Es típico de los regimenes totalitarios y populistas el culto a la personalidad, generalmente impuesto por sus propios líderes. Los auto-homenajes en vida son la muestra evidente de un egoísmo sin límites. Es una forma de idolatría por la cual tales regimenes se asemejan a una religión pagana donde la moral es mucho menos importante que los rituales. Tal actitud se conocen bajo el nombre de megalomanía: “Deseo desmesurado de poder, gusto por las realizaciones grandiosas. Delirio de grandeza” (Del “Diccionario de la Lengua Española”-Ediciones Castell 1988).
Respecto del tirano Rafael Trujillo, Jesús de Galíndez escribió: “Desde que existe historia se conocen los vicios de megalomanía, nepotismo y peculado que han brillado en todas las cortes tiránicas del orbe. Pero no deja de ser sorprendente que a mediados del siglo XX se repitan en una pequeña isla del Mar Caribe aberraciones que hoy parecen tan sólo a la historia o a la novela”.
“Para resumir este capítulo bastaría con transcribir cualquiera de los pies impresos en la República Dominicana cada vez que se reproduce la fotografía de Trujillo. En los EEUU, su presidente Roosevelt era simplemente «F.D.R.» y el actual Presidente Eisenhower es «Ike». En la República Dominicana se requieren varias líneas de tipografía: Su Excelencia el Generalísimo Doctor Rafael Leónidas Trujillo Molina, Honorable Presidente de la República, Benefactor de la Patria, Reconstructor de la Independencia Financiera de la República; ahora que no es presidente, la cita es más larga, pues hay que ponerle un «ex» y además agregar: Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas”.
“A veces hay que mencionar a continuación: Primer Obrero, Primer Maestro, Primer Periodista…Y sólo las publicaciones oficiales podrían pagar la impresión de sus muchísimas condecoraciones, algunas sumamente sorprendentes”.
“Si de sus fotos pasamos al país mismo, en cualquier mapa pequeño encontraremos que la capital es Ciudad Trujillo, que hay una provincia Trujillo, otra provincia Trujillo Valdez, que la montaña más alta es el Pico Trujillo…En mapas más detallados encontraremos hasta poblados con nombres de la familia real; y en los croquis de ciudades se multiplicarán las calles y plazas con idénticos nombres. Lo mismo sucede en los sellos de correos, en las letras de los merengues, en los anuncios de la lotería…”.
“Esta megalomanía personal tiene réplica perfecta en la vida de los negocios. No hay ninguno de importancia en que no aparezca de un modo u otro su nombre, para cobrar pingües beneficios. Peculado que beneficia a otros miembros de su familia, y a los favoritos de turno. Lo que nos lleva a otras dos características del régimen: el nepotismo y el servilismo”.
“Yo simplificaría todos los títulos de Trujillo en uno solo, es el Primer Propietario de la República Dominicana, su granja alcanza al país entero. Por eso no gobierna, sino que dispone de haciendas y vidas como le place; y lo mismo designa hoy a una persona su capataz de confianza, como le relega a una pocilga” (De “La era de Trujillo”-Editorial Americana-Buenos Aires 1956).
La megalomanía tiende a disimularse cuando existe una pareja gobernante, en donde uno de sus integrantes, “modestamente”, idolatra públicamente al otro, especialmente cuando fallece. Este fue el caso de Perón y Eva, en donde en cada discurso aparecen las proclamas idólatras mezcladas con incitaciones de odio hacia el enemigo. Eva Perón expresó: “Ellos saben bien que antes del general Perón vivían en la esclavitud y por sobre todas las cosas habían perdido la esperanza de un futuro mejor. Que fue el general Perón quien dignificó social, moral y espiritualmente. Y saben que la oligarquía, que los mediocres, que los vendepatrias, todavía no están derrotados. Desde sus guaridas asquerosas atentan contra el pueblo y contra la libertad (…) Yo no he hecho nada. Todo es Perón. Perón es la patria. Perón es todo y todos nosotros estamos a distancias siderales del líder de la nacionalidad. Yo, mi general, con la plenipotencia espiritual que me dan los descamisados de la patria, os proclamo, antes que el pueblo vote el once de noviembre, presidente de todos los argentinos. La patria está salvada porque está en manos del general Perón…” (Citado en “Perón. El fetiche de las masas” de Nicolás Márquez-Grupo Unión-Buenos Aires 2015).
En el libro “La Razón de mi Vida”, autobiografía de Eva Perón, aunque se atribuye su autoría al periodista español Manuel Penella de Silva, aparecen elogios desmesurados hacia el tirano: “Perón es el aire que respiramos, Perón es nuestro sol, Perón es vida”. Nicolás Márquez comenta: “Cabe subrayar que el propio Perón estudió y revisó en detalle todo el libro antes de autorizar su publicación y evidentemente no se ruborizó ni tuvo ningún inconveniente moral en aprobar estas grotescas alabanzas hacia él mismo”.
La difusión del libro y el culto a la personalidad pronto se hicieron obligatorios. “Miles de copias se confeccionaron en ediciones comunes para la plebe y otras tantas de lujo para las elites peronistas, cuyos ejemplares eran repartidos masivamente y brotaban a borbotones de los talleres de impresión. El texto de marras fue encajado prepotentemente en todo tipo de instituciones para consumo obligatorio de socios o adherentes, lo cual ocasionó un severo conflicto, por ejemplo, con el club Estudiantes de la Plata, cuyas autoridades en lugar de obligar a sus simpatizantes a leerlo guardaron los ejemplares en un sótano de la entidad”.
“Alguien delató la situación y la institución fue intercedida gubernamentalmente por una «Comisión interventora» al mando de Mario Sbuscio, quien gobernó de facto el club hasta junio de 1953, desmantelándolo financieramente y vendiendo ex profeso a los principales jugadores de fútbol a precio vil. El club fue acusado legalmente de «boicot contra la doctrina justicialista» al no repartir entre sus asociados cerca de dos mil ejemplares de la publicación. Con ese desguace el equipo de fútbol de primera división de Estudiantes fue obligado a descender a la Primera División B en 1953”.
La obligatoriedad llegó incluso al ámbito educativo. “El diputado Héctor Cámpora, en gesto connatural a su talante (ya había presentado 21 proyectos de ley proponiendo distintos homenajes al dictador y su esposa) hizo aprobar otra de sus obsecuentes ideas, en este caso para convertir el libro en lectura obligatoria en las escuelas primarias, secundarias y terciarias. A partir de entonces «La Razón de Mi Vida» serviría a los alumnos de tercer año para la lectura, ejercicios de ortografía y sintaxis; a los de cuarto como ejemplo literario; a los de quinto como repaso y a los de sexto para monografías y concursos. En la secundaria, el texto en cuestión se usaría como material bibliográfico de los cursos de Historia Argentina, Derecho, Instrucción Cívica y Economía Política”.
Mientras que Gandhi, para pacificar a su pueblo, trataba de mostrar que los ingleses no eran tan malos, o, posteriormente, Mandela trataba de mostrar a los negros sudafricanos que los blancos no eran tan malos, y viceversa, Eva Perón nunca perdía la oportunidad de sembrar el odio y la división entre sectores de la sociedad. Márquez agrega: “Fue allí [acto del 1 de mayo de 1952] cuando la agonizante consorte hizo su última aparición pública en el tradicional acto de masas en Plaza de Mayo, brindando probablemente el discurso más frenético de su corta y trajinada vida. Tras comenzar su arenga calificando a Perón como «el líder de la humanidad», llevó su furia verbal al paroxismo sentenciando: «yo saldré con las mujeres del pueblo, yo saldré con los descamisados de la patria, muerta o viva, para no dejar en pie ningún ladrillo que no sea peronista…yo quiero que mi pueblo sepa que estamos dispuestos a morir por Perón, y que sepan los traidores que ya no vendremos aquí a decirle ¡Presente!, a Perón, como el 28 de septiembre, sino que iremos a hacernos justicia por nuestras propias manos»”.
Eva Perón, en la última etapa de su vida (falleció a los 33 años), proyectaba el lugar donde irían a parar sus restos. “Eva no escatimaba en ambiciones. Tanto es así que ella misma desde hacía meses venía planificando la construcción de un faraónico monumento en cuyo interior quería que tras su deceso se depositaran sus restos a modo de cripta. El encargo de tan egolátrico proyecto le fue encomendado al escultor italiano León Tomassi, quien recibió expresas instrucciones de la interesada de que el interior del mausoleo se pareciera a la tumba de Napoleón, que ella recordaba haber visto en París durante su viaje por Europa”.
Luego del deceso, el luto fue obligatorio tanto para adeptos como para opositores. “La dictadura declaró lunes y martes el duelo e impuso a todos los empleados públicos de cualquier área y envergadura llevar el luto obligatorio bajo la pena de encarcelamiento a quien incumpliera la medida. El miércoles, ya sin duelo, los negocios debían obligatoriamente exhibir escaparates con fotos de Eva en homenaje compulsivo e institucionalizado”. “A la ciudad de La Plata, capital de la Provincia de Buenos Aires, se le cambió el nombre rebautizándola como Eva Perón” (De “Perón. El fetiche de las masas”).
Con el kirchnerismo se repiten varias de las formas de culto a la personalidad del líder. Tal es así que, luego del deceso de Néstor Kirchner en 2010, desde la presidencia de la Nación, ejercida por su mujer, se propuso o se aceptó colocar su nombre en calles, parques, escuelas, terminales, aeropuertos, etc., en una cifra que hasta el momento llega a 166. Como el ex-presidente hablaba en sus mensajes de “nosotros” (los kirchneristas) y “ellos” (el resto, los enemigos), tal asignación de nombres resulta constituir una falta de respeto hacia los sectores agredidos permanentemente por la prédica partidaria y gubernamental. Tal provocación ha servido sólo para acentuar las divisiones en la sociedad prolongando por cierto tiempo el subdesarrollo del país.
Tampoco faltaron las intenciones de adoctrinar a niños y jóvenes de establecimientos educativos de todo el país. Pablo Mendelevich escribió: “El Néstornauta es un ícono con la cara de NK en el traje del personaje de El Eternauta…”. “La superposición se le ocurrió a un joven camporista, Franco Vitali, en agosto de 2010, un mes y medio antes de la muerte de NK”. “La superposición de Néstornauta y Eternauta le permitió introducir el culto a la personalidad de NK en las escuelas, donde de la mano de La Cámpora se mezcló la historieta original con un juego de mesa llamado Eternéstor. El kirchnerismo buscó disimular el desembarco partidista mediante los contraataques usuales de su repertorio. Acusó a los críticos de rechazar el debate político en las escuelas –cuando en realidad se estaba rechazando una partidización con respaldo del Estado ideologizado- y demonizó a los objetores, asimilando su queja con un supuesto repudio a la política” (De “El relato kirchnerista en 200 expresiones”-Ediciones B Argentina SA-Buenos Aires 2013).
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