Existen diferencias entre teoría y realidad, tanto en el caso del capitalismo como del socialismo. Sin embargo, es necesario establecer diferencias. En el caso del capitalismo, se promueve la libertad y se exige la presencia de muchos empresarios para constituir un mercado competitivo. Si esto no se logra, no existe una verdadera economía de mercado. De ahí que el éxito del sistema es condicional, de la misma manera en que el éxito del cristianismo también lo es, porque requiere del previo cumplimiento de los mandamientos bíblicos. Una propuesta falla cuando es puesta a prueba aceptando sus condiciones o sus reglas.
En el caso del socialismo, por el contrario, el sistema implica una organización estatal mediante la cual se dirige el accionar de todo ser humano limitando severamente su libertad. De ahí que las fallas del sistema se deben esencialmente a la planificación de la economía. Si bien puede aducirse que, en el socialismo, la gente trabaja mucho menos que lo requerido por las autoridades, debe tenerse presente que la poca productividad individual proviene de la ausencia de incentivos para el trabajo y la producción, algo inherente al sistema.
Es oportuno mencionar el caso de los Gulag, institución soviética de gran importancia para la economía nacional, que representa una parte importante del socialismo real. Se trancribe parcialmente un artículo de Alberto Falcionelli:
GULAG
Glavnoe Upravlenie Laguerei, "Administración Superior de los Campamentos". Se trata, por supuesto, de campamentos que por ser de "reeducación por el trabajo" o de "trabajo reeducativo" -ispravitelniy trud-, figuran en la legislación soviética y en la apologética comunista en general, como entidades esencialmente humanitarias. Lo admitiremos con alguna dificultad, ya que:
1) El MVD (organismo de presión del Partico Comunista sobre la sociedad) es el organismo encargado del reclutamiento de sus huéspedes.
2) Estos "huéspedes" realizan, gratuitamente, el 14 por ciento de las obras públicas previstas por el Gosplan, talan el 20 por ciento de la madera destinada a la construcción y extraen el 40 por ciento de los metales no ferrosos utilizados en la industria soviética, el 94 por ciento del oro que la URSS acumula para "enterrar" al capitalismo (destinado a perecer pero, mientras tanto, productor de bienes que Rusia necesita y no logra producir), y el 90 por ciento de uranio exigido por la competencia atómica de Rusia con Estados Unidos.
3) La población de dichos campamentos, según los cálculos más optimistas, oscila entre 8 y 15 millones de almas en un momento determinado, no por el menor o mayor número de delincuentes comunes, sino por las necesidades político-económicas del momento, lo que a los cuarenta y cuatro años de existencia del régimen socialista en la URSS, demuestra la existencia de una fuerte oposición e incluso, de una muy fuerte y muy extensa oposición si se considera las condiciones de terrorismo policial en que tiene que desenvolverse.
4) El promedio de vida de dicha población, variable según los lugares de deportación y la naturaleza del trabajo a ella impuesto, es tan bajo de todos modos que, rara vez, un deportado llega al término de su periodo de reeducación, en razón del bajísimo número de calorías puestas a su disposición por las cocinas Gulag.
5) Esta misma población está compuesta en una proporción de 85 a 90 por ciento, por "delincuentes" políticos calificados de "contrarrevolucionarios" y sometidos a la caritativa supervisión de 10 a 15 por ciento de delincuentes comunes que, en los campamentos, se encargan de la aplicación de las consignas disciplinarias y de las normas de trabajo fijadas por la administración.
Todo ello sugiere dos observaciones:
a) Compárese las cifras citadas con los 33.000 detenidos que hubo en la Rusia zarista durante el periodo de mayor tensión política registrada entre 1815 y 1917, esto es, en el momento de la revolución de 1905-1906, y téngase presente que solamente 5.000 de esos 33.000 detenidos eran delincuentes políticos y que 4.700 de ellos recuperaron su libertad antes del final de 1908.
b) En los diccionarios soviéticos, la voz Laguer (campo, campamento), se presenta con las ilustraciones siguientes: uchebniy laguer (campo de instrucción), laguer voennoplennij (campo de prisioneros de guerra), Stalag en la Alemania fascista, lo que, si se me permite la licencia, constituye el colmo de "caradurismo"; Laguer mira, demokratii i sotsializma (Campo de paz, de la democracia y del socialismo) lo que no deja de ser escalofriante, en lo que a nuestro futuro concierne.
(De "El licenciado, el seminarista y el plomero"-Editorial La Mandragora-Buenos Aires 1961).
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1 comentario:
También en este caso el gobierno soviético (la izquierda realmente existente en el tiempo y lugar del país llamado URSS) mantuvo una relación de tipo instrumental con la delincuencia común, usando a los individuos de este tipo que estaban presos al modo de capos de un campo de concentración nazi en el control más inmediato de sus enemigos políticos con peor suerte, las víctimas del totalitarismo comunista internadas en su red concentracionaria o Gulag. Y por cierto, que esa relación de utilización en provecho propio de los delincuentes comunes ha sido utilizada por los partidos de izquierda como punta de lanza en otras varias ocasiones en distintos momentos y lugares. Así que tampoco el comportamiento correcto o decente es un concepto que tenga importancia sustantiva en la cosmovisión del mundo o en la práctica política de la izquierda.
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