía son universales. En la prehistoria, inclusive antes de la aparición del dinero, los intercambios humanos tenían la misma dinámica psicológica y social que los intercambios actuales. Lo que era y es diferente son los sistemas culturales e institucionales, así como el momento evolutivo por el que atraviese la sociedad considerada".
Por lo general se dice que no es posible el entendimiento entre liberales y marxistas por cuanto "hablan distintos idiomas". La analogía no es precisa, por cuanto dos personas que hablan distintos idiomas pueden ponerse de acuerdo a través de un traductor. El inconveniente entre la visión científica del mundo y el marxismo es que es imposible todo tipo de acuerdo porque la visión respecto de las leyes naturales es muy distinta.
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1 comentario:
El marxismo sólo tiene de científico la superficie, el pseudolenguaje que utiliza, moderno para su época pero que esconde una cosmovisión precientífica, arcaica, una relectura de mitos y metáforas religiosas.
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