A pesar de los reiterados fracasos y de las catástrofes sociales generadas por los distintos gobiernos socialistas, se advierte una importante adhesión en los distintos pueblos. Para muchos, los fracasos han sido suficientemente aleccionadores para no repetir otros similares. De ahí que encuentran inexplicable la continuidad de las mencionadas adhesiones.
Para intentar comprender cuál es el “atractivo” del socialismo, debemos tener presente que, en general, existen tres tipos de valores buscados por la gente: éticos, intelectuales y materiales. Renunciando a los dos primeros, queda un gran porcentaje de gente para quienes sólo existen los valores materiales, como el dinero, que permite adquirir comodidades principalmente para nuestro cuerpo.
Si nos ubicamos imaginariamente en la mente de un materialista con pocas aptitudes para el trabajo arduo, veremos que contempla al socialismo como una gran esperanza porque sabe que, bajo tal sistema, todos serán pobres (o la mayoría) y, por lo tanto, supone que no tendrá necesidad de envidiar a nadie y que no quedará relegado a ocupar un rango económico inferior, mientras que su nivel económico habrá de ser similar al que logrará en una sociedad capitalista trabajando poco y mal.
Si bien esto explica muchos casos, es posible encontrar otra causa importante de adhesiones al socialismo y es la de las personas con pocas fuerzas anímicas, como si fueran personalidades bajo ciertos estados depresivos permanentes, aun sin caer en tal anormalidad psíquica.
Una persona sin la suficiente fuerza anímica para la lucha diaria por la subsistencia, aun cuando no tenga el defecto de la envidia y del materialismo que la ampara, podrá aspirar al socialismo ante su poca confianza personal para salir adelante. Incluso cuando esté al frente de una familia más o menos numerosa, deberá poseer una disciplina personal que muchos no poseen. Todas estas deficiencias personales se reúnen en un porcentaje importante de votos a favor de los partidos políticos de izquierda.
Aun cuando los fracasos socialistas se sigan produciendo en los distintos países, es de esperar la continuidad de tal tendencia política y económica debido a que no parece factible una futura merma de envidiosos y de deprimidos, en el sentido indicado.
Estas personas deberían al menos advertir que es mejor estar inmersos en una sociedad que produce riqueza suficiente a estar inmersos en una que no la produce.
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1 comentario:
La tendencia monotemática al materialismo económico con su complemento de hedonismo parece ser tan atractiva que obnubila a sus practicantes sobre el límite fáctico de su opción y el de las políticas públicas que la hacen posible. Y por supuesto ni se plantean sus condiciones y consecuencias morales.
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