Una forma alternativa de describir la diferencia esencial entre democracia liberal y totalitarismo consiste en observar que, en el primer caso, se considera que el Estado debe existir pensando en los beneficios que ha de otorgar a todo integrante de la sociedad. En el segundo caso, por el contrario, se supone que es el individuo el que debe renunciar a sus beneficios personales buscando el beneficio del colectivo, a través del Estado.
Desde la postura democrática no se advierte que necesariamente exista una oposición entre los intereses personales y los sociales, mientras que, desde la postura totalitaria, se supone que todo beneficio individual necesariamente se ha de oponer a los intereses de toda la sociedad, tratando de justificar, de esa forma, el gobierno mental y material, de quienes dirigen el Estado, sobre el resto de la sociedad. Giacomo Martina escribió: "El nacionalismo es ante todo la consecuencia de la concepción hegeliana del Estado ético, encarnación del espíritu absoluto, desligado de toda forma trascendente, fuente de todos los derechos y superior a la persona".
"Como decía en 1919 un notable jurista italiano de extrema derecha, Alfredo Rocco, la persona es únicamente «órgano de la nación, instrumento, medio para los fines nacionales, elemento transeúnte e infinitesimal de la nación, célula del organismo nacional», mientras que la nación por su parte «tiene una tarea que cumplir: la de perfeccionarse y desarrollarse...El nacionalismo es, así, una doctrina de deber y de sacrificio; deber de la nación de cumplir su misión para con la humanidad, deber del individuo de dar cuanto tiene, sus bienes, su actividad, su vida, por la nación de la que es célula y órgano»".
"El nacionalismo tomó formas diversas en los distintos países, pero por todas partes fue transformando el amor a la patria en culto idolátrico a la patria, que envuelve el Estado con una autarquía espiritual y material, considera la coexistencia pacífica como una utopía, fomenta el desprecio hacia otros pueblos, agudiza peligrosamente las cuestiones de prestigio y tiende a concebir la política internacional sobre la base de la violencia" (De "La Iglesia, de Lutero hasta nuestros días"-Tomo IV-Ediciones Cristiandad-Madrid 1974).
En la antigüedad, cuando no existían los Estados modernos, y las leyes existentes eran las impuestas por la religión, existía también la división entre quienes consideraban que la religión estaba al servicio del individuo y los que admitían que el individuo debía estar al servicio de la religión, por lo que Cristo expresó que "el día festivo ha sido hecho para el hombre y no el hombre para el día festivo".
Entre los promotores de los totalitarismos aparecen quienes tienen ilimitadas ansias de poder, por una parte, y también el hombre-masa que observa en el Estado la posibilidad de trascender en la historia aún siendo una pequeña parte del mismo, renunciando además a toda posibilidad de trascender en forma individual. Buscando que tampoco trasciendan los demás, excepto los líderes políticos totalitarios.
Mientras que el ideal democrático se conforma con individuos que se sienten "ciudadanos del mundo", el egoísmo básico de todo el que apoya el nacionalismo lo conduce a sentirse solamente ciudadano de su propia nación. Cuando el egoísmo se acentúa, llega la etapa del odio al extranjero y a los demás países, lo que ha de conducir a conflictos armados, como ha sido frecuente durante la mayor parte de la historia de la humanidad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
No sólo el nacionalismo es un peligro y una lacra, también el individualismo lo es si se lleva al extremo de abjurar de todo lazo comunitario o a contemplar a los semejantes como obstáculos para nuestro fines personales o simples medios para alcanzarlos. Uno de los primeros en observar este fenómeno fue Alexis de Tocqueville en su estancia en la Norteamérica entonces de la frontera. De la democracia en América es una de las primeras obras de sociología.
El peligro surge cuando el individualismo se convierte en egoísmo. En ese caso se destruye la sociedad. Queda atomizada de la misma manera en que los integrantes de los países socialistas se alejaban de los demás temiendo ser denunciados ante el Estado, por cualquier causa o pretexto...
Publicar un comentario