Tanto la ciencia experimental como la ética cristiana, por ser los fundamentos de la civilización occidental, son sometidos a ataques por parte de sectores de la izquierda política, principalmente. A ello se le agrega la campaña de descalificación, por parte de ciertos "intelectuales" que, al denigrarlas, se sienten eximidos de tener que conocerlas en profundidad.
En el caso de la ciencia, se aduce que se trata de un conocimiento provisorio, ya que toda teoría sería reemplazada por otra superior, por lo que no valdría la pena conocerla (ni tampoco la que ha de ser superada en el futuro). Si consideramos el caso de la física, quienes así opinan, suponen que Einstein "tiró abajo" la física newtoniana que pasó a ser una reliquia inútil o una curiosidad del pasado.
La mecánica de Newton, junto a las versiones posteriores de Lagrange y de Hamilton, se sigue estudiando en las diversas universidades y los ingenieros la siguen aplicando en sus cálculos y proyectos. Incluso la mecánica cuántica utiliza el "lagrangiano" y el "hamiltoniano" por cuanto la física del micromundo constituye una especie de correción cuántica de la mecánica de Newton-Lagrange-Hamilton, con validez para cantidades de acción comparables a la constante de Planck. Lo que en realidad se "tiró abajo", con la teoría de la relatividad, fue la visión newtoniana del espacio y del tiempo, mientras se mantiene la validez de la teoría de la mecánica, y se mantendrá en el futuro.
El conocimiento provisorio existe en realidad en el caso de las fronteras de la física, como ocurre en la actualidad con las teorías de gran unificación, que buscan establecer una reformulación de todas las fuerzas de la naturaleza en una sola teoría. Debido a que, por el momento, existen una diez, o más, "candidatas" a tener éxito, en el caso en que alguna de ellas sea confirmada por la experimentación correspondiente, quedarán fuera de competencia las restantes.
La experimentación, asociada al conocimiento científico, constituye una especie de "control de calidad" del conocimiento, denotando una responsable intención de conocer la verdad acerca de los fenómenos naturales descriptos. Tal control no se halla en otros campos de la indagación cognitiva. Ello no significa, sin embargo, que todo conocimiento que no provenga de la ciencia, como es el que proviene de la religión y de la filosofía, sea necesariamente falso, como algunos erróneamente suponen.
El supuesto "relativismo" del conocimiento científico, implicaría la existencia de "varias posibles verdades" para un mismo fenómeno. Esta situación se la asocia a la teoría de la relatividad de Einstein. Sin embargo, el principio de relatividad, en física, implica que existe una equivalencia entre el estado de reposo y el movimiento rectilíneo uniforme, por lo que las ecuaciones de la física deben tener la misma forma matemática en ambos casos. Se advierte en ello que tal principio no tiene ninguna vinculación con el relativismo cognitivo.
Cuando Heisenberg enuncia su "principio de incertidumbre" (o indeterminación), se reaviva la esperanza de los "intelectuales" de que todo conocimiento sea "incierto", abriéndole las puertas de par en par a las más insólitas y descabelladas propuestas cognitivas. Sin embargo, tal principio, de validez en el mundo atómico y nuclear, aparece también en procesos ondulatorios en la escala humana, como es la indeterminación en radiolocalización (radar). En este caso, mientras más breve sea el pulso de energía enviado al espacio, mejorando la definición del proceso, mayor deberá ser el ancho de banda de los amplificadores que procesarán el rebote de dicho pulso con el objeto a localizar. Aparece en este caso una ecuación matemáticamente similar a la enunciada por Heisenberg. I. S. Gonorovski escribió: "La compresión del impulso en el tiempo, a fin de elevar, por ejemplo, la precisión al medir el instante en que éste aparece, va acompañada inevitablemente del ensanche del espectro del impulso, lo que obliga a ampliar la banda pasante del dispositivo de medición".
"Análogamente, la compresión del espectro del impulso, a fin de elevar la precisión de la medición de frecuencia, va acompañada por la expansión de la señal en el tiempo, lo que exige el alargamiento del tiempo de observación (medición). La imposibilidad de encontrar simultáneamente la señal en una banda de frecuencias estrecha y en un intervalo de tiempo breve, es una de las manifestaciones del principio de indeterminación conocido en física" (De "Señales y circuitos radiotécnicos"-Editorial Mir-Moscú 1972).
La palabra "incertidumbre" nos sugiere una limitación impuesta por la naturaleza a la experimentación, mientras que la palabra "indeterminación" nos sugiere una propiedad objetiva de los fenómenos naturales existente aún cuando el hombre no la describa. John Gribbin escribió: "La incertidumbre cuántica es intrínseca a la propia naturaleza de las entidades del mundo cuántico. Una entidad como un electrón no tiene literalmente un momento preciso y una posición precisa al mismo tiempo; él mismo no «sabe» exactamente dónde está y exactamente dónde va al mismo tiempo" (Del "Diccionario del Cosmos"-Crítica-Barcelona 1997).
La descalificación de la ciencia experimental no termina con su desprestigio ante la sociedad, ya que a veces le sigue una etapa de reemplazo, especialmente en las ciencias sociales. Este es el caso del marxismo que se presenta como un socialismo "científico". Sin embargo, mientras la ciencia experimental se basa en el método de prueba y error, o de hipótesis-verificación experimental, el marxismo se basa en el "método dialéctico", que en realidad es un método filosófico antes que científico.
La dialéctica, similar al yin-yan de los chinos, supone que los fenómenos naturales, tanto como los procesos sociales, se rigen por una confluencia de opuestos seguida por una síntesis superadora; proceso que poco o nada tienen que ver con la ciencia experimental. Al respecto, Mario Bunge escribió: "Entre los sociólogos del Tercer Mundo está de moda hablar del método dialéctico, pero nadie parece saber en qué consiste: cuáles son sus reglas, a qué y cómo se aplica, ni cómo se controla su aplicación".
"Existe ciertamente una ontología o metafísica dialéctica, o más bien dos, la una idealista y la otra materialista (en la medida en que el materialismo es compatible con la dialéctica, lo que es dudoso). Pero se trata de un conjunto de hipótesis muy generales, llamadas «leyes de la dialéctica», acerca del devenir, en particular del desarrollo sociohistórico. Estas hipótesis más o menos precisas no constituyen un método, esto es, un procedimiento para hacer o estudiar algo. Constituyen una doctrina".
"No hay pues método dialéctico sino más bien un enfoque dialéctico de problemas, sea teóricos, sea prácticos, consistente en proponer la ontología dialéctica e intentar encajar en ella los objetos de interés. Tal enfoque se caracteriza por la búsqueda de polaridades y por la exageración de la importancia de los conflictos (en la naturaleza, en la sociedad o en el pensamiento) a expensas de la cooperación y de cualesquiera otros mecanismos de cambio...Este enfoque es típico de una etapa primitiva del pensamiento. La ciencia no se limita a buscar polaridades sino que se esfuerza por encontrar pautas objetivas (leyes), las que rara vez son polares. Y, aun en el caso en que el conflicto es real, es de complejidad tal que desborda el marco polar".
"Los historiadores de las ideas han mostrado que es característica del pensamiento arcaico y aun antiguo el reducirlo todo a pares de opuestos. día y noche, mortal-inmortal, comestible-incomible, móvil-inmóvil, etc. Esta característica se conserva en la primera fase del tratamiento científico de un problema: así como el neurofisiólogo de principios de siglo intentaba reducirlo todo a un juego de excitaciones e inhibiciones, el sociólogo del subdesarrollo cae en la tentación de explicarlo todo en términos de dependencia e independencia y de pares opuestos similares".
"La frecuencia con que aparecen los términos 'proceso dialéctico' y 'método dialéctico' en un campo de estudios es un buen indicador del bajo grado de desarrollo de éste. Los físicos, químicos, biólogos, psicólogos y sociólogos matemáticos no hablan de objetos dialécticos ni dicen emplear el método dialéctico: emplean el método científico, que les permite formular concepciones precisas y comprobables. Si lo que se proponen los pensadores dialécticos es tan sólo subrayar el carácter cambiante de todas las cosas y la naturaleza conflictiva de algunos procesos, no necesitan salirse de la ciencia, ya que ésta estudia las leyes del cambio y, en particular, de la competencia. La dialéctica es dinamicista pero no científica; la ciencia no es dialéctica pero es dinamicista y, además, clara y a veces verdadera" (De "Epistemología"-Editorial Ariel SA-Barcelona 1985).
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1 comentario:
El materialismo dialéctico es una teoría pseudocientífica. Los hechos humanos que se han producido a los largo de la historia conocida son muy complejos y no se dispone del método adecuado para someterlos a una adecuada verificación, ni de ellos se pueden deducir teorías o principios que los expliquen. En realidad estos últimos sólo se limitan a vagas conjeturas apriorísticas.
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