Existen dos posturas en cuanto al vínculo que debe existir entre la ciencia económica y el resto de las ciencias sociales. En el primer caso esperamos cierta igualdad "democrática" por la cual todas las ramas de la ciencias sociales juegan el papel de integrantes de un grupo interrelacionado que contempla el conocimiento aportado por el resto de las ramas. En oposición a esta visión aparece la economía como una rama social desvinculada del resto y con sus propias reglas, como es el caso de la praxeología de Ludwig von Mises.
Si se acepta la división entre ciencias formales (lógica y matemática) y ciencias fácticas (el resto), se advierte que la lógica y la matemática son similares a un "esqueleto" sin vida al que se le debe asociar un "cuerpo" para disponer de una rama viva de la ciencia experimental. Las estructuas lógicas y las estructuras matemáticas son formas generalizadas con varias posibilidades de ser vinculadas con la realidad, tarea que llevará a cabo el especialista de las otras ramas de la ciencia. Así, el matemático propone una ecuación diferencial sin aplicación concreta; luego será utilizada por el físico, por el químico, por el ingeniero, por el economista, etc. De ello se desprende que la postura de von Mises de considerar a la praxeología (teoría de la acción) como una ciencia formal (como la lógica y las matemáticas) no parece afortunada.
Este problema metodológico ha sido explicitado por Karl William Kapp, quien escribió: "La relación existente entre las ciencias económicas y otras ciencias de la conducta humana, como la antropología, psicología y sociología, admite dos opiniones básicamente distintas, que dependen del concepto que tenga cada uno respecto a la naturaleza y extensión de las ciencias económicas".
"Si las ciencias económicas son concebidas como una ciencia pura que deduce sus conclusiones teoréticas del análisis lógico de postulados hechos «a priori» (sujeto a una verificación directa mediante la introspección) no podrá servir a ninguna causa útil, tratando de integrar las ciencias económicas con aquellas ciencias del comportamiento humano, que operan con conceptos e hipótesis cuyo valor y contenido está dado por lo menos en cierta parte «a posteriori» y consecuentemente sujeto a la confirmación o refutación indirecta dada por la observación empírica de hechos".
"Esta negación tan explícita de alguna conexión entre las ciencias económicas y las empíricas de la conducta está de acuerdo con las opiniones de aquellos economistas para quienes la economía es la parte central y más importante de la ciencia general de la acción o elección humana (de allí praxeología, la ciencia de la conducta y sus irregularidades, viene de praxis). Así, se expresa Ludwig von Mises en La acción humana: «El objeto de la praxeología es la explicación de la categoría de la actividad humana. Lo único que es necesario para la deducción de teoremas praxeológicos es el conocimiento de la esencia del actuar humano. Es un conocimiento que es nuestro porque somos hombres, ningún ser humano a quien condiciones patológicas lo hayan reducido a una existencia vegetativa deja de tenerlo. Ninguna experiencia especial es necesaria para entender estos teoremas, y ninguna experiencia por más grande que fuera podría exponerlos a un ser que no supiese 'a priori' lo que es la actuación humana. La única manera para conocer estos teoremas es un análisis lógico de nuestro conocimiento inherente a la categoría de la actuación.
Debemos reflexionar sobre la estructura de la actuación humana. Así como la lógica y las matemáticas, el conocimiento praxeológico está en nosotros y no viene de afuera»".
"En otras palabras, una ciencia económica que aspire a una teoría universal del actuar humano, derivada lógicamente de postulados verificados introspectivamente, hace innecesaria y hasta insignificante la tarea de observar la creciente cantidad de conocimientos en la antropología, psicología y otras ciencias de la conducta humana" (De "Direcciones Contemporáneas del Pensamiento Económico" de E. E. Borga-U. N. de La Plata- La Plata 1961).
Una teoría de la acción debe ser esencialmente una teoría de la acción ética. De lo contrario implicaría que la ética necesaria para la economía, y para todas las demás interacciones sociales, vendría implícita en la economía de mercado, como parece ser la creencia de Mises. La praxeología es una teoría de la acción racional, ya que no se fundamenta en aspectos emocionales del comportamiento humano, si bien los considera como consecuencia posterior. Al respecto escribió: “En el marco de la cooperación social brotan, a veces, entre los distintos miembros actuantes, sentimientos de simpatía y amistad y una como sensación de común pertenencia. Tal disposición espiritual viene a ser manantial de placenteras y sublimes experiencias humanas. Dichos sentimientos constituyen precioso aderezo de la vida, elevando la especie animal hombre a la auténtica condición humana. Ahora bien, no fueron, como hubo quien supuso, tales experiencias anímicas las que produjeron las relaciones sociales. Antes al contrario, aquéllas no son más que fruto de la propia cooperación social, y sólo a su amparo medran; ni son anteriores a la aparición de las relaciones sociales ni tampoco semilla de las mismas”.
“En un mundo hipotético, en el cual la división del trabajo no incrementara la productividad, los lazos sociales serían impensables. No habría en él sentimiento alguno de benevolencia o amistad”.
“La praxeología [estudio de la acción humana] no se interesa por los objetivos últimos que la acción pueda perseguir. Sus enseñanzas resultan válidas para todo tipo de actuación, independientemente del fin a que se aspira. Constituye ciencia atinente a los medios; en modo alguno a los fines”. “La sociedad implica acción concertada, cooperación” (De “La acción humana”-Editorial Sopec SA-Madrid 1968).
Para "convertir" la economía formal de la Escuela Austriaca en economía fáctica, debería partirse de la existencia del proceso autoorganizado constituido por el mercado. Luego, a partir de la Teoría de la Acción ética, de la Psicología social, provendría la actitud que conduce a la cooperación social, tal como es el objetivo planteado por la praxeología de Mises. De esa manera, la economía vendría a ser la rama de la ciencia social que describe el comportamiento humano respecto de los intercambios económicos apuntando a una optimización de los mismos. La Teoría de la Acción ética tiene una validez independiente de la economía, por cuanto las actitudes características, en un momento determinado, son las mismas ya sea que se trate de actos de intercambio o bien de otras interacciones sociales.
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1 comentario:
Si la praxeología se limita a la acción humana racional sólo contempla una parte del accionar humano, que siempre está condicionado o influido por aspectos emocionales. Su utilidad queda mermada y deviene un conocimiento más bien artificioso.
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