Los países imperialistas son aquellos que logran dominar a otros, ya sea por medios militares o bien económicos, pensando sólo en sus conveniencias o beneficios unilaterales. La historia de la humanidad se caracteriza por una gran cantidad de casos en que existe cierta actitud grupal favorable a la dominación de pueblos débiles, o no tan débiles, apuntando al dominio de todo el planeta.
Un fenómeno similar se establece en países cuyos habitantes se encolumnan detrás de un líder que considera al resto como los "enemigos", sobre quienes ejercerá una dominación similar al de los imperios respecto de sus colonias, por lo que a este proceso se lo puede denominar como un "imperialismo interno".
No hay algo más nefasto y perjudicial para un país que una división interna entre grupos que tratan de destruirse mutuamente y que tienden a establecer imperialismos internos cuando acceden al poder. En el caso argentino, los principales "imperialismos" fueron los establecidos por Juan Manuel de Rosas en el siglo XIX, por Juan Domingo Perón en el siglo XX y por Nestor Kirchner en el siglo XXI.
Las actitudes de los líderes "imperialistas" son bastantes similares y pueden ejemplificarse en el caso de Rosas. Al respecto, Delfina Varela Domínguez de Ghioldi escribió: "Sin libertad de prensa (con prensa solamente partidaria, libre para la idolización del Restaurador); ahogados los partidos políticos y sofocadas sus críticas: con el pensamiento libre en el exilio; con escritores venales, a sueldos especificados (para cantar loas al tirano); con culto al odio y a la venganza: con justicia gubernamental (de fallos parciales o sin ellos), con estado policial permanente; con una red de delaciones al minuto; con un aparato sancionador, cual la Mazorca: con el fraude, la mentira política. el miedo, los mitos y las supersticiones, como escuela cívica; con la persecución a la cultura y las formas civilizadas, Rosas personificó en su segundo gobierno el momento más crítico de nuestra emancipación" (De "La generación argentina del 37"-Ediciones populares argentinas-Buenos Aires 1956).
Es oportuno advertir que los peronistas y kirchneristas tienden a descalificar en todo momento al "imperialismo yanky", acusándolo de todos los males que nos aquejan. No existe otra característica grupal más definida que su antiimperialismo, lo que los hace indistinguibles de los marxistas. Sin embargo, con sus votos y sus aplausos impulsan un imperialismo interno que busca la derrota y la humillación de los sectores "oligárquicos", "gorilas" y opositores en general.
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1 comentario:
Se trata en definitiva de la subyugación de los sectores más dinámicos desde el punto de vista de la gestión económica con la excusa de su colaboración o dependencia del supuesto enemigo exterior. Es decir, son dos mentiras concatenadas al fin de construir una coartada legitimadora para los verdaderos opresores, cargando las culpas de su mal gobierno sobre sus perseguidos.
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