El emperador romano Marco Aurelio, considerado por los historiadores como una figura representativa del estoicismo romano, se lo puede considerar como tal desde el punto de vista teórico, mas no práctico. Ello se debe a que fue uno de los tantos emperadores perseguidores de los primitivos cristianos, imponiéndoles penas extremas que poco o nada resultan compatibles con los ideales estoicos de Epicteto y de otros filósofos agrupados bajo tal denominación.
Al respecto podemos leer: "Marco Aurelio, lo mismo que Trajano, Adriano y Antonino no dejó de considerar al cristianismo como un flajelo y una peste, una secta absurda y rebelde, aun cuando sus miembros fueran en general inocentes de las infamias que les atribuia el vulgo".
"Página única, no en la historia de las primeras persecusiones, sino en la documentación que se nos ha conservado. Es abrumadora para la memoria de Marco Aurelio, por grande que se haga y que sea en otros aspectos esta memoria. Marco Aurelio mantuvo, por razón de Estado, la jurisprudencia enunciada en el rescripto de Trajano, que lo había sancionado por esta misma razón. ¿Pero es que no podía él, el emperador filósofo, el sabio entre los sabios, el más humano de los hombres, ver los hechos como los había visto Plinio unos sesenta años antes y sospechar que también había humanidad en el cristianismo, suspendiendo esas inútiles y odiosas masacres?".
"Por fin llegó la decisión de aquel que los historiadores llaman el santo emperador. Marco Aurelio, fuera por política o porque supiera a qué atenerse sobre los pretendidos crimenes de los cristianos a quienes no se reprocha casi nada más que su obstinación, renovaba la prescripción ya indicada por Trajano a Plinio: liberar a los renegados, ejecutar a quienes se obstinaban en su fe. Justamente era la época del año en que las diputaciones de las ciudades galas afluían a Lyon para las fiestas que se celebraban en el altar de Roma y de Augusto: en el anfiteatro había juegos, se contaría por lo tanto con cristianos para las bestias" (De "El nacimiento del cristianismo" de Alfred Loisy-Argos Editorial SA-Buenos Aires 1944).
Esta adhesión a la teoría y rechazo a la práctica, también puede observarse en el cristianismo actual, ya que muchos aceptan los dogmas de la Iglesia, creen en lo que resulta difícil de creer, pero no hacen el menor esfuerzo por cumplir con los mandamientos y las sugerencias bíblicas.
Mientras que en las etapas primitivas del cristianismo había que imponer la religión moral (el "contenido") en base al "envase" (las creencias y la tradición), en la época actual debería enfatizarse en el "contenido" (la ética bíblica, el "vino nuevo") dejando un tanto de lado el "envase", que son las creencias en aspectos poco evidentes y poco accesibles a la razón.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
En defensa de Marco Aurelio cabe decir que en la época en que Constantino impulsa desde su cargo al cristianismo los escritores cristianos afirman que en los siglos inmediatamente anteriores ha habido seis persecuciones (conocidas por el nombre del emperador contemporáneo de las mismas en el cargo: Nerón, Domiciano, Severo, Decio, Valeriano y Diocleciano-Maximiniano), pero cien años después, ya en tiempos de los Padres de la Iglesia, se afirma que fueron diez, añadiendo, entre otros, a Trajano y Marco Aurelio, dándose cuenta en ellas de mártires de los que nunca antes nada se supo. Raro.
Publicar un comentario