Una pobre predisposición para el razonamiento, hace que algunos alumnos intenten memorizar lo que se les enseña sin intentar establecer una síntesis ni tampoco asociarlo con otros temas aprendidos. También algunos docentes priorizan el aprendizaje de memoria sin apuntar hacia una síntesis y vinculación del tema a enseñar con otros temas cercanos. Esta tendencia ha llevado a muchos a adoptar la actitud opuesta de rechazar la memoria en todo proceso educativo.
Resulta conveniente, por el contrario, establecer una selección de lo que se ha de memorizar, de tal manera de tener en la mente la información básica necesaria para establecer razonamientos posteriores. Esta forma de emplear la memoria es esencial al pensamiento científico, fundamentado esencialmente en el proceso axiomático. Recordemos que fue Euclides de Alejandría quien, en el siglo III AC, sistematizó la geometría organizándola bajo cinco axiomas básicos que permitían deducir todos los teoremas mediante el razonamiento deductivo.
Puede decirse que, mientras mayor sea nuestra capacidad de razonamiento, mayor cantidad de conocimientos habremos de lograr y menor ha de ser la cantidad de información disponible en nuestra memoria. Esto implica "aprender con la memoria", resultando un proceso muy distinto a la propuesta de no utilizar la memoria como base del aprendizaje. Así como Henri Poincaré indicaba que en matemáticas "descubrir es elegir", también en el proceso del aprendizaje "aprender es elegir" lo que se ha de llevar en la memoria.
La tendencia a menospreciar la memoria se suma a otros errores que tienden a limitar severamente el proceso del aprendizaje. El "cóctel destructivo" puede sintetizarse de la siguiente manera:
a) Menosprecio de la memoria
b) Rechazo al "conocimiento prefabricado"
c) Relativismo del bien y la verdad
d) Reemplazo de la lógica por la dialéctica
El rechazo del "conocimiento prefabricado" implica el absurdo rechazo de la transmisión de conocimientos por parte del docente para llegar a ser un simple orientador hacia el logro de una base de conocimientos que ha de proveerse el alumno por sí mismo.
También se inculca la creencia de que no existe el bien ni tampoco la verdad, en un sentido absoluto, por lo que todo depende del contexto social de referencia. De ahí que se deja de lado la búsqueda de lo que, se supone, no existe.
Los ideólogos que favorecen el deterioro educativo ignoran la existencia de leyes naturales en cada ámbito del universo, o bien reemplazan las leyes descubiertas, o aquellas por descubrir, por falsas leyes naturales provistas por la ideología a la que adhieren. De ahí el reemplazo de la lógica por la dialéctica.
La lógica simbólica se basa en la aceptación previa de que todo enunciado tiene un carácter de verdadero o falso. Así, asignamos un carácter de verdadero a la expresión 2 + 2 = 4, mientras que a 2 + 2 = 5 se le atribuye un carácter falso.
En el caso de la dialéctica, al no considerar el antagonismo entre verdadero y falso, sino entre tesis y antitesis, se puede llegar a establecer "razonamientos" como el siguiente:
Tesis: 2 + 2 = 4
Antitesis: 2 + 2 = 5
Síntesis: 2 + 2 = 4,5
Como ejemplo de elección de lo que se ha de llevar en la memoria, puede mencionarse el caso de un profesor que transmitió a sus alumnos un "conocimiento prefabricado", sin esperar a que lo descubrieran ellos mismos. Ello les permitió luego utilizar sus mentes para llegar a otros conocimientos intermedios, poco posibles de alcanzar sin la referencia previa otorgada por el docente. Jorge Wagensberg, uno de los alumnos beneficiados por tal docente, escribió: "En el año 1968 cursaba el segundo año de la licenciatura en física en la Universidad de Barcelona. Recuerdo la fuerte impresión que me produjo la primera clase del matemático Juan Bautista Sancho Guimerá....Se hizo esperar. Se hizo esperar mucho. Quizá más de media hora, es decir, más de la mitad de lo que dura una clase".
"El murmullo crecía en ausencia del catedrático hasta que de improviso, en el umbral de la puerta, se recortó su silueta semiencorbada, negrísima en el contraluz que daba al patio a media mañana....Sancho se acerca al encerado. Escoge cuidadosamente un pedazo de tiza, lo sostiene en el aire durante una eternidad de dos segundos y de repente ataca la pizarra con cuatro vigorosos picotazos: tac..., tac-tac...,¡tac!".
δS = 0
El docente revela el misterio diciendo: "«¿Sorprendidos, muchachos? Todo el conocimiento de la realidad está escrito en la pizarra con esos cuatro símbolos. Reflexionad sobre ello. Hasta mañana, queridos. La clase de hoy ha terminado»" (De "Las raíces triviales de lo fundamental"-Tusquets Editores SA-Buenos Aires 2010).
Puede decirse que el docente que imparte contenidos, puede orientar simultáneamente al alumno en el proceso del conocimiento. Por el contrario, el docente que no imparte contenidos sólo establece un apoyo superficial que impedirá el éxito del proceso educativo.
No solamente es necesario llevar en la memoria los axiomas, o las ideas básicas, que permitirán el razonamiento posterior, sino también es necesario memorizar ciertos nombres que quedarán grabados en nuestra mente por el hábito de la lectura. Así, si en una evaluación se le pide a un alumno que mencione cuál es la capital de Francia, una respuesta incorrecta delatará un pobre interés y una ausencia de lecturas sobre el tema.
En síntesis:
a) Aprender con la memoria: implica una selección de ideas básicas necesarias para el razonamiento posterior.
b) Aprender de memoria: implica rechazar todo intento de selección que impedirá luego el razonamiento eficaz.
c) Rechazar todo lo que implique memorizar: impide disponer de ideas básicas para un posterior razonamiento.
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1 comentario:
Está muy bien establecer la distinción de los dos usos de la memoria que se describen en esta entrada porque si bien es cierto que una educación basada únicamente en la memoria extensiva se hace penosa, su utilización racional y relacional es imprescindible para cualquier proceso de aprendizaje que no sea, o resulte, una estafa intelectual y vital.
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