En el ámbito de las ciencias sociales se advierten dos posturas extremas respecto a una posible postura ética de sus objetivos. Así, algunos opinan que las ciencias sociales deben limitarse a describir hechos o fenómenos sociales sin llegar a ser una ciencia normativa, mientras que otros opinan que debe romper toda posible neutralidad al respecto.
Entre las características atribuidas a la sociología, Harry M. Johnson destaca la "no-ética", escribiendo respecto de tal atributo: "Es no-ética; es decir que los sociólogos no preguntan cuáles acciones sociales particulares son buenas o malas; simplemente tratan de explicarlas" (De "Sociología"-Editorial Paidós-Buenos Aires 1973).
Un punto de vista distinto es el de Jacques Leclercq, quien escribió: "Las ciencias sociales...pertenecen al tipo de saber que se conoce bajo el nombre de «ciencias normativas». Por ciencia normativa se entiende aquella cuyo fin es establecer una norma, una regla; es decir, la ciencia que investiga no lo que es, sino lo que debe ser, como hay que organizar la sociedad, como hay que conducirse, etc.".
"Las ciencias normativas se oponen a las ciencias positivas, que se limitan a observar y clasificar los hechos. Puede decirse que hay ciencia, desde el momento en que la observación se realiza de una manera sistemática. En principio, lo que una ciencia positiva busca, es solamente conocimiento; la ciencia normativa busca también el conocimiento, pero no en sí mismo, sino como algo necesario para dirigir la acción" (De "Del derecho natural a la sociología"-Ediciones Morata-Madrid 1961).
Respecto de la sociología neutralmente ética, puede decirse que quien debe, o debería, opinar sobre los valores y conductas adecuadas, es el que se especializa en el tema, en lugar de dejarle ese lugar a individuos alejados de esos temas. Respecto de la sociología normativa, puede decirse que la tarea completa implica una descripción del individuo y de la sociedad para luego sugerir una optimización de los comportamientos observados; lo que debe ser implica una optimización de lo que es.
En cuanto a los valores humanos y sociales, Francis E. Merrill escribió: "Los valores sociales varían de una sociedad a otra, incluso dentro de la misma en épocas distintas, pero su existencia no se puede poner en dudas. Todo ser humano abriga valores de una u otra forma aun cuando no se dé cuenta de ello. Los absorbe durante su proceso de aprendizaje, desde su más tierna infancia, y, por tanto, olvidarlos en sociología equivaldría a la tergiversación de la realidad social".
"El hombre es lo que es precisamente porque tiene valores; estos constituyen el resorte principal de las relaciones humanas que observan los sociólogos. Según uno de ellos, «los datos esenciales de la investigación sociológica son los valores». Solo corriendo el riesgo de enturbiar su propósito puede el sociólogo hacer caso omiso de ellos".
"Los valores sociales se encuentran en distintos niveles y los juicios de valor pueden referirse a una extensa gama de cosas, desde un solomillo a una filosofía de vida. Pueden ser finitos o «infinitos», es decir, exceder a toda otra consideración. Entre los valores psicológicos «infinitos» están: a) la vida humana misma; b) las realizaciones creadoras de los seres humanos; c) la cooperación humana por una vida mejor; d) la sumisión a un poder superior al individuo; e) el desarrollo máximo posible del carácter moral; f) la evolución última de la capacidad humana. La ciencia es un medio de realizar estos valores infinitos" (De "Introducción a la sociología"-Aguilar SA de Ediciones-Madrid 1967).
También existen propuestas que no son neutrales ni tampoco promotoras de la moral natural, como es el caso del marxismo. Establece una hipersimplificación al considerar que toda sociedad se compone de dos clases sociales antagónicas, logrando principalmente promover el antagonismo sospechado. En realidad ignora la existencia de la predominante "clase media", como la existente en muchos países.
En cuanto a la "optimización" que le sigue a tal pobre descripción, aparece la abolición de la propiedad privada de los medios de producción, que logra concentrar el poder económico en el Estado, además de otros poderes, empeorando notablemente los errores que pretende solucionar en las sociedades previamente descritas. El encarcelamiento socialista ya ha sido observado suficientemente. Sin embargo, todavía el marxismo aparece en textos de sociología como si se tratara de una teoría compatible con la realidad.
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1 comentario:
¡Puede ser que de lo que realmente se trate en el caso de la sociología o el derecho sea de unas tecnologías más que de unas ciencias?
Por otra parte, el marxismo es pura ideología enmascaradora de una voluntad de poder, nada más.
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