La principal diferencia entre los seres humanos y los animales radica en la posibilidad que tenemos para establecer pensamientos abstractos y poder comunicarlos a través del lenguaje, existiendo un vínculo cercano entre pensamiento y lenguaje, ya que el lenguaje también permite desarrollar el pensamiento.
No todo pensamiento se realiza en base a palabras, ya que la asociación de imágenes es lo esencial del proceso, es decir, vinculamos imágenes retenidas en la memoria, ya sea entre ellas o con otras que percibimos a través de los sentidos, y también vinculamos símbolos asociados a esas imágenes, como pueden ser las palabras. Lev S. Vygotsky escribió: “Una palabra no se refiere a un solo objeto, sino a un grupo o a una clase de objetos, y cada una de ellas es, por lo tanto, también, una generalización” (De “Pensamiento y lenguaje”-Ediciones Fausto-Buenos Aires 1998).
El pensamiento no sólo se basa en el lenguaje, como se dijo, sino también en imágenes no asociadas a palabras. David G. Myers escribió: “Los artistas piensan en imágenes. Lo mismo hacen los compositores, los poetas, los matemáticos, los atletas y los científicos. Albert Einstein reconoció que algunos de sus más grandes descubrimientos los realizó mediante imágenes visuales y más tarde pudo explicarlos con palabras” (De “Psicología”-Editorial Médica Panamericana SA-Madrid 2006).
Henri Poincaré agrupaba a los matemáticos bajo dos categorías principales: los que razonaban en base a imágenes y los que lo hacían en base a símbolos, escribiendo al respecto: “Es imposible estudiar las obras de los grandes matemáticos, y aun las de los pequeños, sin observar y sin distinguir dos tendencias opuestas o, más bien, dos clases de espíritus enteramente diferentes. Unos están preocupados, ante todo, por la lógica; al leer sus trabajos, se siente la tentación de creer que no han avanzado sino paso a paso….sin abandonar nada al azar. Los otros se dejan guiar por la intuición y, desde el primer momento, hacen conquistas rápidas, pero a veces precarias, como osados caballeros de vanguardia”.
“No es la materia que tratan la que les impone uno u otro método. Si de los primeros se dice, a menudo, que son analistas, y si se llama geómetras a los otros, esto no impide que unos permanezcan analistas aun cuando estudien geometría, mientras que los otros son todavía geómetras, aun cuando se ocupen de análisis puro. Es la propia naturaleza de sus espíritus quien los hace lógicos o intuitivos, y no pueden despojarse de ella cuando abordan un asunto nuevo” (De “El valor de la ciencia"-Espasa-Calpe Argentina SA-Buenos Aires 1947).
Mientras que el intuitivo se parece a un hombre que da un fuerte golpe para hacer oscilar un columpio, el lógico se asemeja al que aplica leves golpes con una frecuencia similar a la propia de oscilación del columpio, llegando a inducirle una oscilación similar, aunque empleando un tiempo mayor. De ahí que el pensamiento intuitivo sea rápido, mientras que el pensamiento lógico resulta lento. Mientras que la verdad aparece más claramente ante el pensamiento en base a imágenes, la coherencia lógica está asociada al pensamiento verbal. Por ello resulta necesario un control entre ambos tipos de pensamiento, para asegurar tanto la verdad como la coherencia lógica. Daniel Kahneman escribió: “Durante décadas, los psicólogos han mostrado gran interés por dos modos de pensamiento”. “El Sistema 1 opera de manera rápida y automática, con poco o ningún esfuerzo y sin sensación de control voluntario”. “El Sistema 2 centra la atención en las actividades mentales esforzadas que lo demandan, incluidos los cálculos complejos” (De “Pensar rápido, pensar despacio”-Debate-Buenos Aires 2012).
Podemos viajar imaginariamente al pasado para tratar de reconstruir el proceso mediante el cual fueron apareciendo los distintos idiomas y dialectos. En primer lugar consideraremos el concepto intuitivo de “sistema”, palabra que significa “agregado de objetos que cumple determinada finalidad”. Los elementos básicos de un sistema natural han de ser las entidades (a las que asociamos la pregunta ¿quién?), sus atributos (¿cómo es) y las actividades (¿qué cambios produce en el sistema?). Gran parte de todo lo que existe puede describirse a partir de los conceptos mencionados, dando lugar a las funciones básicas que han de cumplir las palabras:
Entidades -> ¿Quién? -> Sustantivos
Atributos -> ¿Cómo es? -> Adjetivos
Actividades -> ¿Qué cambios produce? -> Verbos
Generalmente, las ideas están expresadas por algún sustantivo, algún adjetivo y algún verbo. Deberán, además, respetar un orden de aparición adecuado. De ahí proviene el denominado “teorema de Platón”, quien escribió: “Los nombres enunciados completamente solos, uno a continuación de otro, no constituyen, pues, nunca un discurso, como tampoco una serie de verbos enunciados sin la compañía de ningún nombre” (Citado en “La filosofía del Lenguaje” de Sylvain Auroux-Editorial Docencia-Buenos Aires 1998).
Los conceptos mencionados permiten establecer un “sistema descriptivo elemental” que reproducirá en nuestra mente las características del sistema real. Podemos decir que una idea es la imagen que permite reproducir mentalmente la información asociada a un sistema real. Las imágenes elaboradas por nuestra mente serán luego traducidas a palabras. Las ideas y las palabras forman estructuras semejantes, ya que tienen similar contenido de información. Ludwig Wittgenstein escribió: “Lo que cualquier figura, sea cual fuere su forma, ha de tener en común con la realidad para poder siquiera –correcta o falsamente- figurarla, es su forma lógica, esto es, la forma de la realidad” (Del “Tractatus Logico-Philosophicus”-Ediciones Altaya SA-Barcelona 1994).
La mente elabora pensamientos asociados a un sistema natural y los traduce a palabras. Los comunica al oyente, a través del lenguaje oral, o al lector, a través de la escritura. El receptor le asocia sus propias imágenes al mensaje recibido. De ahí que las palabras sean las intermediarias entre las imágenes transmitidas y las reproducidas en la mente del receptor. Thomas Hobbes escribió: “El uso general del lenguaje consiste en transferir nuestro discurso mental al discurso verbal, o la secuencia de nuestros pensamientos a una secuencia de palabras” (De “Leviatán”-Ediciones Altaya SA-Barcelona 1994).
El sistema natural utiliza conceptos tales como entidades, atributos y actividades, los que son tratados mediante las operaciones de la lógica analógica (agrupar y comparar), dando lugar a los sustantivos, adjetivos y verbos. Los conectivos, por otra parte, utilizan conceptos derivados de las operaciones de la lógica simbólica. Se han omitido los adverbios, artículos, y demás, los cuales permiten definir con mayor precisión aquello que se describe.
Sintetizando:
Estructura del pensamiento = Lógica analógica + Lógica simbólica
Estructura del lenguaje = Sistema natural + Conectivos
La estructura básica de los idiomas es única, lo que posibilita su aprendizaje por parte de los niños. Ian Hacking escribió: “Virtualmente, cualquier niño «atrapará» el lenguaje de cualquier comunidad en la que se encuentre. En lugar de postular que cada niño nace con cien gramáticas distintas (japonés, chicano, kwkiutl y francés), es mejor conjeturar que todos los lenguajes comparten una estructura subyacente única y que los niños nacen con una disposición a seguir esta estructura al delinear un lenguaje real en base a lo que se ha dicho en torno a ellos” (De “¿Porqué el lenguaje importa a la Filosofía“-Editorial Sudamericana SA-Buenos Aires 1979).
El lenguaje es la expresión del pensamiento, pero el pensamiento se perfecciona buscando una adecuada expresión. De ahí que podamos identificar sus estructuras. Jean Piaget escribió: “Entre el lenguaje y el pensamiento existe un vínculo genético tal que cada uno se apoya necesariamente en el otro, en formación solidaria y en perpetua acción recíproca; pero, en definitiva, los dos dependen de la inteligencia, que es anterior al lenguaje e independiente del mismo” (Citado en “Principios de Filosofía del Lenguaje” de José Hierro S. Pescador-Alianza Editorial SA-Madrid 1997).
Según se ha visto, no existe una diferencia esencial entre pensamiento y lenguaje, ya que se confunden en un mismo proceso, por lo que no parece oportuno intentar saber cuál surge primero, o si el origen es biológico o social, ya que todo lo que conforma a los seres humanos deriva de una herencia genética junto a una adquisición social. Anna Giardini y otros escribieron: "Si Vygotsky consideraba el lenguaje de la misma manera que un proceso que nace en el exterior para después trasladarse hacia el interior de la persona, Piaget lo considera, en cambio, un proceso que funciona al revés; desde el interior hacia el exterior. Según el psicólogo ruso, la lengua es primero social y después individual, así como todas las otras competencias; por el contrario, según el psicólogo suizo, el lenguaje primero es individual y después social".
"Además, si según Vygotsky este instrumento enriquece y completa el pensamiento, según Piaget es el desarrollo cognitivo el que permite el uso de la lengua. Por lo tanto, los dos psicólogos tienen visiones totalmente opuestas, que viajan en direcciones contrarias. Pero ambos relacionan, a su manera, el lenguaje con el pensamiento, características únicas e irrepetibles del hombre" (De "Vygotsky"-Editorial Salvat SL-Barcelona 2017).
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