Por lo general se cree que el fanatismo de los ultraortodoxos surge solamente en el ámbito de la religión y que ello ocurre porque no se ha utilizado suficientemente la razón. Sin embargo, la actitud del seguidor incondicional de un líder se establece también en otros ámbitos, como el de la filosofía racionalista. Ello se debe a que se supone erróneamente que sólo el razonamiento que respeta las reglas de la lógica simbólica es el que permite llegar a la verdad, ignorando el razonamiento de tipo científico, vinculado al proceso de "prueba y error". Así, mientras el científico trata de verificar la descripción realizada comparándola con lo que trata de describir, el racionalista trata siempre sólo de verificar la coherencia lógica de toda expresión integrada por palabras.
Tal limitación del pensamiento fue advertido por José Ortega y Gasset, quien escribió: "Otra masa ocultadora del auténtico Pensamiento es la Lógica. En ella la ocultación consiste en una esquematización. La Lógica suplanta la infinita morfología del Pensamiento por una sola de sus formas: el pensamiento lógico; es decir, el pensamiento en que se dan ciertos caracteres: ser idéntico a sí mismo, evitar la contradicción y excluir un tercer término entre lo «verdadero» y lo «falso».
"Todo pensar que no ostente estos atributos será un pensar fallido, que no consigue ser lo que constitutivamente pretende y que, por tanto, no es auténtico pensar. Es incalculable el poder de ocultación que durante dos milenios ha ejercido este imperativo casi religioso de «logicidad». Ha escindido todo el inmenso panorama intelectual de la humanidad en dos territorios de muy diferente extensión: de un lado, el mundo de lo lógico, que era muy reducido; de otro, el orbe negativo de lo ilógico, al cual no se prestaba atención, con el cual no se sabía cómo habérselas".
"Se identificó a lo lógico con lo racional hasta hacer sinónimos lógica y razón. Todo esto era inevitable y estaba justificado porque se creía que hay, en efecto, un pensamiento que es lógico plenamente y sin reservas. El hombre occidental estaba convencido de poseer con él un edificio de aristas rigorosas que contrastaba con la selva confusa de todos los demás modos de pensar. Pero he aquí que hoy empezamos a caer en la cuenta de que no hay tal pensamiento lógico".
"Mientras bastó la tosca teoría que desde hace veintitrés siglos se llama Lógica pudo vivirse en la susodicha ilusión. Pero desde hace tres generaciones ha acontecido con la logicidad lo que con otros grandes temas de la ciencia: que se les ha ido, de verdad, al cuerpo. Y cuando se ha querido en serio construir lógicamente la Lógica -en la logística, la lógica simbólica y la lógica matemática- se ha visto que era imposible, se ha decubierto, con espanto, que no hay concepto última y rigorosamente idéntico, que no hay juicio del que se pueda asegurar que no implica contradicción, que hay juicios los cuales no son ni verdaderos ni falsos, que hay verdades de las cuales se puede demostrar que son indemostrables; por tanto, que hay verdades ilógicas".
"Ipso facto varía por completo la perspectiva. Al aparecer lo lógico penetrado de ilogicidad pierde la patética distancia a que se hallaba de las otras formas de pensamiento. Ahora resulta que el pensamiento lógico no era tal pensamiento -puesto que no lo hay-, sino sólo la idea de un pensar imaginario, esto es, un mero ideal y una utopía que se desconocía a sí misma. Creación al fin de Grecia, la Lógica de Aristóteles es tan irreal -y por análogas razones- como la República de Platón" (De "Apuntes sobre el pensamiento"-Revista de Occidente-Madrid 1966).
Como ejemplo de racionalismo sectario puede mencionarse al objetivismo de Ayn Rand, varios de cuyos seguidores responden con burlas cada vez que alguien procede a criticarlos. Francisco Capella escribió: "Los seguidores del objetivismo suelen considerarlo un sistema verdadero, correcto, completo y cerrado, al cual no ven ningún problema: así es inmune a críticas, y se convierte en un dogma estático incapaz de corregir posibles errores, crecer, enriquecerse, adaptarse y mejorar. La incapacidad crítica puede deberse a sesgos cognitivos (como el sesgo de confirmación) o a dinámicas sectarias en los grupos objetivistas".
"Sobre la utilidad práctica, es cierto que a nivel económico, político y social el capitalismo o liberalismo es el único sistema ético (compatible con la libertad individual) y que más prosperidad consigue; sin embargo la promoción del egoísmo para la consecución individual de la felicidad puede implicar problemas de integración social y relaciones públicas, y además requiere un apoyo empírico y científico del cual el objetivismo carece (teorías y datos)".
"Suele hacer afirmaciones erróneas como que los animales solo tienen instintos innatos automáticos (esto es falso porque tienen cierta capacidad para aprender y desarrollar cultura), mientras que el ser humano tendría una mente que comienza como una tabula rasa y que solo dispone de la razón como herramienta esencial de supervivencia: esto es falso porque existen múltiples capacidades instintivas y habilidades esenciales como las emociones (que no son caprichos irracionales y que son la fuente de las preferencias o afectos) y los sentimientos morales (la moral no es solamente racionalidad), la capacidad de imitar (copiar cultura), la capacidad innovadora o creativa, la capacidad de pensamiento analógico (metáforas, traspaso de conocimiento entre diferentes dominios), y las habilidades sociales para la acción en grupos cooperativos".
"El objetivismo pone tanto peso y énfasis en lo racional, no solo como algo descriptivo sino también prescriptivo, que ignora o desprecia el ámbito de lo emocional (afectos, sentimientos): insiste en que el individuo debe pensar, que es una obligación moral, en lugar de una posibilidad. Si decide no pensar entonces simplemente se deja dominar por sus emociones o sentimientos: ignora el papel esencial y el valor adaptativo de las emociones y los sentimientos como procesadores de información y generadores de conducta exitosa; la razón es un instrumento que no puede operar solo, sin motivaciones, sin mecanismos generadores de preferencias, sin reacciones emocionales".
"El objetivismo habla de interés racional, como si la razón determinara objetivamente o fuera juez último de los intereses; no entiende que razón y emoción no son contradictorias o enemigas sino que son complementarias, ambas son necesarias y ninguna es suficiente; las emociones no son arbitrarias, y en último término la razón es sierva o instrumento de las emociones o valoraciones (porque razonar o pensar reflexivamente es un tipo de acción intencional, y toda acción intencional requiere una motivación que la impulse y dirija). La razón es muy importante y distintiva de los seres humanos, pero no lo es todo ni es el único rasgo fundamental de la humanidad".
"Los objetivistas sufren de un hiperliderazgo de una sola persona carismática y persuasiva, una líder venerada, infalible, incapaz de equivocarse, a quien consideran la persona más brillante y genial de la humanidad. Los seguidores deben mostrar lealtad y admiración al líder y a sus ideas: hay una ortodoxia, un dogma presuntamente racional sobre el que no se admiten dudas, y el que no está plenamente de acuerdo es un hereje, un enemigo, alguien a quien excomulgar. Como ideología basada en una sola persona ególatra y con escasa capacidad autocrítica, el objetivismo comparte los sesgos y miserias de su creadora".
"Según el objetivismo, con grave desconocimiento de la psicología humana, las emociones son resultado de las ideas: las emociones inadecuadas son causadas por ideas incorrectas, irracionales; siendo así, las críticas y las valoraciones negativas contra el objetivismo de algún enemigo o de algún seguidor potencial con crisis de fe pueden calificarse como errores de individuos no racionales, y por lo tanto intelectualmente incompetentes, que deben ser ignorados o corregidos" (De www.juandemariana.org).
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3 comentarios:
El objetivismo no parece científico, sí dogmático. Se asemeja a una religión teísta.
Es abiertamente filosófico, pero no es una filosofía que tenga en cuenta los conocimientos científicos o filosóficos válidos, y mucho menos la religión, sino que la esencia del objetivismo es lo que surge de la mente de Ayn Rand....
Buena precisión.
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