domingo, 5 de enero de 2020

El machismo ¿actitud burguesa o actitud socialista?

Se aduce frecuentemente que la familia tradicional y patriarcal es la institución que conduce a una sociedad injusta y excluyente, y de ahí la razón para abolirla o reemplazarla por otros tipos de asociación de individuos. Como en muchos hombres predomina el "machismo" a la "hombría", como actitud predominante, se culpa al "sistema familiar" en lugar de advertir fallas a nivel individual. El machismo implica cierta desconfianza en la propia capacidad y habilidad, que hace temer, a quien la padece, a ser superado por su mujer tratando de relegarla a un lugar secundario promoviendo en ella una actitud dependiente, prohibiéndole incluso el mínimo de libertad necesario para que lleve una vida normal.

Tal tipo de individuo es altamente competitivo, pero de los que temen perder, por lo que trata de evitar toda competencia adoptando una postura de mando que le ha de brindar total libertad, aunque quitándosela a los demás. Es la típica actitud del dirigente socialista que busca, a través del Estado, tener bajo su mando y control a toda la sociedad. De ahí que el machismo vendría a ser una especie de “socialismo familiar”. Incluso los denominados “femicidios” se corresponden con los asesinatos masivos provocados por personajes como Stalin y Mao-Tse-Tung en contra de quienes se opusieron a sus respectivos proyectos.

Los problemas actuales que se presentan acerca de los derechos de la mujer, ya existían en las épocas de la antigua Roma. Gastón Boissier escribió al respecto: “En un país donde la familia era respetada, como en Roma, las mujeres habían de tener necesariamente mucha importancia. Era imposible que su influencia, tan grande ya en la casa, no tratara de traspasar sus límites, y el puesto honroso que desempeñaban en la vida privada debía inspirarles alguna vez la tentación de invadir la vida pública”.

“Los antiguos romanos, tan celosos de su autoridad, tenían el sentimiento de este peligro, y no descuidaron nada por defenderse de él. Sabido es de qué manera fingen tratar a las mujeres: no hay palabra mala que no les dirijan, las hacen atacar en el teatro y se burlan de ellas hasta en sus discursos políticos; pero no hay que dejarse engañar sobre el sentido de esas burlas, ni compadecer demasiado a las que son objeto de ellas. Se las ataca de ese modo porque se las teme, y todas aquellas mofas son precauciones más bien que agravios”.

“Aquellos rudos soldados, aquellos labradores groseros, se enteraron al vivir junto a ellas de cuán ágil y atrevido es su espíritu, por cuántos títulos valen más que ellos; así, procuran por todos los medios encerrarlas en su casa, y esto no es bastante aún para tranquilizarlos; es preciso que también en la casa estén sometidas y refrenadas. Se finge creer y decir que son seres débiles y furiosos (indomita animalia), incapaces de gobernarse por sí solos, y se apresuran a procurarles una dirección. Con ese pretexto se las tiene en tutela perpetua: están siempre bajo la autoridad de su padre, de su hermano o de su marido; no pueden vender ni comprar, ni traficar, ni hacer nada sin un consejo que las asista; al obrar de este modo pretenden protegerlas; en realidad se protegen a sí mismos contra ellas”.

“Catón lo confiesa ingenuamente en un momento de franqueza: «Acordaos, le hace decir a Tito Livio, a propósito de la Ley Appia, de todos los reglamentos que hicieron nuestros antepasados para someter a las mujeres a sus maridos. Por muy sujetas que estén, os cuesta trabajo dominarlas. ¿Qué sucederá si les devolvéis la libertad, si les dejáis gozar de los mismos derechos que vosotros? ¿Creéis que entonces os será fácil ser sus amos? El día que ellas lleguen a verse iguales a vosotros serán vuestros superiores»”.

“Ese día llegó precisamente en la época que nos ocupa. En aquella gran corrupción de las costumbres antiguas, las leyes contra las mujeres no merecieron más respeto que las otras. Cicerón dice que algunos jurisconsultos galantes les suministraron medios ingeniosos de liberarse de ellas sin aparentar violarlas. Al mismo tiempo se iban acostumbrando a ver a las mujeres tomar un puesto más importante en la sociedad y a tenerlas en mucho en el gobierno de la república. Casi todos los hombres políticos de entonces están bajo la dirección de sus mujeres o de sus mancebas” (De “Cicerón y sus amigos”-Editorial Porrúa SA-México 1986).

Mientras que el machista se caracteriza por ser competitivo, pero temiendo perder y rebajando al competidor, quienes tienen hombría de bien son aquellos que tratan de cooperar en toda ocasión, tanto familiar como socialmente. El perdedor tiende a identificarse con la mentalidad socialista, como se dijo, ya que no soporta que otros tengan éxito económico y él no, por lo que degrada al capitalismo y al sector empresarial. Por el contrario, quien confía en sus aptitudes y capacidades personales para lograr éxito en tal sistema, es justamente el “burgués”, o individuo de clase media; siempre denigrado por los envidiosos.

Quienes sienten odio por la sociedad en que viven, acusan a la “sociedad capitalista y burguesa” por favorecer la “explotación laboral de la mujer en el hogar”, aduciendo que tal explotación luego se proyecta a toda la sociedad. De ahí la búsqueda marxista de la destrucción de la familia como célula básica de la sociedad. Abelardo Pithod escribió: “El varón es el explotador (tesis), la mujer la explotada (antitesis)…¿Pero cuál es la síntesis? ¿El hijo? ¿En realidad no son acaso los hijos los «explotadores» de los dos, padre y madre, para usar el modo de expresarse marxista?”.

“Porque, en última instancia, ¿qué es ser explotador? ¿Cuándo lo somos? La entrega y sacrificio de la madre, de la maestra, del médico, ¿son «explotaciones» o más bien el medio de su propia perfección y felicidad, que está mucho más allá de lo material, del placer, etc.?” (De “Curso de doctrina social”-Cruz y Fierro Editores-Buenos Aires 1970).

El machismo a gran escala es justamente el socialismo, en donde el líder supremo restringe la libertad tanto de hombres como de mujeres, utilizando severos castigos cuando advierte síntomas de desobediencia. La explotación laboral, a nivel colectivo, se produce generalmente bajo el socialismo. Este es el caso de los médicos cubanos que son “alquilados” a otros países por el Estado socialista, recibiendo cada médico, como retribución, una pequeña parte del alquiler recibido, que va a parar mayormente a la clase dirigente.

En una sociedad capitalista y competitiva, el empresario explotador termina perdiendo su más valioso capital, que es el capital humano, por lo que el empresario normal trata de mantenerlo de la mejor manera, aunque la versión marxista indique todo lo contrario. En caso de que no exista competencia empresarial, por existir pocos empresarios, no debería hablarse de “capitalismo”, sino de pre-capitalismo.

Es oportuno mencionar que el cristianismo, al promover un igualitario “amor al prójimo”, no distingue entre hombre y mujer en cuanto el alcance de tal actitud o predisposición que deberíamos adoptar.

El capitalismo fue insertándose en los diversos países a partir de las virtudes familiares y cristianas, o virtudes compatibles con la moral cristiana. Tales virtudes se trasladaron a la sociedad, ya que la actitud moral de una persona tiende a ser la misma en distintas circunstancias y en una misma etapa de la vida. Werner Sombart escribió: "Ser un buen hombre de negocios significa no sólo mantener el mejor orden interno en su economía, sino también un comportamiento especial de cara al mundo exterior: al conjunto de normas que hacen relación a este comportamiento lo designo con el nombre de moral de los negocios, que implica al mismo tiempo moral en y para los negocios".

"La moral en los negocios, es decir, en las relaciones comerciales, en la firma de contratos con la clientela, es lo que solemos llamar formalidad comercial: confianza en el cumplimiento de lo prometido, en la efectividad del servicio, en la puntualidad del suministro, etc. Esta cualidad ni había sido posible ni necesaria hasta el advenimiento de la economía capitalista. Pertenece, pues, al grupo de virtudes «burguesas» que estamos estudiando".

"Pero esta moral tenía que desarrollarse previamente como virtud personal. Y como tal la cultivaron aquellos (y otros) laneros florentinos que hemos conocido en calidad de padres de la doctrina económica de las virtudes. «No ha habido nadie en nuestra familia -dice otra vez Alberti- que haya roto su promesa en el cumplimiento de contratos...» «Los nuestros han observado siempre la mayor sencillez y sinceridad en la firma de contratos, y ello les ha hecho merecedores de gran fama en Italia y en el extranjero»" (De "El burgués"-Alianza Editorial SA-Madrid 1972).

3 comentarios:

Fernando dijo...

HOY POR HOY, DEFESIOS 5 A LAS CUOTAS DE GÉNERO.

Si, en la Biblia hay cada joya ad hoc.

De Efesios 5:

[22 Las casadas estén sujetas á sus propios maridos, como al Señor. 23 Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia; y él es el que da la salud al cuerpo. 24 Así que, como la iglesia está sujeta á Cristo, así también las casadas lo estén á sus maridos en todo.
. . .
33 Cada uno empero de vosotros de por sí, ame también á su mujer como á sí mismo; y la mujer reverencie á su marido].

Y como agregado, el "pompilesco estilo" de las conclusiones fáciles con el picoteo de aquí, de allá y de acullá.

Saludos.

agente t dijo...

Machismo y socialismo son atrasismos que recelan profundamente de la vida ilustrada, sea en las relaciones más personales, sea en las más sociales (económicas o políticas).

Bdsp dijo...

Que yo sepa, los burgueses se independizaron de la tutela de la Iglesia iniciando la etapa del liberalismo. Como me baso en la psicología social, y no en la Biblia, el comentario irónico está demás. El propio Cristo nunca hizo diferencias entre hombre y mujer, ya que hablaba del "prójimo"......Como el artículo trata de contradecir la opinión marxista, no me extraña que algún "marxista de mercado" coincida con los marxistas originales.