El caudal de conocimientos adquirido por la humanidad supera ampliamente la capacidad de retención de la memoria de un ser humano en particular. A ello se le agrega el caudal adicional de información que se suma cada día, por lo que puede decirse que somos todos ignorantes, aunque en distinto grado. En este caso hablamos de una "ignorancia normal", natural e inevitable.
Reservamos el calificativo de ignorante, por lo tanto, a quien promueve una información falsa y un conocimiento falso, tal el que contradice abiertamente los hechos verificados fehacientemente y que no dejan lugar a dudas. Como ejemplo
de ignorante, en el sentido indicado, puede mencionarse a los promotores de la creencia en la "Tierra plana". Quizá uno de los justificativos que invocan para su tarea divulgadora reside en que, en el pasado, varios genios, que contradecían las creencias de su época, fueron calificados inicialmente como locos. Olvidan también que muchos otros calificados de la misma forma, fueron efectivamente perturbados mentales.
Unos tres siglos AC, Eratóstenes observó la sombra proyectada por un mástil vertical a determinada hora del día. Comparó esa sombra con la de otro mástil, separado unos 600 kilómetros, a esa misma hora en otro día. Para medir esa distancia contrató a alguien que contaba sus pasos. Mediante conocimientos básicos de geometría pudo calcular la longitud de la circunferencia terrestre con un error bastante pequeño, comparado con las mediciones precisas de la actualidad. Se concluye que, desde hace unos 2.300 años, se conoce la esferidad de la Tierra y su tamaño, mientras que en la actualidad es puesta en duda por ignorantes con aspiraciones a genios.
Algo similar ocurre con los creyentes en la Tierra quieta, que se retrotraen a épocas anteriores a Copérnico. En este caso, el error se debe a que existe una equivalencia entre el estado de reposo y el movimiento rectilíneo uniforme. Si bien la Tierra y los planetas describen órbitas elípticas, casi circulares en varios casos, el movimiento en cada sector puede considerarse como rectilíneo por lo cual resulta indistinguible del estado de reposo. De todas formas, el movimiento terrestre, respecto de los demás cuerpos celestes, ha sido comprobado desde hace más de cinco siglos.
La equivalencia mencionada, conocida como "principio de relatividad", fue generalizada por Albert Einstein y extraídas todas sus consecuencias. Tal principio no tiene nada que ver con que "todo es relativo", como ligeramente concluyen quienes ignoran los aspectos básicos del movimiento. La aspiración de que todo sea "relativo" evitaría a los ignorantes el trabajo de tener que estudiar y pensar, y asimismo mantener la pretención de acceder a la cima social del conocimiento.
El caso de ignorancia generalizada más difundido es el de los creacionistas, quienes adhieren a la descripción del Génesis bíblico y rechazan la evolución biológica. Ignoran que la Biblia es un libro que busca inducir en la gente un comportamiento ético adecuado y no un libro de ciencia especializada. La evolución biológica es un hecho, y no sólo una teoría, por lo que en realidad los "creyentes" rechazan la forma en que Dios, o el creador, hizo al mundo. Puede decirse que se trató de una creación indirecta, ya que el supuesto creador hizo muy sabiamente las leyes de las partículas elementales para generar luego átomos, moléculas, células, organismos, hasta llegar a la vida inteligente.
Mientras que el científico adopta como referencia las leyes naturales, o leyes de Dios, el fanático religioso adopta como referencia algún libro sagrado, escrito por seres humanos. Entonces, el verdadero "creyente" es el científico, porque reconoce, estudia y describe tales leyes, mientras que el fanático "religioso" las rechaza abiertamente. También rechaza el criterio adoptado por el creador para hacer al mundo. Ernesto Carmena escribió: "Un millonario ha hecho realidad el sueño de los creacionistas yanquis en la mismísima patria de Darwin: conseguir que en clase de ciencias naturales se dedique el mismo tiempo a la evolución y a la creación bíblica. Sir Peter Vardy, que además de rico es fundamentalista cristiano, ha pagado mucho dinerito para cofinanciar con el Estado la construcción de varias escuelas de enseñanza secundaria".
"Eso le ha otorgado influencia a la hora de decidir quiénes son los profesores contratados y qué han de aprender sus alumnos. En todos esos centros, junto a la evolución biológica, se está enseñando la creación según la Biblia. Los profesores dan la misma importancia a ambos puntos de vista. «Que los niños decidan», dijo el millonario en una entevista" (De "El creacionismo ¡vaya timo!"-Editorial Laetoli SL-Pamplona 2006).
Algo similar ocurre con el socialismo, un sistema económico que se opone a la libertad elemental de cada ser humano como también a la ética natural, produciendo fracasos en cada lugar en donde fue puesto a prueba. Mientras que, en las sociedades normales, es la empatía emocional el vínculo que une a los seres humanos (o que nos debería unir), el socialismo une a sus adeptos en el odio común hacia el enemigo, por lo que constituye un sistema disolvente y antisocial, a pesar de su equívoca denominación. Hans von Hentig escribió: "Los enemigos comunes unen mucho más íntimamente que la amistad. Entre los enemigos se cuentan los padres, los maestros, la policía, incluso los adultos todos. Ellos son los contrarios, los adversarios en torno, contra los que hay que luchar conjuntamente" (De "Estudios de psicología criminal"-Editorial Espasa-Calpe SA-Madrid 1965).
Luego de la caída del muro de Berlín, se habló de tres unificaciones: de Alemania, de Europa y del lenguaje. Ralf Dahrendorf escribió: "Escuché a André Fontaine hablar sobre las tres reunificaciones que estamos experimentando: la reunificación de Alemania...; la reunificación de Europa...y la «reunificación del lenguaje». Fontaine nos recuerda «la hueca retórica del pasado», los muchos diálogos sordos, el intercambio de trivialidades en las negociaciones políticas, conferencias eruditas y hasta encuentros personales".
"Fontaine podría haber hablado también de los absurdos balances establecidos entre los sistemas: ustedes no tienen censura, pero nosotros no tenemos desempleo; los derechos sociales compensan la ausencia de derechos políticos. Toda esa hipocresía se desvaneció repentinamente como un mal sueño al llegar el día. Fontaine cuenta de un seminario Este-Oeste con disidentes, emigrados y gentes que se habían quedado en sus respectivos institutos y academias del Este, «y todos ellos usaban las mismas palabras y los mismos conceptos y hablaban las mismas cosas»".
"La reunificación del lenguaje encierra una historia que es necesario contar. Dos sistemas basados en dos maneras diferentes de ver el mundo necesitaban dos idiomas. ¿Cómo presentaba George Orwell la «neolengua»? «La intención de la neolengua -escribió en 1984- no es únicamente suministrar un medio de expresión para la visión del mundo y los hábitos mentales propios de los partidarios del ingsoc -la ideología dominante-, sino hacer imposibles todas las otras formas de pensamiento»".
"Al aceptar que el otro lado usaba sus propios conceptos y frases, los dos sistemas permanecían estabilizados. Mientras los dos lenguajes se mantuvieran, nada podía cambiar. Estábamos acostumbrados al hecho de que hasta las nociones valiosas como la democracia o los derechos humanos tenían significados diferentes en uno y otro lado del Telón de Acero".
"Uno trataba de leer entre líneas, de escuchar los más leves matices para detectar señales de cambio, y aun si conversaba con alguien mano a mano en paseos por la playa o por el bosque, generalmente lo máximo que podía surgir era una pomposa declaración conjunta".
"Ahora nos reunimos y hablamos como lo haríamos en cualquier lado. Podemos necesitar intérpretes, pero no necesitamos lo que Orwell llamó «traducción ideológica». Esto significa que el lenguaje ya no sirve para estabilizar dos sistemas. La conversación y la discusión pueden cambiar realmente los puntos de vista. Hemos entrado en una era de cambio. Un terrible muro se ha desmoronado y está en vías de ser retirado totalmente" (De "Reflexiones sobre la revolución en Europa"-Emecé Editores-Barcelona 1991).
Dos personas que hablan distintos idiomas no podrán comunicarse, de igual forma en que dos personas que hablan el mismo idioma no podrán hacerlo si otorgan diferentes significados a algunas palabras. Este es el caso del liberal y del socialista. Mientras que el primero sigue otorgando un similar significado, tradicional o histórico, a la palabra "democracia", el socialista acepta el significado con que los alemanes del Este denominaron a la antigua República Democrática Alemana, precisamente la Alemania totalitaria que construyó el muro de Berlín.
En una conversación entre ambos, parecen ponerse de acuerdo cuando afirman que el mayor problema es el "problema moral", pero, mientras el primero se refiere a un problema de toda la sociedad, el socialista lo asigna exclusivamente al sector empresarial y productivo. Luego, el liberal puede concluir en que los problemas se han de solucionar "mediante la educación", criterio aceptado por el socialista. También en este caso la coincidencia es aparente por cuanto para el primero se trataría de un educación basada en una moral cristiana o natural, mientras que para el socialista será un adoctrinamiento marxista-leninista.
Con la justicia social ha de suceder algo similar. Para el liberal la creación de riqueza ha de asociarse a la propiedad privada, para luego establecer un intercambio, vía laboral, con otros productores. Con ello se trata de evitar la exclusión social de los posibles parásitos sociales. Para el socialista, por el contrario, justicia social implica igualdad económica bajo el lema: "De cada uno según su capacidad; a cada uno según su necesidad", a pesar de los resultados negativos.
El socialista aspira a que el sector empresarial deje de tener ganancias para promover la igualdad económica o social. La única riqueza y la única desigualdad que acepta es la del político que, desde el Estado, protege al pueblo del empresariado y considera como justo el enriquecimiento desmesurado de tal político.
Mientras que el pensamiento científico procede a establecer hipótesis que se van acercando a la verdad en forma paulatina, mediante prueba y error, el socialista establece razonamientos como el siguiente:
Tesis: 2 + 2 = 4
Antitesis: 2 + 2 = 5
Síntesis: 2 + 2 = 4,5
Luego aplica el mismo proceso por lo que el error se va haciendo cada vez mayor, a la inversa del proceso científico con el que se busca reducir el error lo más que se pueda.
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2 comentarios:
La lengua es fruto histórico de un proceso social espontáneo y cooperativo que da lugar a un consenso sobre el sentido de las palabras que integran el idioma de cada sociedad concreta, pero actualmente desde instancias supuestamente progresistas y en países de corte occidental se favorece un proceso de empobrecimiento y corrupción del lenguaje mediante el retorcimiento de las palabras tradicionales, la censura de ideas, conceptos y expresiones hasta ahora comunes y la imposición de otras nuevas vulnerando el camino normal de adopción de este último tipo, pues son impuestas coercitivamente desde la educación y los medios de comunicación, buscando con todo ello dividir a las sociedades, fracturarlas moralmente para desde ahí proceder al establecimiento de un modelo de sociedad de corte autoritario del tipo de las actuales Venezuela, Nicaragua o Turquía. En este tipo de regímenes es difícil distinguir la verdad de la mentira, la ficción de la realidad, tal como afirma Mario Vargas Llosa en su libro "La verdad de las mentiras". A través del mencionado proceso en el lenguaje, de la gran demagogia que les es inherente, de la politización total del derecho, de la corrupción y captura de las instituciones de la democracia liberal, además de los ya citados de la educación y los medios de comunicación, los regímenes neoautoritarios y sus seguidores dentro de las democracias occidentales basan o aspiran a basar su poder real más en la manipulación de las conciencias que en la fuerza de las armas o en la violación sistemática y brutal de los derechos humanos.
Puede decirse que los socialistas, antes, buscaban esclavizar cuerpo y mente. Ahora tratan de esclavizar principalmente la mente. Sería la diferencia esencial entre Lenin y Gramsci, respectivamente...
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