De la misma forma en que el científico propone hipótesis y teorías descriptivas para aproximarse a las leyes naturales que rigen los diversos fenómenos de la naturaleza, el filósofo, el religioso y el científico social proponen a su vez modelos descriptivos que apuntan a una aproximación a la ética natural, ya que también los seres humanos estamos regidos por leyes naturales invariantes que conforman nuestra naturaleza humana.
En realidad, no siempre así ocurre en el caso de las éticas propuestas desde la religión, ya que se supone que toda norma ética ha sido emitida por Dios y resultará accesible a todos los habitantes del planeta a través de sus enviados o elegidos para esa misión, por lo que generalmente se trata de mandamientos éticos de personas inspiradas en Dios, manteniendo la subjetividad propia de toda creencia religiosa. De todas formas, la efectividad de tales normas no depende del emisor y de sus creencias personales, sino de la compatibilidad de la ética propuesta respecto del orden natural.
Cuando la ética, como rama del conocimiento, adopte las reglas de la ciencia experimental, se advertirá la necesidad de disponer de principios básicos para una descripción de tipo axiomático, siendo tales principios accesibles a la observación directa de todo individuo. Albert Einstein escribió: "Si llegamos a ponernos de acuerdo sobre algunas proposiciones éticas fundamentales, otras podrán ser derivadas de ellas...Tales premisas éticas desempeñan en moral un papel análogo al que los axiomas representan en matemáticas" (Citado en el "Diccionario del Lenguaje Filosófico" de Paul Foulquié-Editorial Labor SA-Barcelona 1967).
Las propuestas éticas surgen originalmente desde la religión, como es el caso de la Biblia y de otros libros sagrados. Estas éticas teológicas conducen muchas veces a confusión, ya que los individuos participantes en toda interacción social no son considerados como los actores principales, sino que se hace aparecer cierta intromisión o intermediación permanente de Dios, complicando las cosas e impidiendo muchas veces que se logren los objetivos principales de la ética, tal la de adaptar al ser humano al orden natural.
Posteriormente aparecen los filósofos con sus propuestas racionales, ya que existe una vinculación estrecha entre la razón y los aspectos emocionales, que son finalmente los que permiten establecer vinculos permanentes y efectivos entre los distintos seres humanos. Debido a que todo individuo tiene una mente que razona y también una predisposición emocional, heredada y adquirida por influencia del medio social, resulta sencillo suponer que toda ética propuesta debe tener aspectos racionales y también emocionales, quedando relegadas las éticas puramente racionales o puramente emocionales. R. Le Senne escribió: "El programa completo de una ética racional ha sido más prometido que realizado por la moral racionalista, porque, como la ciencia deductiva, se ha encontrado con la diversidad, siempre en cierto grado imprevisible, de la experiencia" (Del "Diccionario del Lenguaje Filosófico").
Uno de los intentos por construir una ética racional, fundamentada axiomáticamente, ha sido la "Ética demostrada según el orden geométrico" de Baruch de Spinoza. Si bien mantiene esencialmente su veracidad a la luz de los descubrimientos recientes de la neurociencia, resulta poco accesible al individuo común (y al no tan común). Víctor Cousin escribió: "Los fundamentos de la moral son axiomas inconmovibles, lo mismo que los de la geometría" (Del "Diccionario de citas" de Cesáreo Goicoechea Romano-Editorial Labor SA-Barcelona 1953).
Algo bastante menos compleja resulta la visión surgida desde la psicologia social, o psicología de las actitudes, ya que la respuesta ética surge en una forma natural, aceptando previamente su veracidad. Al considerarse la existencia de una tendencia o predisposición a responder de la misma forma en similares circunstancias, lo que constituye la actitud característica de un individuo, le sigue una descripción de las componentes emocionales y de las componentes cognitivas de tal respuesta característica.
Como todas las posibles respuestas emocionales son el amor (empatía emocional), el odio, el egoísmo y la indiferencia, la propuesta ética, que conduce a la cooperación social, implica simplemente elegir una entre todas las tendencias posibles, por lo que surge de tal elección la empatía emocional, que coincide esencialmente con el "amarás al prójimo como a ti mismo", o compartirás las penas y alegrías ajenas como propias, identificando la ética individual o familiar con la ética social.
En cuanto al aspecto cognitivo o racional asociado a la visión de la psicología social, se advierte la existencia de cuatro componentes cognitivas de la actitud característica, que son las posibles referencias a adoptar en el proceso de prueba y error, que es la base de la lógica intuitiva o asociativa. Tales referencias son la realidad, lo que uno piensa o cree, lo que otro individuo piensa o cree y lo que la mayoría piensa o cree, adoptando la primera opción, que es justamente la postura o predisposición adoptada por el científico experimental.
Si se considera al cristianismo como una religión natural, no revelada, se advierte una identificación entre religión y ciencia social, surgiendo una interesante posibilidad para una unificación estrecha. Ello implica considerar a la religión moral en su verdadera esencia, que ha sido desnaturalizada asociándola a una serie de misterios inaccesibles a toda mente racional.
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