El fundamento del liberalismo implica el logro de una prioritaria libertad personal, entendida como la situación por la cual un individuo no está gobernado material ni mentalmente por otros individuos. Friedrich A. Hayek escribió: “El estado de virtud del cual un hombre no se halla sujeto a coacción derivada de la voluntad arbitraria de otro o de otros se distingue a menudo como libertad «individual» o «personal»”. “La expresión que el tiempo ha consagrado para describir esta libertad es, por tanto, «independencia frente a la voluntad arbitraria de un tercero»”.
Es oportuno advertir que el significado que Hayek da a la libertad implica una negación (libertad = no coacción), escribiendo al respecto: “Se objeta a menudo que nuestro concepto de libertad es meramente negativo. Ello resulta verdad en el sentido de que la paz también es un concepto negativo o de que la seguridad o la tranquilidad o la ausencia de cualquier impedimento o mal son negativos. La libertad pertenece a esta clase de conceptos, ya que define la ausencia de un particular obstáculo: la coacción que deriva de la voluntad de otros hombres. La libertad únicamente se convierte en positiva a través del uso que de ella hacemos. No nos asegura oportunidades especiales, pero deja a nuestro arbitrio decidir el uso que haremos de las circunstancias en que nos encontramos”.
“Ahora bien, aunque los usos de la libertad son muchos, la libertad es una. Las libertades únicamente aparecen cuando la libertad falta, y son los especiales privilegios y exenciones que grupos e individuos pueden adquirir mientras el resto permanece más o menos esclavizado. Históricamente, el camino de la libertad ha conducido al logro de especiales libertades. Ahora bien, todo aquello que permite hacer cosas específicas no es libertad, a pesar de designarlo como «una libertad»; en tanto que la libertad es compatible con la no permisión para hacer cosas específicas, se carece de ella si uno necesita permiso para llevar a cabo la mayor parte de cuanto puede hacer. La diferencia entre libertad y libertades es la que existe entre una condición de virtud de la cual se permite todo lo que no está prohibido por las reglas generales y otra en la que se prohíbe todo lo que no está explícitamente permitido”(De "Los fundamentos de la libertad"-Unión Editorial SA-Madrid 2008).
Así como no resulta conveniente el gobierno del Estado ejercido en base al criterio de un solo individuo, por lo cual se busca alcanzar el gobierno impersonal de las leyes, todo gobierno personal del hombre sobre el hombre debería ser reemplazado por el gobierno impersonal de las leyes naturales, luego de que intentemos acatarlas. De esa manera, el gobierno de las leyes de Dios, o del orden natural, sobre el hombre, se ha de identificar con el autogobierno, el que nos asegurará el cumplimiento de la libertad personal. La definición afirmativa de libertad, por lo tanto, implica un "voluntario acatamiento de las leyes naturales que nos presionan hacia una predominante cooperación social".
En cuanto al autogobierno, Alberto Benegas Lynch (h) escribió: "El orden social del autogobierno se basa en una visión optimista del hombre. En realidad, si no se es optimista respecto del hombre ¿en qué ser puede confiarse?. Por otra parte, si no se tiene confianza en el ser humano esto constituiría una razón adicional para no otorgarle el monopolio coercitivo de la fuerza. El optimismo no consiste en creer que ningún hombre recurrirá a la agresión. Por el contrario, la visión optimista, entre otras cosas, consiste en que los arreglos contractuales libres y voluntarios resultan más efectivos para prevenir y reprimir la agresión".
"De este modo se abre el campo más amplio posible para la energía creativa del ser humano. Esta visión no significa que una vez adoptado el sistema social del autogobierno se ha llegado al «fin de la historia». En la historia del hombre nada puede darse por sentado. El esfuerzo educativo para preservar los valores del respeto recíproco debe ser permanente. Nuevos descubrimientos permitirán nuevos corrimientos en el eje del debate. El autogobierno implica el respeto recíproco pero si no existe el respeto propio, si no hay un permanente deseo de excelencia, si no hay un esfuerzo permanente por actualizar las potencialidades en busca del bien, si el hombre se degrada, no resultará posible mantener el respeto recíproco sobre el cual se basa la convivencia civilizada" (De "Hacia el autogobierno"-Emecé Editores SA-Buenos Aires 1993).
Adviértase que, una vez lograda la libertad personal, eliminada toda posibilidad de gobierno material y mental del hombre sobre el hombre, se llega a una situación de igualdad, es decir, no hay gobernante ni gobernado. Por lo que cabe la siguiente consigna: "Buscad primeramente la libertad, que la igualdad se os dará por añadidura". Por el contrario, los intentos de lograr la igualdad sacrificando la libertad, no permiten lograr ni igualdad ni libertad.
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1 comentario:
Tanto optimismo respecto del ser humano no hay porque en realidad, al Estado se le concede el monopolio de la violencia, pero a la vez se instituyen mecanismos para el control de su ejercicio.
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