Por Sukasah Syahdan
Como incluso hoy ocurre a menudo, Hans-Hermann Hoppe, de joven, fue también un izquierdista. Leer las críticas de Bohm-Bawerk hacia el marxismo rápidamente puso la semilla de su desconfianza hacia dicho sistema, haciéndole consciente de la falsa ilusión que contagia el Zeitgeist (espíritu de nuestra época). Durante cierto tiempo, llegó a ser un tibio “popperiano” y socialdemócrata. Ello anticipó su determinación para examinar el mundo más allá de la ciencia económica y de la sociología.
Por aquella época, el joven Hoppe parecía haber llegado a una conclusión esencial: la existencia de ciencias cuyos teoremas eran “empíricamente” irrefutables o no falsificables, incluso en el ámbito de las ciencias sociales. Su investigación le permitió creer que las leyes económicas eran a priori identificables, mediante el empleo de silogismos deductivos. Sin embargo, fue su introducción a los pensamientos de Ludwig von Mises, el eminente escolar de la tradición que posteriormente llevaría su nombre, la que le llevó a comprender su sitio en medio de la a veces hostil batalla de las ideas. Aprendió que él, un nativo alemán, era en realidad un “austriaco”.
Esta conciencia de su predisposición intelectual fue lo que estuvo detrás de su decisión de emigrar de Alemania a los Estados Unidos para iniciar allí sus estudios bajo la tutela de uno de los más brillantes e importantes estudiantes austríacos de Mises, cuyo nombre no era otro que Murray Newton Rothbard. En efecto, el profesor Rothbard se convirtió por aquel entonces en su mentor directo, con el que compartió amistad, permaneciendo Hoppe como uno de sus más cercanos colaboradores hasta la muerte de su mentor en enero de 1995.
Así es como más o menos empezó todo, con la propia evolución del profesor Hoppe hacia su bautizo de razón y voluntad. Hoy es un distinguido miembro del Instituto Mises, autor de numerosas obras tales como Handeln und Erkennen (1976), Kritik der kausalwissenschaftlichen Sozialforschung (1983), Eigentum, Anarchie, und Staat (1987), A Theory of Socialism and Capitalism (1989), The Economics and Ethics of Private Property (1993, ampliada a una segunda edición en 2006), Democracy: The God that Failed (2001), The Myth of National Defense, (editor, 2003) y copiosos artículos en la Revista de Economía Austríaca, co-editor de The Quarterly Journal of Austrian Economics y The Journal of Libertarian Studies.
A nadie que esté familiarizado con sus ideas le sorprenderá las duras críticas hacia los más típicos ismos, como el socialismo, el comunismo o el fascismo. Él, además, es una importante voz en medio de la estéril y desierta crítica hacia empirismo, método que a su juicio es considerablemente inadecuado para las ciencias sociales. En un tiempo donde las visiones mecanicistas hacia los fenómenos sociales se han convertido en característico de los intelectuales del sistema, Hoppe ha llegado a ser una destacada figura, considerándose a sí mismo como un intelectual anti intelectual.
Por tanto, ¿cómo es la visión intelectual anti intelectual en economía, política y en ética? Esencialmente depende de tres ciencias distintas. En el campo de la economía, Hoppe cree que es innecesario e imposible probar propuestas económicas contra los datos empíricos. Para él, la experiencia solo sirve para ilustrar la (in-)validez de una teoría. La experiencia tampoco puede confirmar o descartar un teorema bien elaborado, ya que básicamente la validez de un teorema económico depende de la validez del axioma irrefutable de la acción humana, además de, por supuesto, la validez o corrección de la aplicación lógica, especialmente sobre la base de las reglas del razonamiento deductivo y las inferencias lógicas. El test empírico de las leyes de la economía es, por tanto, una pérdida de recursos; rechazar las leyes económicas sobre la base de los datos empíricos es un error categórico, que refleja confusión mental.
Siguiendo los pasos de Mises, el profesor Hoppe es un ardiente creyente en el individualismo epistemológico y metodológico. Solo actos individuales. Por lo tanto, cualquier fenómeno social debe ser lógicamente elaborado y reconstruido como resultado de acciones individuales dirigidas hacia diferentes finalidades. Todas las explicaciones holísticas deberán ser rechazadas como científicas. En el mejor de los casos serán pseudo explicaciones. Los hombres actúan dentro de un contexto cambiante de incerteza dinámica, mientras que las explicaciones mecánicas asumen condiciones estáticas por medio de variables experimentales que son conocidas, dadas o deben ser tratadas como tal. A su juicio y a juicio de economistas de similares ideas, la esencia de la economía es precisamente el desequilibrio. Las ideas mecanicísticas sobre la ingeniería social y los equilibrios son solo útiles en la medida de que nos permiten saber qué acciones son humanas y cuales son comportamientos automáticos o robóticos.
No es exagerado decir que Hans-Hermann Hope ha sido el más importante representante vivo del austrianismo clásico y no sólo dentro de la economía austríaca, como alguno podría argumentar, puesto que el término economía austríaca es probablemente insuficiente, debido al hecho de que la mayoría de pensadores en la tradición han tendido a mirar más allá de las fronteras de la economía, a través de sectores donde las ciencias convergen. La interconexión de las ciencias puede ser vista dentro del ámbito de distintos intereses como el propio profesor Hoppe ha demostrado.
La posición de Hoppe dentro de la tradición intelectual es única también en el siguiente tema en particular: él no solo acepta sino que enfatiza y profundiza la visión de su mentor en atravesar el aparentemente intransitable puente entre economía y ética. El mayor logro ha sido alcanzado a través de cierto enlace olvidado: la ética de la propiedad privada. Hoppe, al igual que Rothbard, cree totalmente que los derechos de propiedad son las bases sobre las cuales pueden alcanzarse las soluciones a numerosos problemas económicos y éticos.
En el campo de la política, el profesor Hoppe se ha mostrado algo provocativo incluso entre los promotores de la libertad, pues él considera menos perjudicial para la misma la monarquía tradicional que la democracia. Además, aunque simpatizante de una visión propia de Mises, rechaza el concepto de Estado mínimo o minimalista. Tal visión, a su juicio, es errónea; su creencia en la función del Estado es contradictoria, incompatible con los genuinos esfuerzos de promover el bienestar social. Además, argumenta que incluso los Estados mínimos todavía pueden poseer tendencias inherentes a ser omnipotentes o cercanas al totalitarismo.
El profesor Hans-Hermann Hoppe está actualmente sopesando jubilarse anticipadamente de la Universidad de Nevada, Las Vegas, donde ha impartido clases durante muchos años. Lo escrito a continuación es el resultado de una reciente entrevista por email con él, dirigida por la actual redactora de Akal & Kehendak, un periódico indonesio pro libertad de Yakarta.
A&K: En su último email, mencionó estar lejos en algún lugar; ¿aún se encuentra fuera de casa ahora mismo?
HHH: En este momento, me encuentro en Bodrum, Turquía, preparando la conferencia anual de Property and Freedom Society (www.propertyandfreedom.org).
A&K: ¿Cómo es su rutina diaria? ¿Qué materias imparte?
HHH: Habitualmente enseño Microeconomía, Dinero y Banca así como Sistemas económicos comparados en la Universidad de Nevada, Las Vegas. Actualmente estoy de salida, planeando retirarme de allí para concentrarme enteramente en mis hobbies estudiosos particulares.
A&K: ¿Quiénes son sus filósofos, pensadores o escritores favoritos?
HHH: Mis pensadores preferidos son Ludwig von Mises y Murray N. Rothbard, con quienes trabajé de cerca durante los últimos diez años de su vida (desde 1985 hasta 1995). En cuanto a filósofos, tengo cierta predisposición hacia los representantes de la tradición racionalista dentro de la filosofía. Así, por ejemplo, he aprendido bastante de Brand Blanshard y de Karl-Otto Apel (los cuales, sin embargo, no saben mucho de economía)
A&K: ¿Cuáles son las 3 cosas que más sinceramente valora en su vida, profesor?
HHH: La verdad, la justicia y la belleza.
A&K: ¿Y las tres cosas que aborrece?
HHH: Lo opuesto a la verdad, la justicia y la belleza. Y más específicamente, lo políticamente correcto, la cobardía moral y el oportunismo.
A&K: Suponiendo que tuviera un asiento en el comité del Premio Nobel de economía, ¿quién considera que merece el premio?, por favor, exclúyase a sí mismo.
HHH: Alguien que haya trabajado con el Instituto Ludwig von Mises. Sin embargo, el comité de nombramientos está repleto de estatistas y el premio lo ha creado el propio Banco Central Sueco y, claro, visto el hecho de que los economistas miseanos son unos defensores del libre mercado incomprendidos y contrarios, en particular, a cualquier tipo de socialismo monetario (bancos centrales), sus opciones de ganar el premio son virtualmente nulas.
A&K: ¿Por qué los nominaría a ellos?
HHH: Porque los economistas miseanos/austro-libertarios disponen de la mejor comprensión de las operaciones en los mercados libres y de los perjudiciales efectos del gobierno en la promoción de la salud y de la prosperidad general. Esto viene ilustrado por el hecho de que Mises y aquellos economistas que han seguido sus pasos tienen de lejos los mejores records prediciendo los resultados del socialismo, del moderno estado social redistribuidor y , en especial, de los regímenes del dinero controlado por el gobierno y de la banca central.
A&K: ¿Podría compartir con la audiencia unas pocas palabras sobre el empirismo?
HHH: Hay áreas dentro de ciertos sectores académicos donde el empirismo es bastante apropiado: en las empíricas ciencias naturales, por ejemplo, y, en una forma diferente, también en la historia. Sin embargo, hay otras áreas, como la lógica, las matemáticas, la geometría y, en particular, la economía, donde el método empírico es totalmente inadecuado y, en efecto, falaz. Lo que los filósofos racionalistas en general y los economistas misesianos en particular, objetan a esto es simplemente la extralimitación del método empírico. Ellos insisten en que los diferentes métodos de la investigación se aplican a diferentes áreas del conocimiento humano, además, recalcan que la teoría es más relevante que la historia, esto es, que la lógica vence a la experiencia o actúa diferente y que la experiencia que parece contradecir a la lógica es el resultado de la confusión intelectual y del desorden.
A&K: Bien; vamos ahora a entrar en asuntos políticos. En uno de sus artículos que leímos en LewRockwell.com, Why Democracy Attracts Bad People. ¿Podría resumírnoslo brevemente aquí?
HHH: Lo que es verdadero, justo y bonito no viene determinado por el voto popular. Las masas en todas partes son ignorantes, cortoplacistas, se mueven por envidia y son fácilmente embaucables. Los políticos demócratas deben apelar a estas masas para ser elegidos. Aquel que sea el mejor demagogo ganará. Casi por sistema, por tanto, la democracia nos llevará a la perversión de la verdad, de la justicia y de la belleza.
A&K: ¿Y qué tiene que decir sobre Nepal, que está entrando en democracia?
HHH: No conozco demasiado el caso de Nepal. Sin embargo, temo que la transición de una monarquía tradicional a una democracia moderna en Nepal empeore las cosas con respecto a lo que ellos podrían haber sido de otra forma, pues la democracia promueve el corto plazo y acabará con las mismas políticas redistributivas del Estado del bienestar que como ya sabemos están desolando cada vez más los Estados Unidos y Europa.
A&K: ¿Qué tiene que decir sobre la teoría austríaca del ciclo económico en relación a la crisis de las hipotecas sup-prime y el altísimo precio de la comida hoy?
HHH: La crisis de las hipotecas sub-prime es un bonito ejemplo de la teoría del ABC. Si tú artificialmente bajas el tipo de interés creando préstamos adicionales de la nada (imprimiendo más papel moneda que el ofrecido en el mercado de préstamos- por encima de los genuinos ahorros adicionales) entonces, estás produciendo una ilusión popular: la ilusión de que hay disponible más dinero para invertir del que realmente existe (una ilusión de riqueza). La crisis subsiguiente simplemente revela tal ilusión. Más dinero no hace a una sociedad más rica de lo que realmente es, ello solo puede llevarnos a la redistribución de riqueza, es decir, puede hacer a gente en la sociedad más rica a expensas de convertir a otras en más pobres.
En relación al precio de los alimentos: los precios vienen determinados por la demanda, por la oferta y por las condiciones monetarias generales (la oferta de dinero). La demanda de comida está creciendo debido al mayor número de la población mundial (y una población en general más próspera)-ello es una de las razones por las que el precio de los alimentos crece. En segundo lugar, la oferta de comida es reducida (comparada con lo que podría ser), debido a las regulaciones estatales y las restricciones a la producción agrícola (solo ten en cuenta las conocidas como restricciones medioambientales en Occidente, o las confiscaciones y socializaciones de tierras privadas como, por ejemplo, en Zimbabwe)-esta es otra razón para el incremento de los precios de los alimentos. En tercer lugar, el Estado (bancos centrales) genera cada vez más papel moneda (inflación) – y esta es la tercera razón del aumento de precios.
A&K: Abundan rumores en el Instituto Mises de que está preparando un nuevo libro. ¿Es cierto?
HHH: Sí, estoy trabajando en un gran proyecto, que anticipo que me llevará completar al menos 5 años. En el cual, quiero, en primer lugar, restablecer y elaborar mi trabajo previo (primero en alemán y más tarde en inglés) en el campo de la epistemología y la ética o, más en general sobre la naturaleza de la racionalidad humana; y en segundo lugar, me gustaría ofrecer una reconstrucción sistemática e interdisciplinar de la historia humana (prehistoria, sociedades cazadoras-recolectoras, sociedades agrícolas, industriales) donde desarrollaré ampliamente las ideas esbozadas en mis 10 series de lecturas sobre economía, sociedad e historia, entregadas hace unos pocos años al Instituto Mises ( y disponibles en internet)
A&K: Tras mi traducción de sus obras al indonesio, The Misesian Case Against Keynes, estoy actualmente interesado en traducir uno de sus libros, Economic Science and the Austrian Method, donde intenta desmontar el empirismo. El problema es: ¿a quien debo escribir para recibir una autorización?
HHH: ¡Yo mismo puedo aquí darle autorización para traducir ese pequeño libro!
A&K: Definitivamente no estaba a la espera de esto, ¡pero muchas gracias! En unas pocas palabras, ¿Cuáles son las perspectivas del Austrianismo?
HHH: No puedo, pero tengo la esperanza de que la verdad que representa el Austrianismo acabe finalmente triunfando sobre la mentira y la ilusión. Sin embargo, incluso si no fuera así, considero que es mi deber luchar por ello mientras pueda.
A&K: Profesor Hoppe, muchas gracias una vez más por esta entrevista y por la autorización.
HHH: De nada. Espero que sea de utilidad.
(De www.mises.org.es)
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1 comentario:
Pocos de entre los más capacitados se atreven a dar públicamente una opinión así de contundente acerca del pueblo soberano. Pero tampoco puede olvidarse que a pesar de tan lúgubre descripción se trata de términos no prescindibles en la ecuación a resolver.
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