La importancia y el nivel cultural de Occidente puede interpretarse como el resultado del acatamiento a principios cognitivos y emocionales básicos tales como la sugerencia socrática: "Cónocete a ti mismo" o el mandamiento cristiano: "Amarás al prójimo como a ti mismo". También la decadencia de Occidente se debe a ignorarlos e, incluso, a acatar principios opuestos y extraños. Salvador de Madariaga escribió al respecto: "Al origen de Europa hallamos ya en Grecia, madre del espíritu europeo, el mandamiento intelectual por excelencia: Conócete a ti mismo. Este es el imperativo original de todo europeo, la voz del espíritu que le impone como ley primera la reflexión sobre sí mismo, el confrontamiento de la persona como sujeto con la persona como objeto de conocimiento o, dicho con otras palabras, el descubrimiento del ser autónomo, del sí".
"El primer mandamiento -conócete a ti mismo- se resuelve así en un segundo mandamiento: date cuenta de lo que es el mundo. Uno y otro son complementarios, puesto que el sí y el mundo es todo lo que hay -al menos todo lo que se puede conocer" (De "Obras escogidas. Ensayos"-Editorial Sudamericana SA-Buenos Aires 1972).
Indagar sobre uno mismo implica adoptar una actitud asociada a la conciencia moral. Mediante ella indagamos acerca de nuestras acciones y sus consecuencias. La conciencia moral es la que permite el proceso de "prueba y error" por el cual corregimos nuestros errores y verificamos nuestro acercamiento o nuestro alejamiento respecto de principios éticos como los mandamientos bíblicos. "En su acepción más amplia (que engloba la conciencia intelectual y la conciencia moral) es la facultad que tiene el hombre de conocer inmediatamente sus estados o actos interiores así como el valor moral de estos. O también, este conocimiento mismo". "Conciencia moral: facultad de emitir un juicio sobre el valor moral de los actos humanos" (Del "Diccionario del Lenguaje Filosófico" de Paul Foulquié-Editorial Labor SA-Barcelona 1967).
El gobierno sobre uno mismo, o el autogobierno, es el que deriva de la vigencia del proceso de la conciencia moral. Si cada uno controla sus propios defectos y limitaciones, no hace falta ningún control exterior, o gobierno mental o material de otras personas.
Todo individuo, al juzgarse a sí mismo, carece de predisposición a juzgar a los demás, en oposición a lo que habitualmente se observa; una tendencia generalizada a corregir y a mejorar a los demás olvidándose cada uno de juzgarse a sí mismo.
Quienes carecen de conciencia moral, por cuanto los valores morales no son pra ellos prioritarios, generalmente son los que pretenden gobernar mental y materialmente a los demás porque tan sólo observan defectos en los demás.
El nivel moral adecuado para una vida familiar y social plena, depende esencialmente del proceso asociado a la conciencia moral. De ahí que su reemplazo por la búsqueda de una "conciencia de clase" no parece ser el camino que lleve a una mejora ética generalizada. "Cuando la clase social no ha logrado la conciencia de clase, es decir, reconocer sus intereses de clase, Marx la denominará clase en sí; esta última deviene clase para sí, cuando ha logrado dicho reconocimiento: es entonces cuando la clase social adquiere toda la capacidad para la lucha de clases, que en la concepción marxista-leninista implica tres momentos o aspectos simultáneos: la lucha económica (momento en que los desposeídos se organizan), la lucha política (que genera el conflicto que hace que el individuo tome conciencia de su situación económica y política y actúe según los intereses de clase), y la lucha ideológica (en la que se fuerza a la superestructura a adaptarse a la nueva situación política y económica)" (Del "Diccionario de Sociología" de Enrique del Acebo Ibañez y Roberto J. Brie-Editorial Claridad SA-Buenos Aires 2996).
Una sugerencia ética dirigida a un individuo puede lograr buenos resultados, mientras que una sugerencia emitida por un agitador social a un anónimo integrante de una indefinida clase social, por lo general producirá malos resultados y, en algunos casos, verdaderas catástrofes sociales.
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2 comentarios:
Difícilmente se puede alcanzar conciencia de clase cuando el concepto clase está difuso y sólo contempla un aspecto, el económico, teniendo la realidad de los individuos humanos muchos más aspectos y siendo muy variada la situación y la perceción de las cosas de los que pertenecen a eso que llamamos clase social.
En realidad, hay quien piensa que cuando Marx decía clase en realidad quería decir casta (rango medieval inamovible), algo más propio del mundo preindustrial que el de los países industrializados supuestos focos de la revolución socialista que promovía.
Ludwig von Mises advertía que Marx critica principalmente a la etapa precapitalista, cuando no existía la movilidad social que luego impone el capitalismo, disolviéndose toda clase estable y permanente, o al menos estableciendo la posibilidad de superarla...
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