Recientemente se produjo el asesinato de un empleado de una estación de servicio en la ciudad de Rosario, siendo su autor un menor de 15 años. Como la ley argentina protege a los menores de 16 años en estos casos, por cuanto se los considera inimputables, la ley favorece la delincuencia de los menores de esa edad.
Si se pregunta a los distintos sectores de la sociedad acerca de este caso, existirá un gran porcentaje que considera oportuno bajar la edad de imputabilidad a 14 años, por ejemplo. Con ello se trata de proteger a futuras víctimas inocentes e incluso se trata de proteger a los propios menores delincuentes colocando trabas adicionales para que no caigan en la peor degradación en que puede caer un ser humano.
También existen sectores de la sociedad que avalan la relativamente elevada edad de imputabilidad, como es el caso de los socialistas. Como ejemplo puede mencionarse un mensaje dado en una red social (X) por una candidata presidencial de un partido de izquierda. Myriam Bregman escribió: “El asesino del playero es sólo un niño de 15 años, inocente, victima de un sistema que lo obligó a matar. El Estado debe asegurarle su recuperación social en libertad y bajo el resguardo de sus padres”.
Un adolescente no es un niño y si comete un alevoso crimen no es inocente, mientras que al “sistema” aborrecido por los socialistas (todavía muy poco vigente en la Argentina) no se lo puede acusar de “culpable” a menos que se le tenga un odio extremo a la sociedad que lo admitió. Si el Estado le brinda apoyo y libertad al delincuente, entonces éste recibirá un premio adicional, lo que resulta absurdo para la gente normal.
Cuando un hecho semejante ocurre en un país socialista, como se trata de un país con un sistema “justo”, las cosas cambian y el culpable esta vez será el que delinque. Y si se lo fusila por sus delitos, los socialistas considerarán que esa es la mejor forma de actuar del Estado en beneficio de la sociedad.
La tan publicitada “reinserción social” del delincuente peligroso debe intentarse en condiciones de encierro, a menos que se considere tal reinserción más importante que la vida de muchos inocentes y se sugiera intentarlo en condiciones de libertad, como propone la mencionada dirigente.
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1 comentario:
Esta manía izquierdista de fomentar el caos sin apenas disimulo es de una irresponsabilidad gigantesca. Pero a pesar de su discurso encubridor más que desplazar el sujeto revolucionario desde el proletariado a la delincuencia juvenil en lo que en realidad están pensando con este cuanto peor mejor es en reclutar una fuerza de choque realmente temible y eficaz para lanzarla contra sus antagonistas.
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